Internacional - Política

Afganos votarán en un ambiente de violencia y corrupción

2019-09-26

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sumió a Afganistán en la incertidumbre...

Por RAHIM FAIEZ

KABUL (AP) — Millones de afganos están llamados a las urnas el sábado para elegir a un nuevo presidente, pese al incremento de la violencia en las últimas semanas luego del fracaso de un acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes para poner fin a la guerra más larga librada nunca por Washington. Los talibanes advirtieron a la población que no participe en los comicios.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sumió a Afganistán en la incertidumbre política cuando canceló de repente las conversaciones con los insurgentes. Los candidatos apenas habían hecho campaña para las elecciones porque el acuerdo con los talibanes parecía inminente y se esperaba que el pacto definitivo demorase los comicios y forzase la salida del actual mandatario, Ashraf Ghani.

Ahora, el sacudido país tiene por delante una serie de retos para la celebración de las elecciones.

Ghani, que enfrenta acusaciones de corrupción y abuso de poder, va por delante en la contienda. Su principal rival es el jefe ejecutivo del país, Abdullah Abdullah. Los dos compartieron el poder los últimos cinco años en un gobierno de unidad ideado por el exsecretario de Estado de Estados Unidos John Kerry tras las acusaciones de fraude y corrupción generalizados en los comicios de 2014.

Los votantes recibirán una boleta con los nombres 18 candidatos, de los cuales la mayoría no han hecho campaña ni tienen equipos organizados, agravado la confusión.

A continuación, un vistazo a las preocupaciones en torno a las elecciones del sábado.

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SEGURIDAD

Los incesantes ataques de los insurgentes talibanes causaron docenas de víctimas en las últimas semanas e incluyeron atentados suicidas en el centro de la capital, Kabul, y contra un mitin electoral de Ghani. Los insurgentes, que ahora controlan o están presentes en casi la mitad del país, criticaron las elecciones generales y advirtieron a los cerca de 9,5 millones de personas con derecho a voto que no acudan a las urnas. Los electores también sufren los ataques de una brutal facción del grupo extremista Estado Islámico, que opera sobre todo en el este del país.

La Comisión Electoral Independiente de Afganistán solicitó seguridad para los 5.373 centros de votación, pero las agencias de seguridad dijeron que en 410 será imposible garantizarla, por lo que estarán cerrados el sábado.

Policías y agentes de inteligencia encubiertos formarán la primera y la segunda barrera de seguridad en los centros electorales, explicó el ministro del Interior, Massoud Andarabi, a The Associated Press. Los soldados formarán el tercer y último cordón. Para la jornada electoral se movilizará a un tercio de los 300,000 miembros que se estima tienen las fuerzas de seguridad nacionales, que incluyen ejército y policía.

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CORRUPCIÓN

Washington advirtió a todos los candidatos en los comicios del sábado para que hagan que el proceso sea transparente y limpio. En un sorpresivo anuncio, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, retiró más de 160 millones de euros en ayudas para infraestructuras y otros temas alegando que el gobierno de Ghani era demasiado corrupto para gestionar esos fondos.

Las últimas elecciones presidenciales de 2014 se vieron tan mermadas por la mala gestión que no salió un líder claro, y Washington tuvo que intervenir. Los observadores internacionales dicen que Washington no intervendrá esta vez, generando temores a que el candidato que pierda y sus partidarios, la mayoría fuertemente armados, disputen los resultados.

En un intento por evitar la corrupción en los centros de votación, habrá alrededor de 100,000 observadores, la mayoría locales o partidarios de un candidato concreto. Los favoritos, Ghani y Abdullah, tendrán más de 26,000 observadores registrados para monitorear la jornada. Solo nueve de los 18 aspirantes han registrado a sus observadores en la Comisión Electoral Independiente.

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COSTOS ELECTORALES

Celebrar elecciones en una iniciativa costosa en un país pobre como Afganistán, que depende en su mayoría de la generosidad internacional y de la lucrativa economía “en negro”, que se basa fundamentalmente del narcotráfico. Se estima que los comicios y su posible balotaje _ que se celebrará si no hay un ganador claro en la primera ronda _ costarán 150 millones de dólares. El gobierno afgano pagará 90 millones y donantes internacionales asumirán los 59 millones restantes.

Este presupuesto cubre los salarios del personal permanente y temporal de la Comisión Electoral Independiente y de la comisión de quejas, además de la logística y el transporte de los materiales electorales a todo el país.

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¿QUÉ SERÁ LO SIGUIENTE?

Si no hay un vencedor claro en la primera ronda, los afganos volverán a ser llamados a las urnas para un balotaje, que enfrentará a los dos aspirantes con más votos. Para ganar los comicios, un candidato tiene que sacar el 51% de los votos.

Según la ley electoral afgana, debe tomarse una decisión sobre la formación de gobierno en las dos semanas posteriores a los resultados finales.

La celebración de una segunda ronda estaría rodeada de problemas, especialmente para los trabajadores electorales que intentan llegar a algunas de las zonas más remotas del país, donde el clima y la geografía se alían para aislar regiones enteras.

El balotaje también podría suponer repetir los resultados de 2014, cuando las acusaciones de corrupción y las disputas por los resultados amenazaron con derivar en caos y violencia.

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CONVERSACIONES DE PAZ

Hamid Karzai, expresidente de Afganistán, advirtió que la cita electoral podría afectar a los esfuerzos para encontrar una solución pacífica a 18 años de guerra.

El exmandatario pidió que se reanude el diálogo entre Estados Unidos y los talibanes, que terminó de forma abrupta a principios de mes cuando Donald Trump declaró que las conversaciones estaban “muertas” luego de un atentado que mató a dos soldados de la coalición internacional, uno de ellos estadounidense.

Cada vez más líderes afganos, muchos de ellos contrarios al presidente Ghani, temen que un resultado electoral poco claro cause más divisiones en un país ya marcado por profundas diferencias étnicas.

“Primero deberíamos alcanzar la paz en Afganistán y luego celebrar elecciones”, manifestó Karzai en una entrevista con la AP el martes.



Jamileth