Internacional - Política

100 kilómetros andando para "colapsar" Cataluña tras la condena

2019-10-16

"Esto es para demostrar que podemos colapsar Cataluña, (...) demostrar que Madrid debe...

Por Daniel BOSQUE

Girona, España, 16 Oct 2019 (AFP) - Sombrero de paja, zapatillas de senderismo y una mochila con provisiones. Entre miles de personas, Jordi Soler emprende en Girona una marcha de 100 kilóemtros hasta Barcelona con el objetivo de colapsar Cataluña tras la condena contra los líderes separatistas.

"Esto es para demostrar que podemos colapsar Cataluña, (...) demostrar que Madrid debe comenzar a actuar ya porque, si no, esto se le irá de las manos", asegura este estudiante de doctorado de 25 años.

Con una bandera separatista atada a su mochila, el joven avanza decidido por la carretera formando una heterogénea hilera de jubilados, amigos y jóvenes de la que no se aprecia ni el comienzo ni el final.

Tras dos días de conflictivas protestas, los independentistas organizaron las llamadas 'Marchas de la Libertad', cinco caminatas desde diferentes poblaciones catalanas que convergerán el viernes en Barcelona en medio de una huelga general.

Como resultado, decenas de kilómetros de autopistas y autovías inutilizados y múltiples retenciones de tráfico en una de las regiones con más importancia económica de España y un neurálgico punto de paso hacia Francia y el resto de Europa.

- "La serie" del proceso independentista -

Con 10,000 integrantes de inicio según los organizadores, la marcha más numerosa era en Girona, la ciudad de Carles Puigdemont que lideró el gobierno separatista durante el intento de secesión de 2017 antes de huir a Bélgica.

En una fresca mañana, apenas calentada por un tímido sol otoñal, los marchantes se congregaron en la plaza 1 de Octubre, la antigua plaza de la Constitución rebautizada en honor a la fecha del referéndum ilegal de 2017.

Pasadas las 09H00 enfilaron su camino a Barcelona: 100 kilómetros de marcha entre carreteras y autopistas que los llevarán desde los ondulados y verdes paisajes de Girona a las arenosas y largas playas del litoral barcelonés.

Algunos la recorrerán entera, otros solo unos tramos. Entre claxones de apoyo de numerosos conductores que la cruzan, la marcha transucrre en un ambiente festivo, abriendo paso cada vez que se acerca un vehículo de emergencias.

"Todo esto es muy pacífico y está bien aunque tampoco no hace falta todo bonito y tranquilo,a veces hay que ser más contundente", reconoce en tono amigable Jordi Soler con un rostro risueño y redondo.

Con 25 años, los comienzos de la ebullición independentista lo engancharon cuando apenas tenía 18 años. Con un entorno catalán y de izquierdas, la evolución hacia el independentismo fue palgo natural.

Después de siete años de manifestaciones, protestas y numerosas votaciones por la independencia sin resultado alguno, Soler se confiesa "un poco cansado de todo esto".

¿Y por qué seguir movilizado? "Es como una serie. Llevas siete temporadas y la octava es una mierda. Pero tú la sigues viendo porque ya llevas siete y a lo mejor acaba bien", explica.

- "Tengo prisa" -

Las marchas las convocaron ANC y Omnium, las asociaciones que impulsaron las enormes movilizaciones pacíficas de los últimos años y cuyos líderes en 2017, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, cumplían este miércoles dos años encarcelados.

Su estilo contrasta con la tensión vivida en la región en los últimos días de protestas, cuando tomaron protagonismo grupos más radicales y con dirigentes anónimos como los Comités de Defensa de la República o el Tsunami Democrático.

"Estas marchas (...) demuestran lo mejor del pueblo catalán", dijo el presidente regional Quim Torra, que se unió a la columna salida desde Girona.

Después de dos horas de trayecto, con un sol que empieza a apretar, el cansancio empieza a hacer mella. "Yo paro en la próxima salida, que ya tengo una edad", dice María Pilar Collell, una jubilada de 74 años.

Decepcionada con los dirigentes regionales, que paralizaron el proceso de secesión tras el fracaso de 2017, esta mujer que aprendió catalán en la clandestinidad durante la dictadura de Francisco Franco espera poder ver en vida la independencia.

"Los políticos ahora nos piden paciencia. Pero yo tengo prisa, ya no tengo 20 años", se indigna.

Enfermera de 40 años, Anna Julià solo hará 20 kilómetros este miércoles pero volverá a retomar la marcha el jueves y seguirá hasta el final. "Yo ya no sé si estamos lejos o cerca de la independencia, sólo sé que no nos pararemos hasta llegar".



regina
Utilidades Para Usted de El Periódico de México