Entre la Espada y la Pared

Las presiones

2019-11-08

El senador republicano Lindsey Graham, muy cercano al presidente Trump dijo…” hay...

Por José Eduardo Campos | Revista Siempre

Los hechos superan con mucho a las palabras, los discursos y los rollos, pero en algunos momentos y circunstancias particulares, éstas se vuelven una presión que pueden disfrazar, maquillar o hasta mostrar una nueva cara sobre el hecho concreto.

El lunes pasado, como es tristemente sabido, 13 niños y mujeres con la ciudadanía estadounidense y mexicana, fueron masacrados en la zona serrana de Chihuahua, este hecho mostró una vez más la incongruencia entre lo que se dice y lo que sucede en México. Sin embargo, ahora voces desde los Estados Unidos abonaron sobre los hechos mismos y han comenzado a multiplicarse solicitando la presencia de estadounidenses en México, para que custodien y defiendan a sus compatriotas.

El senador republicano Lindsey Graham, muy cercano al presidente Trump dijo…” hay parte de México peligroso, prefiero ir a Siria antes que a México”. También se pronunció otro senador republicano, Tom Cotton…”si el gobierno mexicano no puede proteger a los estadounidenses que están en México, entonces Estados Unidos podría tener que hacerse cargo de la situación”. Y un ejemplo más, el influyente senador Mitt Romney dijo…” Estados Unidos debe trabajar con las autoridades mexicanas para hacer rendir cuentas a los responsables de esta violencia sin sentido”.

En México se escuchó la voz de Marcelo Ebrad, secretario de Relaciones Exteriores, quien expresó… “lo sucedido en la sierra de Sonora y Chihuahua no es un asunto que genere tensión entre México y los Estados Unidos, lo que existe es una comunicación y cooperación mutua”.

La historia reciente en México muestra que la presencia de elementos de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en México ha existido, basta con recordar la presencia de Enrique “Kike“ Camarena Salazar, de la DEA, muerto a manos de grupo de Rafael Caro Quintero en 1985, o El Comando Norte de 2002, en la época de Vicente Fox o de los “asesores” de HTS (Human Terrain System) un organismo integrado por miles de militares y espías bélicos que se encuentran bajo las órdenes del Northcom (Comando Norte de los Estados Unidos) cuya jefatura se encuentra en Colorado y, es la encargada de las operaciones en el hemisferio norte del Continente, por citar algunos caso.

En el Pentágono de los Estados Unidos existe un estudio sobre la violencia e inseguridad en México que señala que “el crecimiento poblacional es la fuente de esos problemas, ante la enorme disparidad de ingresos y el entorno de seguridad que es cada vez más atractivo para los políticamente desposeídos, así como los desastres naturales y las redes digitales”.

El miércoles pasado, el periódico Wall Srett Journal, como casi todos los medios estadounidenses dedicaron un espacio destacado al trágico ataque las 14 personas en el norte de México, pero este medio en particular señaló… “si México no puede con los carteles, no se debe descartar una intervención militar”, así o más claro.

Los efectos de este ataque sin duda que los iremos viendo al paso de los días, pero lo que es una verdad soportada en los hechos es que la relación entre México y  los Estados Unidos se está complicando, más allá de las palabras, discursos y rollos de que en sus intervenciones públicas o en redes sociales hagan los presidentes Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador.

Y no debemos de olvidar que entre México y los Estados Unidos hay muchos asuntos pendientes por resolver, la ratificación de un nuevo tratado comercial trilateral, la migración, los gaseoductos, el petróleo, en fin

El martes, un día después del baño de sangre en Chihuahua, los presidentes Trump y López Obrador intercambiaron mensajes en sus redes social y hasta hablaron telefónicamente, los buenos deseos, las esperanzas y las ofertas de ayuda se escucharon, desafortunadamente no así comentarios, sugerencias y, hasta estrategias que pongan fin a las constantes acciones que tensan la relación binacional.

Cómo negar los 3 mil 169 kilómetros que comparten estos países en una frontera común, cómo dejar de lado el flujo migratorio que tantas menciones, acciones y hasta leyes ha generado y, bueno el intercambio comercial que supera los 350 mil millones de dólares anualmente.

Presidentes –López Obrador Y Trump– bien harían en pensar antes de hablar o escribir sobre sus vecinos, los habitantes de sus respectivos países que hemos crecido, ya no aceptamos sólo palabras, discursos o rollos, queremos y necesitamos estrategias y acciones que nos beneficien mutuamente o que por lo menos hagan más fluida y menos complicada la relación de vecindad.

A los malos, los delincuentes o infractores de la ley no les importa ningún país, ellos saben que tiene una vida corta y que no estarán presentes para ver, lamentar o hasta sufrir los efectos de sus acciones, pero a los Jefes de Estado que contratamos mediante la emisión de los votos, deben preocuparse por cumplir con su tarea, el procurar cumplir con brindar seguridad, bienestar y prosperidad, de no hacerlo, pueden perder su puesto, o bueno contar con una desaprobación creciente que lo ubique en la historia con el calificativo de pésimos.

En México viven poco mas de 120 millones de personas mientras que en los Estados Unidos la cifra ronda por los 300 millones, ¿en verdad no merecen estos millones de personas que sus gobernantes sean claros, directos y dejen atrás las palabras, los discurso y los rollos y trabajen con acciones concretas para que se solucionen algunos de los muchos males comunes?

Julián, líder de la familia LeBarón ubicada en el norte de México dijo… “para esclarecer los hechos se necesita saber quiénes fueron y por qué los mataron, ya que si no tenemos esa información tampoco tendremos la información de quiénes lo solapan». Queremos la verdad”.

En diversas entrevistas para medios mexicanos y estadounidenses el representante de la familia LeBarón expresó…»El FBI ha ofrecido apoyo a la familia, nosotros vamos a aceptar ayuda de donde venga”.

Los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump, están en la encrucijada de buscar mantener la calma de sus naciones mediante la palabra y sólo eso, o actuar en busca de soluciones definitivas, ninguno de los 2 cuenta con mucho tiempo, en 17 meses serán las elecciones para renovar el congreso en México y en 12 meses, para elegir un nuevo presidente en los Estados Unidos, no hay más plazo.



regina