Nacional - Finanzas
Magnates se enfrentan por emisora emblemática
(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO.- Los dos más conocidos herederos de imperios empresariales mexicanos, Emilio Azcárraga Jean, presidente de la poderosa cadena mediática Televisa, y Miguel Alemán Magnani, dueño de la aerolínea Interjet, se trenzaron en una disputa judicial por una emblemática emisora.
La "manzana de la discordia" es, entre otras, la histórica estación W Radio, llamada antiguamente XEW, cuyo eslogan -"la voz de la América Latina desde México"- la hizo famosa por varias décadas desde que la adquirió Emilio Azcárraga Vidaurreta, abuelo de su actual propietario, en 1923.
El nieto del fundador de Televicentro, posteriormente rebautizada como Televisa, decidió vender, en julio pasado, la mitad de sus acciones (la otra mitad fue adquirida en 2001 por el grupo editorial español Prisa).
El propósito de esta movida sería para consolidar la economía de su conglomerado mediático, en 1.248 millones de pesos (unos 65 millones de dólares).
De niños jugaban juntos en las mansiones de sus padres y abuelos y de jóvenes asistían a las mismas fiestas de la élite mexicana, y a los centros nocturnos frecuentados por los grupos pudientes. Pocos pensarían muchos años después que su nuevo lugar de encuentro serían los estrados judiciales.
Al principio, el acuerdo alcanzado por el 18 de julio pasado entre Emilio Azcárraga y Miguel Alemán Magnani, nieto del expresidente del mismo nombre (1946-1952), señalado por hacer grandes negocios al amparo del poder, parecía razonable y todos lo celebraron chocando copas de champaña.
Televisa vendió su participación en Sistema Radiópolis -que no sólo incluye "La W", sino también otras 16 frecuencias a nivel nacional- a Corporativo Coral, que poseen conjuntamente Miguel Alemán Velasco, exgobernador del estado de Veracruz y exaccionista de la televisora, y su hijo Miguel Alemán Magnani.
Los mercados saludaron de inmediato con entusiasmo la operación y calificaron su monto como un "excelente precio de venta".
Televisa tomó esta inusitada decisión en medio de un proceso de reestructuración para deshacerse de negocios y operaciones no estratégicas a fin de concentrar sus esfuerzos e inversiones en la generación de nuevos contenidos y seguir creciendo en el sector de TV restringida.
Sin embargo en el camino las ilusiones se quebraron y sorpresivamente hace unos días la jueza civil Magdalena Malpica ordenó, por petición de Televisa, congelar las cuentas de Grupo Coral, por no haber liquidado a tiempo la mitad del pago por el grupo de radiodifusoras que se había comprometido.
Ayer, Grupo Alemán (Galem), al que pertenece el Grupo Coral, acusó a la jueza que actuó por cuenta de una de las cadenas más influyentes de la televisión en español en el mundo de adoptar una decisión "infundada e ilegal" y de incurrir en "abuso de autoridad".
"Ya se hacen valer los actos legales correspondientes para dejar sin efecto dicha medida", señaló el conglomerado empresarial, el cual acusó a Televisa de "pretender obtener un doble pago por la venta de su participación de Sistema Radiópolis".
En efecto, afirmó que la televisora ya hizo efectivo un pagaré suscrito por Corporativo Coral por 624 millones de pesos (unos 31 millones de dólares).
Ahora, Grupo Televisa exige el precio total del contrato "más daños y prejuicios" y ya demandó la "ejecución" (pago) de otro pagaré por 624 millones de pesos.
"Además, pretende conservar las acciones, recibir los dividendos, ejercer los derechos de voto de Sistema Radiópolis yo congelar los fondos de los demandados" con la protección de la juez, indicó Galem.
Sin embargo, manifestó su "disposición de concluir la operación", y terminar el conflicto que ha sacudido al ambiente empresarial mexicano y seguramente haría revolverse en su tumba a los abuelos de los actuales contendientes.
El enfrentar el litigio, Galem contrató los servicios del abogado Javier Quijano, que en el pasado fue defensor del actual presidente Andrés López Obrador. El columnista financiero Mario Maldonado señala que Galem enfrentaría algunos aprietos financieros pues le debe al fisco también unos 28 millones de dólares y al Aeropuerto de la Ciudad de México otros 5 millones.
Jamileth