Cabalístico

Vigilar al vigilante

2019-11-26

Las sociedades de todos los tiempos han buscado y buscan sistemas de control y vigilancia para...

Por: P. Fernando Pascual, LC 

¿Quién controla a los que controlan? ¿Quién juzga a los jueces? ¿Quién observa a los policías?

Es un tema que vale la pena tener presente y que se expresa en la famosa pregunta sobre quién vigila al vigilante (en inglés, "who guards the guardians?", que procede del latín "quis custodiet ipsos custodes?").

Las sociedades de todos los tiempos han buscado y buscan sistemas de control y vigilancia para evitar el daño que provocan unos contra otros.

Esos sistemas tienen previsto que existan jueces, inspectores, revisores, policías y otras personas encargadas de vigilar y erradicar acciones injustas e ilegales.

Pero los que tienen la tarea de vigilar y controlar a otros son seres humanos vulnerables, con intereses, ideas y presiones que pueden corromperlos.

De ahí las preguntas: ¿quién vigila al vigilante? ¿Quién controla a los que controlan? ¿Quién juzga a los jueces? ¿Quién observa a los policías?

Existen, en diversos lugares, sistemas, auditorías y otros instrumentos para ver si los controladores trabajan bien.

Esos sistemas y métodos, sin embargo, trasladan el problema que nunca podrá ser evitado del todo: también quien controla al controlador necesita ser controlado...

No se puede proceder hasta el infinito, ni hacer propuestas circulares donde los controlados pueden controlar a los controladores...

Ante un problema que parece insoluble, se vislumbra la necesidad de un camino de formación y acompañamiento que ayude a cada persona a asumir los principios éticos de un modo íntegro y responsable.

Habrá, seguramente, muchas personas que incluso tras un periodo de vida honesto sucumban a tentaciones que les lleve a la corrupción.

Habrá también, y eso es lo más importante, otras personas (esperamos que muchas) que, con o sin controles, vivirán de modo justo y promoverán sanas convivencias, que tanto ayudan a los individuos, las familias y las sociedades.

Luego, tras la muerte, el juicio justo de Dios, que incluye la misericordia para quienes se arrepienten y reparan sus daños, dará a cada uno su merecido. Un juicio sin ningún error, porque se basa en una mirada a la que nadie puede escapar...



regina