Internacional - Política

Candidato oficialista admite derrota en elecciones en Uruguay

2019-11-28

“La evolución del escrutinio de los votos observados no modifica la tendencia. Por lo...

Por LEONARDO HABERKORN

MONTEVIDEO (AP) — El candidato oficialista Daniel Martínez admitió el jueves su derrota en la segunda vuelta presidencial en Uruguay frente a Luis Lacalle Pou, al tiempo que el escrutinio que realiza la Corte Electoral le daba una ventaja irreversible al opositor.

El tribunal aún no ha proclamado presidente ya que resta escrutar el 25% de los circuitos electorales.

“La evolución del escrutinio de los votos observados no modifica la tendencia. Por lo tanto, saludamos al presidente electo Luis Lacalle Pou, con quien mantendré una reunión mañana. Agradezco de corazón a quienes confiaron en nosotros con su voto”, escribió Martínez en la red social Twitter.

Partidarios de Lacalle Pou salieron a las calles a festejar agitando banderas del Partido Nacional, de Uruguay y de otras fuerzas que lo apoyaron en el balotaje.

“Cambiamos a un gobierno que será demócrata, que tendrá valores, que zurcirá las diferencias entre los uruguayos para que seamos todos iguales”, dijo a The Associated Press Aída Araújo, una escribana de 60 años mientras ondeaba una bandera uruguaya y hacía sonar una corneta.

Frente a la sede del sector partidario de Lacalle Pou cientos de automóviles desfilaban haciendo sonar sus bocinas y la llegada de cada dirigente del sector era celebrada con euforia por los militantes.

A esta altura del escrutinio Lacalle Pou, del Partido Nacional, obtenía más de 155,000 votos de diferencia sobre Martínez que se reducirán porque resta escrutar Montevideo, donde el candidato oficialista es más fuerte. De todos modos, Martínez no tenía chances matemáticas de ganar la elección a pesar de esa ventaja en la capital uruguaya.

Se estima que entre el viernes y el sábado la Corte Electoral culmine el conteo definitivo de los votos y Lacalle Pou sea proclamado oficialmente presidente electo.

“No sólo es un cambio de gobierno. Ni siquiera es sólo un cambio de partido de gobierno. Es un cambio de época. Empieza un nuevo tiempo político”, dijo a The Associated Press Pablo da Silveira, uno de los colaboradores más cercanos de Lacalle Pou y designado futuro ministro de Educación y Cultura.

Los delegados del Partido Nacional que seguían el conteo de votos en la Corte Electoral estallaron en festejos que se viralizaron en las redes sociales.

El escrutinio primario, finalizado la noche del domingo, había arrojado 28.666 votos de ventaja de Lacalle Pou sobre Martínez, equivalentes al 1,2% del padrón electoral.

Cuando sea oficializada por la Corte Electoral, la victoria de Lacalle Pou terminará con 15 años de hegemonía del Frente Amplio.

Lacalle Pou es un abogado aficionado al surf de 46 años, exsenador e hijo del expresidente Luis Lacalle Herrera (1990-1995). Llegó al balotaje como candidato del Partido Nacional pero tras la primera vuelta selló un acuerdo con otras cuatro fuerzas que van desde la derecha a la centroizquierda.

Martínez es un ingeniero aficionado al ciclismo de 62 años y exalcalde de Montevideo.

En la primera vuelta de las elecciones, celebrada el 27 de octubre, Martínez fue el candidato más votado con 39% de los sufragios mientras que Lacalle Pou obtuvo 28,6%.

Sin embargo, tras la votación Lacalle Pou logró el respaldo del Partido Colorado (con 12% de los votos), de Cabildo Abierto (con 11%) y de los pequeños Partido de la Gente y Partido Independiente (1% cada uno).

Durante los tres gobiernos consecutivos del Frente Amplio la economía creció, el poder adquisitivo de los salarios experimentó una fuerte suba y se sancionaron leyes que garantizaron derechos como el casamiento gay, el aborto y la venta de marihuana en farmacias.

Sin embargo, el tercer gobierno de la coalición de izquierda, encabezado por el presidente saliente Tabaré Vázquez, ha tenido problemas importantes y finaliza con un índice de aprobación muy inferior a los anteriores. Una reforma educativa fracasó, el vicepresidente Raúl Sendic debió renunciar en 2017 jaqueado por casos de corrupción, la inseguridad creció hasta alcanzar un récord de 414 homicidios en 2018, la economía se estancó, se perdieron 50,000 puestos de trabajo, el desempleó subió al 9% y el déficit fiscal trepó al 4,9%.



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