Deportes

No hay tregua para Dembélé

2019-11-28

Un mal apoyo tras un salto en busca de un centro de Sergi Roberto se convirtió en su...

 Jordi Quixano | El País

Se arrancó las botas entre malhumorado y desencajado, también abatido porque los músculos le habían vuelto a castigar. Contratiempo que no entraba en los pensamientos de Ousmane Dembélé (Vermon, Francia; 22 años) porque desde hacía tiempo que se había esmerado en ponerse a tono, hasta el punto de que en los últimos meses ha sido el único jugador de la plantilla que ha acudido a la ciudad deportiva del Barcelona todos los días de fiesta para hacer algo de rutina por la tarde. “Estaba más alegre y mejor que nunca”, le reconocen desde el club, tanto empleados como desde el cuerpo técnico; “concienciado, enchufado, con ganas de demostrar”. Pero su voluntad se quebró frente al Borussia Dortmund en el minuto 26, después de un salto y una mala caída que se convirtió en un nuevo tirón en el muslo derecho.

Un traspié repetido que le aleja del once y del césped porque no podrá estar en el Wanda ante el Atlético en la siguiente jornada como tampoco se le aguarda para el clásico atrasado al 18 de diciembre ante el Madrid, duelo que tampoco hubiese jugado cuando tocaba porque estaba sancionado tras descalificar al colegiado Mateu Lahoz en el envite ante el Sevilla. “No tiene suerte”, se lamentaban en la mañana del jueves en la ciudad deportiva; “pero ya ha demostrado que ganas tiene y es solo cuestión de tiempo que veamos su mejor versión”.

Relegado al banquillo por la llegada veraniega de Griezmann, que copa el tridente ofensivo junto a Messi y Luis Suárez, Dembélé tuvo ante el Dortmund su oportunidad de jugar de la partida. Un premio que le dio Valverde porque sabía que estaba más motivado que nunca por medirse a sus excompañeros, también por dar respuesta a la afición Die Schwarzgelben (negri-amarilla), que le dedicó una sonora pitada a cada ocasión que recibió el balón. Y, aunque no se salió con la suya porque no acabó las jugadas, se mostró activo, desequilibrante y todo un incordio para Piszczek y Achraf Hakimi, banda doblada de laterales. “Es que en esta temporada, cada vez que sale al campo quiere hacer cosas, el gran gol. No le ha pasado como a Coutinho, que era un chico excepcional pero no estaba metido por la competencia, sino que Ousmane desea de verdad ganarse su sitio”, cuentan desde los despachos del Camp Nou. Pero los músculos no entienden de voluntad, por lo que duró poco.

Ocho lesiones

Un mal apoyo tras un salto en busca de un centro de Sergi Roberto se convirtió en su martirio, en su desespero. Ya sin las botas, petrificado sobre el césped, debió de sentirse solo entre 90.071 espectadores. Ni siquiera el consuelo de Messi y Sergi Roberto —únicos en ofrecerle el hombro—, o el coscorrón cariñoso de Valverde animaron al francés, que rechazó subirse a la camilla y que se marchó del campo tapándose la cara como si quisiera esconder las lágrimas. “Es una pena. Quería jugar y por eso ha llorado”, expresó Lenglet tras el encuentro. No es para menos porque desde que llegara al Barcelona acumula ocho lesiones y siete han sido de carácter muscular, tres de ellas en esta temporada (en el primer partido ante el Athletic, frente al Getafe y contra el Dortmund). Dato de lo más curioso si se aprecia que antes de llegar al Camp Nou no contaba con lesión alguna en el Rennes y apenas una baja de 10 días en el Dortmund por unas leves molestias en el flexor de la cadera.

“Dembélé y el cuerpo médico deben intentar buscar una solución. Esperamos que se recupere rápido y no vuelva a caer”, solicitó Luis Suárez. Más que nada porque se ha perdido 49 choques de los 137 que ha disputado el equipo desde su llegada, lo que supone un 35,7% de ausencias. “Estaba afectado. Ya son varias lesiones seguidas. Por eso intentaremos cuidarlo”, apuntó Valverde. Pero hasta el momento no es la temporada de Dembélé, que sigue sin hacer buenos los millones que costó —105 fijos más 40 en variables— porque ha marcado un solo gol en el curso (Sevilla) y no ha repartido asistencia alguna. “Necesitamos la mejor versión de Ousmane porque es un jugador distinto. Aquí se juega al toque y él es diferente porque puede sentar a dos en una misma jugada”, reivindican desde el área deportiva. Pero sus músculos, por el momento, van por libre.



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