Nacional - Política

Evo Morales, entre las decisiones difíciles para López Obrador

2019-11-30

Pese a esas circunstancias difíciles, el jefe de Estado rechazó la existencia del...

 

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 30 NOV - El asilo al renunciante presidente boliviano Evo Morales el pasado día 11, y la explosión de gasolina cerca de la capital el 18 de enero, donde murieron 137 personas, son dos de los momentos más difíciles en el primer año de gobierno del mandatario Andrés López Obrador.
    
Pese a esas circunstancias difíciles, el jefe de Estado rechazó la existencia del "mal humor social" y dijo que éste "no existe", porque ahora sólo hay "esperanza, confianza y felicidad".
    
Acerca de las arremetida constante de sus críticos, señaló que "hacen sus pucheros" (gestos infantiles de molestia), "se enojan, son gruñones algunos, pero la gente en general está contenta", afirmó.
    
López Obrador consideró que "no se ha perdido la esperanza, no hay decepción, al contrario, la gente está entusiasmada, hay felicidad". Al enumerar algunos de los episodios más dramáticos de su primer año en el gobierno tras su victoria en las elecciones del 1 de julio de 2018, por el 53% de los votos, recordó en especial el caso de Evo Morales en pasado 11 de enero.
    
López Obrador recordó que fue objeto de fuertes críticas por haber brindado acogida al líder cocalero después de un accidentado viaje en un avión de la Fuerza Aérea, en el cual estuvo en peligro la vida de sus tripulantes y pasajeros por la negativa de varios países de la región de usar su espacio aéreo.
    
También mencionó el grave incendio seguido de explosiones en Tlahuelilpan, estado de Hidalgo, a unos 150 kilómetros al norte de la capital, donde murieron 137 personas envueltas en las llamas después de que cientos de personas recogían gasolina de un ducto perforado de la petrolera gubernamental PEMEX.
    
Otro de los momentos más complicados de su gestión tuvo lugar el 17 de octubre, cuando perecieron 13 personas en un intento fallido por detener a Ovidio Guzmán, de 28 años, hijo del ex jefe del Cártel de Sinaloa Joaquín "El Chapo" Guzmán, condenado a 10 cadenas perpetuas por narcotráfico por un tribunal de Nueva York.
    
En este breve historial de los instantes que pusieron en vilo a su gobierno también incluyó la amenaza en junio del presidente Donald Trump de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas si no frenaba la avalancha migratoria, que finalmente no se materializó pero tuvo un alto costo para México.
    
El presidente se vio obligado a enviar al menos 6,000 elementos de la Guardia Nacional a la frontera sur para impedir el flujo de las denominadas "caravanas".
    
Asimismo, permitió que Washington aplicara un esquema restringido de "Tercer País Seguro" como el aplicado por Turquía con la emigración siria en ciudades fronterizas mexicanas con migrantes centroamericanos.
    
Finalmente, anotó como uno de los "días negros" de su primer año en el poder la masacre de tres mujeres y seis niños de una comunidad mormona fundamentalista en una ciudad del norteño estado de Sonora, fronteriza con Estados Unidos por parte de un grupo armado el 4 de noviembre último.
    
A causa de este incidente, Trump amenazó con promover la designación de los cárteles mexicanos en la lista de "grupos terroristas extranjeros", a lo que se opone el gobierno de López Obrador por considerarlo una "intromisión a su soberanía nacional".
    
El jefe de Estado reconoció que la gran asignatura pendiente de su gobierno es abatir la ola de violencia, que cumple 13 años desde que su antecesor Felipe Calderón lanzó la denominada "guerra contra el crimen organizado" con el apoyo de las Fuerzas Armadas, y arroja hasta ahora unos 270,000 muertos.
    
"Somos responsables pero no culpables. Cuando llegamos ya estaban las bandas. No surgieron a partir del 1 de diciembre del 2018 y a veces se olvida eso", afirmó.
    
"Nos corresponde a nosotros resolver el problema y lo vamos a hacer", afirmó, pero insistió en que "hay más cosas positivas que negativas" en su administración.
    
Por ello, estimó que se necesita "un año más" para que estén "sentadas las bases de la transformación".



JMRS