Deportes

Aguirre prueba su revolución en Valladolid

2020-01-02

El duelo en Pucela, que se antoja peliagudo en lo meteorológico por el frío y las...

Por JORGE OTERO | El País

Madrid 2 ENE 2020 - 12:52 CST Si hay un arte que domina Javier Aguirre es el de la motivación. El veterano entrenador mexicano, de discurso claro y directo, ha conseguido insuflar vida a un Leganés que hace dos meses miraba sin remedio al abismo de Segunda. Los últimos tres partidos, con sendas victorias ante Celta y Espanyol —compañeros en los puestos de descenso— y un empate contra el Alavés en Mendizorroza, han abierto una rendija por la que el equipo pepinero ve algo de luz tras un oscuro inicio de temporada. La senda de la salvación para el equipo madrileño continúa este viernes con el primer partido de LaLiga en 2020 ante un Valladolid que tampoco puede relajarse si quiere seguir en la máxima categoría el curso siguiente.

El duelo en Pucela, que se antoja peliagudo en lo meteorológico por el frío y las nieblas que han cubierto la ciudad castellana en los últimos días, es “importantísimo” para el técnico de 61 años. El Leganés, decimonoveno con 13 puntos, podría salir virtualmente del descenso si consigue la victoria. Enfrente tendrá a un Valladolid irregular, que suma seis partidos sin conocer la victoria desde que pasó por encima del Mallorca (3-0) hace dos meses.

Aguirre, que tomó las riendas del equipo en el 5 de noviembre tras la etapa como interino Luis Cembranos, quien había sustituido a Mauricio Pellegrino en el banquillo pepinero, pondrá a prueba su revolución. El Vasco advirtió desde el primer día que ni los árbitros ni la suerte podían ser excusas para un equipo que necesitaba recuperar la confianza en sí mismo. “Esa [la suerte] no entrena conmigo de lunes a sábado”, subrayó en la rueda de prensa de su presentación. El mexicano cogió a un Leganés colista con apenas cinco puntos y, a grito pelado desde la banda, consiguió que sus pupilos plantaran cara a Real Sociedad (1-1), Barcelona (1-2) y Sevilla (1-0). Pese al escaso premio obtenido, la plantilla ganó esa confianza que le ha permitido pasar las vacaciones navideñas con relativa calma tras el empujón de diciembre.

La personalidad de Aguirre, que no deja a nadie indiferente en aquellos equipos que ha dirigido, como Osasuna, Espanyol y Zaragoza, ha sido clave para que los pepineros hayan recuperado la fe. El Vasco, capaz de mandar a sus futbolistas a la chingada decenas de veces en cada partido, traslada su identidad a sus equipos con un trato cercano al futbolista y su desparpajo tanto en el terreno de juego como fuera de él.

No obstante, el equipo afronta el primer examen de enero con una asignatura pendiente: el balón parado. Los goles encajados ante el Alavés y Sevilla, fruto de dos saques de esquina mal defendidos, dejaron mal sabor de boca al mexicano. "Nos hicieron mucho daño los últimos goles, de poder sacar cinco puntos solo trajimos dos de fuera. Estamos trabajando ese aspecto", apuntó el preparador en la rueda de prensa previa al partido ante el Valladolid. El mexicano, que cuenta con las bajas de Bustinza, Siovas y Recio, confía en un Óscar Rodríguez en forma, con cuatro goles y una asistencia, para liderar el ataque junto Braihwaite y En-Nesyri, ambos goleadores en la victoria ante el Espanyol. Un Zorilla abarrotado, con el cartel de “No hay billetes” colgado desde el miércoles en las taquillas del estadio, tomará la medida de este Leganés de Aguirre.



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