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El fútbol de Argentina se ensaña contra Mauricio Macri

2020-01-29

Macri, hijo de una familia de empresarios millonarios, primero llegó al fútbol y...

Por ANDRÉS BURGO | El País

Buenos Aires 29 ENE 2020 - 14:15 CST Entre otras causas, Mauricio Macri debería agradecerle al fútbol argentino (y en especial a Boca Juniors, el club que administró entre 1995 y 2007) por haber llegado a la presidencia de Argentina. Sin embargo, como las relaciones institucionales y humanas no siempre son recíprocas, el fútbol argentino dejó en claro que no le agradece en nada a Macri su reciente paso por la Casa Rosada. Su nombramiento al frente de la Fundación de la FIFA, anunciado este martes por el titular de organización, el italosuizo Gianni Infantino, desató la ira de los clubes y de la propia Asociación del Fútbol Argentino (AFA), cuyos dirigentes dijeron estar “perplejos” y "preocupados" por una noticia a la que calificaron de “triste” y “lamentable”. Como en un efecto cascada, también el presidente de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez, amigo personal de Macri, se desentendió de la investidura a cargo de la FIFA.

Macri asumirá la presidencia ejecutiva de la Fundación FIFA, un puesto ad honórem y de medio tiempo al frente de un programa comunitario con un presupuesto de 100 millones de dólares para que el fútbol mejore la vida de jóvenes desfavorecidos. Lo que en principio parecía un cargo menor para un exjefe de Estado, en cuestión de horas se convirtió en una plataforma para que el fútbol le recordase a Macri los fracasos de su última gestión, no solo los relacionados con el fútbol. Unas críticas que, aunque contaron con la simpatía del nuevo Gobierno peronista y parecieron estar escritas con papel de calcar -la palabra “lamentable” se repitió en la mayoría de las reacciones-, fueron más espontáneas que sugeridas. El fútbol quería cruzarse con Macri.

"Es lamentable que el expresidente que nos dejó una deuda (externa) casi impagable y más del 50% de pobreza (...) haya sido nombrado”, tuiteó el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, quien hace rato coquetea con el ingreso a la política y se muestra mucho más cercano al espacio del actual presidente argentino, Alberto Fernández. “Una persona sin pudor”, calificó a Macri el titular de San Lorenzo, Marcelo Tinelli, un popular animador de televisión que también recordó el rescate del FMI al gobierno de Macri.

Detrás de River y San Lorenzo, el resto se sumó en cuestión de horas. “Es una falta de respeto al pueblo argentino”, dijo Hugo Moyano, presidente de Independiente y líder omnipresente del sindicato de Camioneros, uno de los más fuertes del país. “Yo le pido a la FIFA que revea esta decisión y le saque ese cargo a este impostor”, se sumó otro histórico rival de Macri, Diego Maradona, hoy técnico de Gimnasia. “Nos encontramos perplejos. El objetivo de la Fundación FIFA es contribuir a un cambio social positivo, ¿justamente lo eligen a él para esa tarea?”, agregó José Alfano, el presidente de uno de los equipos debutantes en la Superliga, Central Córdoba.

Los clubes recuerdan la avanzada privatizadora que Macri lideró entre 2015 y 2019. A diferencia de lo que sucede en la mayoría de los países, la AFA prohíbe históricamente la participación de sociedades anónimas en el fútbol: River, Boca y el resto de los equipos son sociedades civiles sin fines de lucro que, en mayor o menor medida, también cumplen con una vital función social dentro de sus barrios.

Privatización del fútbol

Macri, hijo de una familia de empresarios millonarios, primero llegó al fútbol y luego a la política. Antes de ser presidente de Boca había intentado comprar con fines económicos dos clubes, el Cosmos de Nueva York y el Deportivo Español de su país. Ya dirigente de fútbol, y a cargo del mejor ciclo histórico de Boca, en 2001 consiguió que se votara en la AFA una autorización para el ingreso de sociedades anónimas. Perdió 39 a 1, pero su intento privatizador volvió en 2016, esta vez como presidente de Argentina. La AFA, otra vez, resistió contra la avanzada del clima de negocios de un Gobierno que perdió fuerza a medida que fracasaba su plan económico.

Durante su administración, Macri tomó decisiones que acorralaron a los clubes, como la modificación de un sistema especial de cargas patronales o la anulación de los contratos entre los clubes y los bingos, un histórico recurso de los equipos bonaerenses. La dirigencia del fútbol siempre interpretó esa asfixia como una forma de inducir a sus autoridades a pedir una solución privada.

Según no pocos clubes, además, la venta de las transmisiones televisivas en 2017, tras los años del kirchnerismo en que el fútbol fue emitido de manera gratuita con presupuesto estatal, se firmó por presión del Poder Ejecutivo. Muchos dirigentes hablan entre bambalinas de “extorsión”, “porque decían que si no firmábamos el fútbol no volvía”. Según los números que circulan en los despachos del fútbol, a los clubes solo les ingresa el 24,8% del dinero que los dueños de los derechos de TV recaudan en bruto.

Si River solía quejarse entre 2015 y 2019 por lo que consideraba “un poder desmedido a favor de Boca” -como dijo D’Onofrio-, hasta el propio club de Macri salió a rechazar su nombramiento en las últimas horas. “La FIFA debió consultar con los dirigentes de AFA. Los dirigentes políticos tienen que hacer política y la FIFA no es premio consuelo”, dijo el nuevo titular de Boca, Jorge Ameal, en línea con las quejas de la AFA, que quedó desairada por el anuncio de Infantino. Incluso Domínguez, el presidente de la Conmebol, se distanció de la designación. “Es una atribución del presidente de la FIFA, hay que preguntarle a él. No se me consultó”, dijo el dirigente paraguayo a CNN este martes por la noche.

La relación entre Infantino y Macri mejoró especialmente desde la cumbre del G20 realizada en Buenos Aires en noviembre de 2018. El argentino abrió al dirigente las puertas del encuentro y le permitió codearse con los grandes líderes mundiales. Un año después, Infantino otorgó a Macri la distinción de Living Football “por su trayectoria como dirigente deportivo” y ahora le llevó a la presidencia ejecutiva de la Fundación FIFA. Con lo que no contaba Infantino es que el fútbol argentino esperaba agazapado a Macri.
 



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