Deportes

Una goleada terapéutica para el Barcelona

2020-01-30

La terapeútica goleada ayudó de alguna manera, ni que sea por un día, a avalar...

Por RAMON BESA | El País

Barcelona 30 ENE 2020 -  A un partido muy agradecido, por la bondad del sorteo y del rival y por el factor campo, con todas las circunstancias a favor, respondió el Barça con una actuación digna y contundente, sin demasiadas alegrías ni dificultades, muy por encima de la oferta del Leganés. Aunque ningún hincha se levantó del asiento, la mejora fue apreciable si se toman como referencia los encuentros anteriores desde la llegada de Quique Setién. Había que recuperar sensaciones y apareció al menos un equipo más cuerdo y racional, y también menos académico y recreativo, y se contaron ocasiones, goles y también el triunfo 500 de Messi. Hasta Griezmann pareció un buen delantero en el Camp Nou.

La terapeútica goleada ayudó de alguna manera, ni que sea por un día, a avalar la decisión de no fichar a un 9 en el mercado invernal después de fracasar las negociaciones con Rodrigo. A la espera de que se recupere Luis Suárez, hay que repartir los esfuerzos y los goles serán un asunto de Messi y Griezmann y también de los medios (Arthur) y los defensas (Lenglet). Ante el Leganés, el Barcelona perdió su candidez y fue un equipo más agresivo y efectivo con el cuero y también más frágil en la defensa del arco de Ter Stegen a pesar de no tomar ningún gol, favorecido por la falta de puntería de los muchachos de Aguirre, tan atrevidos a la hora de cruzar la divisoria como erráticos ante el marco del Barcelona.

Y es que el Leganés sacó de centro y alcanzó el área con un tiro cruzado de Braithwaite que lamió el poste derecho de Ter Stegen mientras el Barça se acomodaba a partir del clásico 4-3-3, diferente al 3-5-2 que dibujó Setién ante el Granada. El equipo titular azulgrana recuperó de partida la estabilidad perdida, más a gusto y mejor puesto en la cancha, más seguro con Lenglet que con Umtiti y más dinámico con Arturo Vidal, titular por delante del desenchufado Arthur, y encontró la portería nada más enfocar a Cuéllar, un saco de goles en los partidos contra el Barça: 45 en 13. Semedo profundizó por la derecha, combinó con Messi y el centro del lateral fue rematado por Griezmann.

El francés jugaba preferentemente de delantero centro, Ansu Fati atacaba por el costado izquierdo y Messi partía desde la derecha, un plan que agradecieron los delanteros y jugadores profundos como Jordi Alba. Atacaba de manera fácil y alegre el Barcelona, más profundo y vertical que en Mestalla e Ibiza, al tiempo que concedía disparos fáciles, igual de vulnerable que en Mestalla. Messi miraba, tocaba y triangulaba, descolgado siempre en ataque, ni feliz ni descontento, más bien expectante, como si todavía no tenga muy claro qué le aguarda a su equipo en un momento de nervios en el club ante las elecciones de 2021.

La falta de control facilitó un partido abierto y entretenido por las llegadas en las dos porterías, un escenario confortable para el bravo Braithwaithe, poderoso en el cuero a cuerpo, y sobre todo para Griezmann, que chutaba la pelota incluso cuando ya había superado la línea de gol, como sucedió en el 2-0 después de un saque de esquina peinado por Lenglet. A igualdad de remates, se imponía la calidad de los jugadores del Barcelona. No tiene pegada el Leganés, traspasado El Nesyri y más pendiente de su precaria situación en la Liga que de su continuidad en la Copa. La coyuntura y el marcador facilitaron que decayera el ritmo del choque, menos animado y dinámico, y aumentara el gobierno del Barcelona.

Apareció entonces De Jong, más participativo y asociativo, por fin conectado con Messi, que anotó el 3-0 después de que la pelota rebotara en Rodri Tarín. El holandés no paró de correr incluso cuando se situó de falso extremo por la sustitución de Griezmann. Jugó el Barça más resguardado y abonado a las transiciones, territorio favorable para la carrera y el regate de Messi, excelente en el 5-0. El cuarto fue remachado por Arthur después de que Awaziem sacara el disparo del 10.

La cadencia de los goles permitió llenar el partido y el resultado da un respiro al equipo después de algunos sustos provocados por el impulso que se pedía a Setién. A partir de la calma, el entrenador deberá decidir si insiste en evolucionar al equipo a partir del legado de Valverde, como ante el Leganés, o le sacude para saber hasta dónde es capaz de llegar en la Copa, LaLiga y la Champions. Hoy está en punto muerto con un buen 5-0.
 



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