Reportajes

Los afganos comienzan a soñar con una vida después de la guerra

2020-02-24

Los afganos sueñan con conocer su propio país, algo de lo que la violencia les ha...

AFP / WAKIL KOHSAR

Las etiquetas #SiLaPazVuelve o #CuandoHayaUnaTregua, escritas en darí y en pastún, las dos principales lenguas de Afganistán, se multiplicaban en las redes sociales el sábado, coincidiendo con el inicio de una tregua temporal que permite a los ciudadanos soñar con un futuro sin guerra.

"Quiero ir a Nuristán. Correr, reír, cantar, bailar, silbar y comer yogures", escribió en Twitter Ramin Mazhar, refiriéndose a los conocidos lácteos de esta provincia del noreste del país bajo control talibán. "Quiero tocar sus colinas verdes, sus ríos indómitos y su cielo azul", prosiguió este conocido poeta afgano.

Su sentimiento lo compartían miles de ciudadanos anónimos, esperanzados con esta tregua parcial de una semana que entró en vigor el sábado. Este alto el fuego permitirá, si es respetado, la firma de un acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes el 29 de febrero, lo cual abriría la puerta al fin de un conflicto de décadas.

En realidad, el país no ha vivido un periodo de paz desde hace 40 años, cuando se produjo la invasión soviética en la Navidad de 1979.

Los talibanes, expulsados del poder en 2001 por una coalición internacional liderada por Estados Unidos, libran desde entonces una guerra de guerrillas contra las fuerzas militares estadounidenses y afganas. Han sido 18 años de atrocidades que podrían finalmente terminar, tal y como sueña la población.

Desde hace más de un año, Washington negocia con los insurgentes con vistas a un acuerdo que permitiría la retirada de miles de soldados estadounidenses de Afganistán, a cambio de varios compromisos por parte de los talibanes.

Si esta semana de tregua funciona, Washington se dijo dispuesto a firmar un acuerdo con los talibanes el 29 de febrero. Este pacto allanaría el camino para unas negociaciones entre los insurgentes y el gobierno afgano que podrían instaurar las condiciones de una paz duradera.

Los afganos sueñan con conocer su propio país, algo de lo que la violencia les ha privado durante décadas, aunque son conscientes de que las negociaciones de paz serán largas y complicadas.

"La gente no puede viajar por carretera de manera segura", lamenta Ramin Mazhar. Los talibanes "los detienen, matan o secuestran", cita.

Lejos quedan los años 60 y 70, cuando Afganistán era un destino popular e imprescindible en las rutas hippies que llevaban a muchos europeos hacia India y Pakistán.

Los extranjeros quedaban boquiabiertos ante las montañas nevadas, los esplendorosos valles verdes y los inmaculados desiertos.

La belleza sigue ahí pero el turismo se ha evaporado. Cuatro décadas de guerra han convertido al país en un destino demasiado peligroso.

La mayoría de los afganos no tiene dinero para pagar un avión y no puede viajar más allá de sus pueblos y ciudades. Millones han huido a otras ciudades o al extranjero.

"He prometido a mis amigos que iremos al Badajshán y lo cumpliré en cuanto haya un alto el fuego", escribe en Twitter Adbulá Jahid, refiriéndose a las espectaculares montañas del noreste del país.

"Si hay paz, iré a los pueblos más remotos de Afganistán a encontrarme con la gente que vive allá, comer lo que cultivan, conocer sus trabajos artesanales, compartir mis penas y alegrías con ellos", sueña otro internauta, Hamidulá Satari.

Viajes en bicicleta, recorridos en automóvil o caminatas por las montañas. Los afganos se atreven a soñar, animados con esta tregua temporal. A ellos se suman los exiliados que también aspiran a regresar si hay paz.

Hasta los talibanes y sus partidarios plasman sus esperanzas en las redes sociales.

"Bajo el régimen talibán era fácil viajar, pero Estados Unidos destrozó todo. Cuando termine la invasión, todo volverá a ser sencillo", tuitea un partidario de los insurgentes.

Otros ciudadanos sueñan con reconstruir el país y curar las heridas de la guerra. Como Heela Najibulá, hija del expresidente afgano Mohamed Najibulá Ahmadzai, torturado y asesinado por los talibanes en 1996.

Esta afgana quiere "crear una escuela" en Patkia, provincia del sureste donde murió su padre.

"Caminaré hasta la tumba de mi padre. Lloraré y rezaré para que no vuelva a haber más afganos huérfanos", escribió en Twitter.

Inicio de una tregua histórica en Afganistán

Afganistán se despertó el sábado con la esperanza de que la tregua que da comienzo y debe durar una semana se aplicará en el terreno, requisito previo esencial para la firma de un acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes.

"Es la primera mañana en la que puedo salir sin miedo a que me mate una bomba o un ataque suicida", declaró a la AFP Habib Ullah, taxista en Kabul. "Espero que esto dure para siempre".

Qais Haqjo, forjador de 23 años, se mostró menos optimista. "Creo que los estadounidenses están huyendo y abriendo el camino para que los talibanes vuelvan y gobiernen el país como en la mitad de los años 1990", dijo en su taller en la capital afgana. Para él, "la paz no llegará en este país".

Se supone que esta tregua parcial, o "reducción de la violencia", demuestra la buena fe de los insurgentes antes de la firma de un acuerdo histórico con Washington a finales de mes sobre una retirada gradual de las tropas estadounidenses a cambio de garantías de seguridad.

El objetivo de Estados Unidos es sobre todo evitar que Afganistán vuelva a ser un refugio de yihadistas, dos décadas después de que Osama Bin Laden concibiera ahí los atentados del 11 de septiembre de 2001.

El acuerdo también debe conducir a que se inicien discusiones interafganas sobre el futuro del país, después de que los talibanes lleven 18 años rechazando negociar.

La tregua comenzó la medianoche del sábado (19H30 GMT del viernes). El acuerdo, por su parte, deberá firmarse el 29 de febrero, siempre y cuando se constate una reducción de ataques en el territorio afgano, una requisito exigido por Washington.

"Una vez que (la reducción de la violencia) se aplique con éxito, la firma del acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes deberá seguir adelante", declaró el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en referencia a la promesa electoral de Donald Trump de retirar sus tropas de Afganistán.

El secretario de Defensa, Mark Esper, advirtió en un tuit que si los talibanes no demuestran "su compromiso con una reducción real de la violencia", Estados Unidos "sigue dispuesto a defenderse y a defender a sus socios afganos".

"Nos preparamos para que la firma tenga lugar el 29 de febrero", precisó Pompeo en un comunicado publicado tras su visita a Arabia Saudita.

En un comunicado, los talibanes confirmaron esta fecha y afirmaron que ambas partes "crearían una situación de seguridad adecuada" antes de la eventual firma.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, advirtió por su parte en un discurso televisado, que las "fuerzas de seguridad afgana permanecerán en estado de defensa activa durante la semana".

"Las próximas etapas del proceso de paz dependerán de la evaluación de la reducción de la violencia esta semana", añadió Ghani, que acaba de ser reelegido para un segundo mandato.

- "Paz duradera -

Rusia celebró "un acontecimiento importante" para la paz y la OTAN elogió un acuerdo que abre la vía a una "paz duradera".

Sin embargo, parece haber un desacuerdo entre los beligerantes. Un portavoz talibán, Suhail Shaheen, tuiteó que el pacto vería a "todas" las fuerzas extranjeras salir de Afganistán.

Entre 12,000 y 13,000 soldados estadounidenses están desplegados en este país, donde Estados Unidos libra la guerra más larga de su historia. Otros países extranjeros también tienen presencia.

Los talibanes fueron expulsados del poder en Afganistán por una coalición internacional liderada por Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Después iniciaron una guerrilla incesante, que ha matado a más de 2,400 soldados estadounidenses y a decenas de miles de miembros de las fuerzas de seguridad afganas.

Según los últimos datos de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA, según sus siglas en inglés), 3.404 civiles murieron y 6.989 resultaron heridos en el país debido a la violencia en 2019.

Washington ha gastado más de un billón de dólares en esta guerra.

En Kandahar (sur), vista como un feudo de los talibanes, un insurgente declaró a la AFP que había recibido órdenes de implementar un alto el fuego.

Sin embargo, otro comandante talibán, también en Kandahar, Hafiz Saeed Hedayat, señaló que a él solo le habían ordenado que dejara de atacar ciudades importantes y autopistas.

Muchos afganos comenzaban a imaginar un futuro de paz en las redes sociales, con etiquetas en dari y pastún, las dos principales lenguas del país: #SiLaPazVuelve y #CuandoHayaunAltoelFuego.

Afganistán vive en guerra desde hace cuatro décadas y la invasión soviética en la Navidad de 1979.



Jamileth
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