Vuelta al Mundo

Insatisfacción con la democracia

2020-03-04

En particular, la insatisfacción está asociada a la percepción de que a los...

LUIS PÁSARA | Política Exterior

Que el funcionamiento de la democracia produce malestar no es noticia, por lo menos en países como los latinoamericanos, donde los sondeos de opinión lo detectaron hace tiempo. Pero la insatisfacción abarca a una parte importante del mundo democrático, conforme muestra un estudio del Pew Research Center, realizado en 2019, que incluyó a 34 países. En el conjunto de la muestra, la insatisfacción comprendió al 52% de los encuestados, mientras el 44% se declaraba satisfecho. Mayor malestar se encontró entre los encuestados de menores ingresos.

Solo la mitad (49%) de los consultados está de acuerdo en que su Estado es administrado en beneficio de todos; la otra mitad (50%) expresó el punto de vista contrario. Pero al examinar las variaciones durante los últimos siete años país a país, en varios casos la tendencia es decreciente.

En particular, la insatisfacción está asociada a la percepción de que a los representantes elegidos no les preocupa lo que piensa la gente (64%). Algo sorprendente es que esta apreciación –que afecta el núcleo del carácter representativo del régimen democrático– es algo mayor en el mundo desarrollado: el 71% de los encuestados en Estados Unidos y el 69% en Europa. En los países emergentes incluidos es marcadamente menor (31% en India, 29% en Filipinas y 18% en Indonesia). La percepción negativa sobre las dirigencias políticas era mayor entre quienes se declaraban insatisfechos con el funcionamiento de la democracia.

Principios democráticos

Podría pensarse que la insatisfacción mayoritaria conduce a un desapego de los principios democráticos. Sin embargo, el 67% del conjunto de los entrevistados pensaban que votar da al ciudadano de a pie la oportunidad de manifestarse acerca de cómo se gobierna.

Asimismo, los datos del estudio muestran que, en el conjunto de los encuestados, el respaldo a nueve principios asociados con la democracia es alto. En particular, resultaron muy reconocidas la necesidad de contar con una judicatura imparcial y alcanzar la igualdad de género. No obstante, al examinarse las calificaciones de “muy importantes” otorgadas a cada uno de estos principios debe notarse que un tercio de los encuestados no le otorgó importancia a la realización periódica de elecciones –en Rusia ni siquiera obtuvo mayoría– y que apenas algo más de la mitad dieron importancia tanto a la libre actuación de la oposición política como a la de organizaciones de derechos humanos.

Argentina, Brasil, México

Tres países latinoamericanos fueron incluidos en el estudio: Argentina, Brasil y México. En el caso argentino destaca un mayor apetito por los principios democráticos que en el conjunto de la muestra y en los otros dos países de la región: importancia de un poder judicial imparcial (90% vs. 82%), igualdad entre los sexos (91% vs. 74%), necesidad de elecciones periódicas (86% vs. 65%), libertad de expresión (87% vs. 64%) y libertad de prensa (80% vs. 64%). En el caso brasileño esa tendencia aparece mucho menos acentuada; se concede mayor importancia que en el conjunto de la muestra a la libertad religiosa (82% vs. 68%), pero menos a la libertad de prensa (60% vs. 64%), a una sociedad civil libre (52% vs. 55%) y –clave– a la libertad de los partidos de oposición (36% vs. 54%). Finalmente, los datos de México revelan mayor importancia dada a la libertad de expresión (73% vs. 64%) y a la igualdad entre los sexos (80% vs. 74%), pero muestran menor preocupación por una justicia imparcial (71% vs. 82%), elecciones periódicas (62% vs. 65%), una sociedad civil libre (48% vs. 55%) y la libre actuación de la oposición política (43% vs. 54%).



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