Religión

Atentos al virus, los musulmanes mantienen la fe y la distancia en el inicio del Ramadán

2020-04-24

El riesgo de un estallido de la epidemia ha cambiado las prioridades, por la imposición de...

Por Kate Lamb

YAKARTA, (Reuters) - Los Gobiernos de las naciones asiáticas con grandes poblaciones musulmanas instaron a la gente a guardar la distancia mientras practican su fe, al iniciarse el viernes el mes de ayuno del Ramadán, en un escenario de temor por el coronavirus.

Los primeros brotes en Asia, donde vive el grueso de los 1,800 millones de musulmanes del mundo, se remontan en muchos casos a peregrinos que regresaron de Irán y Arabia Saudí, como Afganistán y Pakistán, o a reuniones de grupos islámicos, como en la India y Malasia.

Durante el Ramadán, que comienza el viernes o el sábado, dependiendo del avistamiento de la luna nueva, los musulmanes se reúnen con sus familias para romper el ayuno al atardecer, van a las mezquitas para rezar y tratan de pasar tiempo con sus parientes.

Sin embargo, el riesgo de un estallido de la epidemia ha cambiado las prioridades, por la imposición de restricciones a las grandes reuniones para rezar y a los “iftars” públicos, es decir, las comidas con las que se rompe el ayuno diario durante el Ramadán.

“Al igual que cuando ayunamos, debemos luchar y combatir nuestros deseos”, dijo el primer ministro de Malasia, Muhyiddin Yassin, en un discurso televisado a la nación, una de las más afectadas por el virus en el sudeste asiático.

“No importa que no podamos rezar juntos en la mezquita. Tal vez esta es una oportunidad que Dios nos ha dado para rezar con nuestras familias en casa.”

El jueves, su Gobierno extendió las restricciones a la movilidad hasta el 12 de mayo, canceló los populares bazares nocturnos y prohibió la asistencia al rezo en las mezquitas, así como el viaje de regreso a los lugares de origen de sus ciudadanos.

En la vecina Indonesia, que tiene la mayor población musulmana del mundo, el presidente Joko Widodo volvió a hacer un llamamiento durante un discurso nacional para que la gente trabaje y rece en casa. Indonesia ha identificado 7.775 infecciones, y 647 muertes, siendo el país de Asia con el mayor número de víctimas fuera de China, donde surgió la enfermedad.

En la isla de Java, Tatan Agustustani, de 52 años, y su familia estaban ocupados limpiando los muebles de su salón para dejar sitio a las alfombras dedicadas a la oración.

“Es lo mismo en la mezquita o en casa”, dijo Agustustani, que vive en Bogor, en las afueras de Yakarta, la capital. “Para mí, no importa dónde estemos, las oraciones deben continuar, aunque no podamos rezar en la mezquita.”

Pero ese mensaje parecía no compartirse en Aceh, la provincia gobernada por la ley islámica de la sharia en el extremo occidental del archipiélago, donde los adoradores se apiñaban en una mezquita para las oraciones rituales tarawih, realizadas por los musulmanes en la noche durante el mes sagrado del Ramadán.

Algunos señalaron que su destino no estaba en sus manos, aunque muchos llevaban mascarillas mientras se alineaban hombro con hombro para rezar.

“En nuestra creencia, es Dios quien decide cuándo moriremos”, dijo un devoto, Taufik Kelana. “Pero nos mantendremos alerta, por ejemplo llevando mascarilla.”

En Brunéi, el pequeño sultanato rico en petróleo que comparte la isla de Borneo con Malasia e Indonesia, las mezquitas han sido cerradas temporalmente y se ha instado a la gente a rezar en casa. Brunéi ha registrado 138 infecciones.

SIN IFTAR

En el sur de Asia, se espera que el Ramadán comience el sábado.

Los líderes de los 160 millones de musulmanes de la India han instado a la gente a prestar atención al confinamiento nacional durante todo el mes.

Está previsto que el 3 de mayo terminen las medidas de aislamiento en la India, que ha registrado 23.076 infecciones y 718 muertes.

“Si el confinamiento no termina el 3 de mayo o poco después, será un Ramadán como ninguno en mis 55 años”, dijo Salim Mohammed, un agente inmobiliario de la ciudad occidental de Ahmedabad.

Los musulmanes, que forman el 12 por ciento de la población de la India, un país de 1,300 millones de personas, se han visto sometidas a nuevas presiones de los grupos radicales hindúes vinculados a la alianza gobernante del primer ministro Narendra Modi y a los grupos de vigilantes después de que un gran número de infecciones estuvieran vinculadas a una reunión religiosa de un grupo misionero suní.

La reunión de Tablighi Jamaat, celebrada a mediados de marzo, atrajo a participantes de toda la India, del vecino Bangladés e incluso de Indonesia y Malasia.

El reputado centro islámico de enseñanza religiosa All India transmitirá en vivo la recitación de dos capítulos del Corán, el libro sagrado de los musulmanes, de las 20.00 a las 22.00 horas cada día.

“Esta es la mejor manera de rezar a Alá y mantener a todos a salvo”, dijo su presidente, Khalid Rashid Firangi Mahali.

“No debería haber ninguna fiesta de Roza Iftaar. En su lugar, ese dinero debe destinarse a comida y a raciones para los pobres.”

Bangladés ha ordenado a las mezquitas que restrinjan las actividades vespertinas del Ramadán a 12 personas y ha prohibido las reuniones relacionadas con los iftar, mientras que Sri Lanka ha cerrado las mezquitas al público.

Los médicos de Pakistán están preocupados por la decisión del Gobierno de levantar las restricciones a las congregaciones de las mezquitas durante el Ramadán.

Pakistán tiene 11.155 infecciones de virus con 237 muertes, pero los médicos y el Gobierno dicen que el brote aún no ha llegado a su punto álgido.



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