Turismo

Balnearios desolados en inicio del verano en el Mediterráneo

2020-05-06

Si bien Italia reanuda lentamente las actividades tras dos meses de cuarentena para combatir la...

 

SPERLONGA, Italia (AP) — Normalmente, el balneario de Sperlonga, no muy lejos de Roma, estaría recibiendo los primeros clientes del verano en esta época.

Los restaurantes estarían abiertos y sus playas llenas de turistas del norte de Europa, ansiosos por tomar un poco de sol después de un largo y oscuro invierno. No de italianos, para quienes las temperaturas están demasiado bajas todavía.

El balneario, sin embargo, está casi vacío.

Si bien Italia reanuda lentamente las actividades tras dos meses de cuarentena para combatir la pandemia de coronavirus que mató casi 29,000 personas en este país, el gobierno todavía no ha dicho cuándo podrán reabrir los balnearios.

Sperlonga, popular playa sobre el mar Tirreno a 120 kilómetros (75 millas) al sur de Roma, no es la única que se encuentra en esta situación. Todos los balnearios del Mediterráneo, desde Portugal hasta Turquía, enfrentan la misma incertidumbre.

“Espero que nos dejen saber lo antes posible cuándo podemos empezar a funcionar. Esto es fundamental. Sin esto, estamos muertos”, dijo Lucio Daniele Faiola, dueño de un hotel en Sperlonga.

A pesar de la falta de información, Faiola ya está arreglando su propiedad, pintando un cerco con un blanco brillante. Un empleado limpia la playa y nivela la arena.

Sperlonga, donde alguna vez el emperador romano Tiberio tuvo una villa, se encuentra en una colina con vistas a las aguas transparentes del Tirreno, a mitad de camino entre Roma y Nápoles. Es un popular destino para escapadas de fin de semana de residentes de las dos ciudades y hasta 10,000 personas pueden bañarse en su playa en la temporada pico, según Leona La Rocca, presidenta de la asociación de turismo local.

Turistas extranjeros sobre todo de Rusia, Alemania, Austria y Noruega, representan generalmente el 30% de los visitantes.

Muchos restaurantes permanecen abiertos todo el año, pero esta vez tuvieron que cerrar cuando el gobierno dispuso una cuarentena el 8 de marzo.

Mientras hoteles y restaurantes esperan instrucciones acerca de cómo adaptarse a los nuevos tiempos de distanciamiento social, en los callejones y las placitas reina el silencio. Y los gatos duermen en las mesas de cafés cerrados.



Jamileth

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