Migración

Aumentan los cruces ilegales en la frontera norte de Estados Unidos

2020-05-08

Un mexicano que cruzó sin autorización para trabajar en una granja de productos...

Por WILSON RING

SWANTON, Vermont, EU (AP) — El número de personas detenidas por cruzar de manera ilegal de Estados Unidos desde Canadá casi se ha triplicado en los últimos tres años, y los mexicanos representan una porción cada vez más grande, de acuerdo con información federal.

Un mexicano que cruzó sin autorización para trabajar en una granja de productos lácteos de Vermont dijo que era más fácil que intentarlo por la frontera sur.

Estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) obtenidas por The Associated Press por medio de una solicitud de registros públicos arrojaron nuevos detalles sobre lo que aparentemente era anecdótico: A lo largo de la frontera desde Maine hasta Washington, 446 de las 1.586 personas que cruzaron ilegalmente y fueron detenidas en el año fiscal de 2019 eran mexicanas, es decir, el 28%. Eso representa un incremento respecto a las 20 de las 558 detenciones, o apenas el 3,6%, en 2016.

Las cifras también aumentaron para los rumanos, muchos identificados como gitanos, y de otras nacionalidades como haitianos e indios. Estas cifras no incluyen las detenciones por razones distintas a los cruces ilegales, como haberse quedado más tiempo del permitido.

Los datos de este año probablemente serán distintos debido al impacto que ha tenido la pandemia de COVID-19 en los desplazamientos. Michael McCarthy, portavoz de la CBP, dijo que ha habido un “declive en las entradas ilegales” desde la llegada del virus y el cierre de la frontera, aunque no proporcionó cifras específicas. Sin embargo, se prevé que vuelvan a aumentar una vez que se reanuden los viajes.

Una ex agregada del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos en Ottawa dijo que no le sorprendía el aumento en los cruces ilegales desde Canadá, aunque el total sigue siendo menor al 1% de las detenciones en la frontera sur.

“Al igual que el agua en su nivel más bajo, los migrantes encontrarán la mejor forma de entrar”, comentó Theresa Brown, quien ahora es directora de inmigración y política transfronteriza en el Centro de Política Bipartidista de Washington.

Diego, el trabajador de la granja lechera de Vermont, dijo que cruzó sin autorización desde Canadá en 2017 porque era más seguro y barato que cruzar por la frontera sur.

“La persona que nos iba a cruzar, según nos la recomendó un amigo, pues era de confianza, o sea no había riesgo de que nos hiciera alguna estafa”, dijo Diego, de 26 años, quien es oriundo del estado mexicano de Tabasco. Habló bajo condición de que no se usara su nombre completo debido a que se encuentra en Estados Unidos sin autorización.

Diego ingresó al territorio estadounidense por el sector de mayor número de detenciones de la frontera norte: un tramo de 475 kilómetros (295 millas) que incluye el norte de Nueva York, Vermont y Nueva Hampshire en el que se registró más de la mitad de las detenciones en la frontera norte el año pasado, un aumento respecto al 38% de 2016.

Una revisión informal de los casos penales presentados contra las personas arrestadas en Vermont y en el norte de Nueva York en los últimos dos años indicó que la mayoría trataba de llegar a zonas alejadas de la frontera, como la ciudad de Nueva York.

El jefe del sector, el agente fronterizo Robert Garcia, atribuye el aumento de cruces ilegales a su proximidad con Toronto y Montreal y con la costa este de Estados Unidos; a una mayor atención en la seguridad de la frontera sur del país, y a los cambios en los requisitos de entrada canadienses.

En 2016, Canadá retiró su requisito de que los mexicanos solicitaran visas para ingresar al país, como parte de las labores para fortalecer sus lazos con México. Un cambio similar para los rumanos entró en vigor en 2017.

El gobierno canadiense “supervisa de cerca su sistema de inmigración”, y toma en serio la responsabilidad de la frontera compartida con Estados Unidos, manifestó el Departamento de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá en un comunicado.

“Los viajes sin visado no garantizan la entrada a Canadá”, señaló, destacando que este tipo de viajes podrían ser suspendidos en caso de ser necesario para preservar la integridad del sistema.

Diego dijo que él y otros cuatro adultos que no conocía volaron a Toronto desde México, esperaron varios días en un motel y posteriormente viajaron por tierra a Montreal y tomaron un taxi hacia un poblado cerca de la frontera entre Quebec y Vermont. Un guía los llevó a la frontera y les dijo que una vez que cruzaran, debían correr a través de un campo arado hacia una persona que los estaría esperando.

“Ya estando allí, que te llevan y como sea pues ya esta de la suerte”, declaró.

Diego dijo que el viaje le costó alrededor de 2,500 dólares y después se enteró que la persona que organizó su pasaje fue arrestada y deportada a México.

En otro caso reciente de tráfico ilícito, un ciudadano canadiense nacido en El Salvador fue extraditado a Estados Unidos y acusado de ejecutar durante años una operación para llevar a gente desde Canadá hacia Vermont y Nueva York.

La Patrulla Fronteriza dijo que los traficantes están dispuestos a desplazarse. En Maine, estadísticamente una de las zonas más tranquilas de la frontera, un acusado que fue detenido en diciembre admitió haber hecho seis viajes al norte de Maine en un mes para llevar a unas 12 personas a la ciudad de Nueva York.

“Si eso hizo que se te pusieran los pelos de punta, diría que también sentí lo mismo”, comentó Jason Schneider, jefe interino del sector de la Patrulla Fronteriza que incluye a todo Maine.



Jamileth