Salud

Cuba busca competir en carrera por frenar el coronavirus con biotecnología de la era de Castro

2020-05-13

El gobierno cubano está promocionando un medicamento que produce un tipo de proteína...

Por Sarah Marsh

LA HABANA (Reuters) - Cuba, que está bajo un embargo comercial de Estados Unidos hace seis décadas, apuesta a que su sector biotecnológico impulsado por el fallecido líder revolucionario Fidel Castro puede dar a la isla caribeña ventaja en una carrera global para tratar el nuevo coronavirus.

El gobierno cubano está promocionando un medicamento que produce un tipo de proteína conocida como interferón que fortalece el sistema inmune, y según sostiene, ha sido exitoso para tratar el virus en el país y China. Más de 80 países han expresado su interés en comprar su interferón alfa 2b, según La Habana.

Las autoridades han expresado la esperanza de que este y otros tratamientos en los que está trabajando Cuba podrían ayudar a impulsar su frágil economía.

“Tenemos buenos productos como el interferón alfa 2b que estamos exportando y que abren posibilidades”, dijo el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, en la televisión.

Los interferones se han utilizado internacionalmente ya por décadas para tratar el dengue, el cáncer y las hepatitis B y C. Estudios realizados durante la epidemia del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) en 2003 sugirieron que los interferones también podrían ser útiles contra los coronavirus.

La Habana ha promovido en China, donde se cree que se originó la pandemia actual, el interferón en sus pautas de tratamiento para COVID-19, una enfermedad causada por el virus.

Uno de los interferones que ha usado es producido por la empresa conjunta cubano-china Changheber, dijeron las autoridades de la isla. Sin embargo, los interferones pueden causar efectos secundarios graves cuando se usan de forma habitual.

Críticos del Gobierno acusan al Estado cubano de abogar por un tratamiento no probado para COVID-19 y potencialmente dañino, además de ocultar originalmente el hecho de que otros países producen interferones, incluyendo el interferón alfa 2b.

Cuba dice que trató ya a casi todos sus pacientes con inyecciones de interferón, lo que ayudó a lograr una tasa de mortalidad más baja entre sus 1.804 casos confirmados, a 4,13 por ciento. El continente americano tiene una letalidad de 5,94 por ciento, según el director nacional de epidemiología de Cuba, Francisco Durán.

También ha destacado un ensayo en el hospital Taihe, de la provincia china de Hubei, que sugiere que nuevas formas de administrar interferón pueden ayudar a contener el virus e incluso prevenir el contagio con menos efectos secundarios.

Ninguno de los casi 3,000 trabajadores chinos de la salud que usaron gotas nasales de interferón se infectaron con el virus, según un estudio realizado por investigadores chinos revisado ​​por Reuters.

Se incluyeron más de 500 con alta exposición a pacientes infectados. Más de 1,000 trabajadores se enfermaron en otros hospitales de la misma provincia en una etapa similar.

El ensayo utilizó interferón alfa, aunque no específicamente cubano. Los informes del estudio no han sido revisados ​​por pares ni publicados en revistas médicas. Se necesitan grandes ensayos controlados aleatorios para corroborar estos hallazgos iniciales. Decenas de ensayos que prueban el interferón ya están en marcha en todo el mundo.

Sin embargo, el ministerio cubano de salud ha dicho que ya está comenzando a usar gotas nasales para la prevención en trabajadores sanitarios.

BIOTECNOLOGÍA IMPULSADA POR FIDEL

El interferón, considerado una droga de enorme potencial en las décadas de 1970 y 1980, tiene un lugar especial en Cuba.

    Fidel Castro, cuya revolución de 1959 priorizó la salud y la educación gratuitas y que a menudo tenía gran interés personal en desarrollos científicos, envió a algunos científicos cubanos al extranjero para estudiar su producción.

Cuando regresaron, lograron fabricarlo en casa. El medicamento se usó con éxito durante una epidemia de dengue hemorrágico en 1981. Fue entonces cuando el sector biofarmacéutico de Cuba comenzó realmente a crecer pese a los obstáculos del embargo comercial estadounidense.

Ahora produce la mayoría de los medicamentos usados en Cuba, así como más de 300 productos para exportar a más de 50 países, incluidos algunos tratamientos innovadores, como una vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón llamada CIMAvax.

En el país hay 21 centros de investigación y 32 empresas que emplean a unos 20,000 trabajadores en la estatal BioCubaFarma. Las exportaciones de biofármacos tuvieron un valor de 442 millones de dólares en 2016, según los últimos datos oficiales, superando exportaciones de azúcar, ron o tabaco.

Los partidarios del éxito biofarmacéutico de Cuba dicen que refuta la teoría de que la competencia de libre mercado es necesaria para innovar en el sector. Los escépticos se preguntan qué tan rentable es la industria, que en su mayoría está financiada por el Estado, y si podría continuar floreciendo dados los problemas de efectivo de la isla.

Cuba ni siquiera ha podido producir suficientes medicamentos para satisfacer la demanda interna en los últimos años debido a la falta de insumos a raíz de las medidas de austeridad. Sin embargo, la pandemia puede ser una oportunidad para que el sector mejore y genere divisas.

El presidente de BioCubaFarma, Eduardo Martínez, hizo una presentación la semana pasada sobre una serie de medicamentos que se están probando para fortalecer el sistema inmune contra COVID-19, prevenir el empeoramiento de los síntomas y ayudar a la recuperación de los pacientes.

Martínez dijo que estaban desarrollando su propia versión de Kaletra de AbbVie, una píldora contra el VIH que Cuba y otros países están administrando a pacientes con coronavirus. Y señaló que los diferentes tratamientos estaban generando interés en el extranjero.

“Estamos creando las condiciones para introducir (estos medicamentos) a nivel industrial y aumentar su producción”, dijo.



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