Internacional - Seguridad y Justicia

Ataques en Afganistán matan 14 civiles, 9 milicianos

2020-05-20

Los incidentes se produjeron coincidiendo con el nuevo llamado de Naciones Unidas para acabar con...

Por RAHIM FAIEZ

KABUL (AP) — Hombres armados mataron a 14 personas en dos incidentes separados en Afganistán y los talibanes asaltaron puestos de control progubernamentales en el norte de país acabando con la vida de nueve milicianos, dijeron funcionarios el miércoles. Fueron los últimos incidentes de una implacable ola de violencia que sacude una nación devastada por la guerra.

Los incidentes se produjeron coincidiendo con el nuevo llamado de Naciones Unidas para acabar con la violencia y mientras el enviado especial de paz de Washington, Zalmay Khalilzad, se embarcó en una nueva ronda de contactos con los talibanes para presionarlos para que inicien las negociaciones con el recién reconciliado liderazgo del país en Kabul.

En el primer ataque, un número desconocido de pistoleros irrumpió en una mezquita de la provincia de Parwan, al norte de la capital, Kabul, el martes en la noche y mató a 11 fieles además de herir a varios más, explicó el vocero del Ministerio del Interior, Tariq Arian. En un primer momento se reportaron ocho víctimas mortales.

En el segundo, también el martes en la noche, hombres armados atacaron a una familia que regresaba a casa desde una mezquita cercana en la región oriental de Khost, y asesinaron a tres hermanos, añadió Arian. En ambos casos, los agresores se dieron a la fuga.

Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad por ninguno de los dos incidentes, pero los talibanes se apuraron a desvincularse. El grupo extremista Estado Islámico, que tiene una presencia cada vez más activa en Afganistán y sufrió derrotas en el campo de batalla ante las fuerzas del gobierno, de Estados Unidos y de sus rivales talibanes, ha perpetrado ataques similares en el pasado.

Washington culpó a la milicia radical de un horrible ataque contra una maternidad de Kabul la semana pasada que dejó 24 muertos, incluyendo dos recién nacidos.

En un tercer episodio, los talibanes asaltaron puestos de control pertenecientes a una milicia progubernamental local en la región nororiental de Takhar y mataron a nueve de sus miembros, apuntó Khalil Aser, vocero del jefe de la policía provincial.

Según el portavoz, el ataque tuvo lugar en el distrito de Khwaja Bahuddin también el martes en la noche y otros seis milicianos sufrieron heridas. Cuando los refuerzos llegaron al lugar, los insurgentes se habían ido ya, añadió. Los talibanes no se pronunciaron de inmediato.

Familiares de los asesinados en la mezquita de Parwan llevaron el miércoles en la mañana los cuerpos a Charakar, la capital de la provincia, para una protesta en el exterior de la oficina del gobernador reclamando justicia y castigo para los autores, señaló la vocera del dirigente, Wahida Shahkar,

La policía de la región estaba investigando el asalto, señaló Shahkar, quien calificó lo ocurrido de “un crimen contra la humanidad”.

Las mezquitas han sido escenario habitual de ataques. El pasado octubre, EI se atribuyó la explosión de una bomba en una en la provincia oriental de Nangarhar que provocó el derrumbe del tejado y causó 62 fallecidos y 36 heridos.

Antes del feriado musulmán del Eid al-Fitr, que se celebra este fin de semana por el final del mes sagrado del ayudo, el Ramadán, el líder talibán, mulá Hibatullah Akhuundzada hizo pública una declaración con la que buscaba tranquilizar a los afganos afirmando que con el grupo en un futuro gobierno afgano, hombres y mujeres tendrían igualdad de derechos.

Los talibanes “no tienen una política monopolista, a todos los miembros masculinos y femeninos de la sociedad se les concederán sus debidos derechos”, dijo añadiendo que los insurgentes están comprometido con el acuerdo con Estados Unidos a pesar de las demoras en el inicio de las conversaciones intraafganas.

El líder talibán instó también “a la otra parte a cumplir sus propios compromisos y a no permitir que esta oportunidad crítica se desperdicie”. El pacto “puede demostrar ser un instrumento poderoso para poner fin a la guerra entre Estados Unidos y nuestro país y para establecer la paz y un sistema islámico en nuestra patria”.



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