Nacional - Seguridad y Justicia

Un fin de semana de violencia golpea a México

2020-06-09

En Guanajuato vive el 5% de la población mexicana, pero se registran en torno al 13% de los...

Por ALFREDO PEÑA

CIUDAD VICTORIA, Mexico (AP) — Tras un fin de semana de asesinatos relacionados con el narcotráfico que dejó tres docenas de muertos en el estado industrial de Guanajuato, así como confrontaciones en la frontera, el presidente de México lo citó el lunes como ejemplo de que “la política neoliberal ha resultado un rotundo fracaso en el mundo”.

Un grupo de hombres atacó el sábado un centro de rehabilitación de drogas en Irapuato, Guanajuato, y mató a 10 personas en el lugar. Pero eso fue apenas una parte de los 34 asesinatos cometidos en el estado durante el fin de semana.

El estado cuenta con un pujante sector industrial, que incluye media docena de automotrices extranjeras. Pero también es el campo de batalla en una sangrienta lucha por el territorio entre el Cártel de Jalisco y la pandilla local Santa Rosa de Lima.

“Guanajuato durante todo el periodo neoliberal ha tenido tasas de crecimiento del cinco por ciento anual y han llegado inversiones, se han instalado plantas automotrices; sin embargo, primer lugar en homicidios”, dijo el lunes el presidente, Andrés Manuel López Obrador.

López Obrador ha rechazado la confrontación directa con los cárteles de la droga y apostado por programas sociales de largo plazo, como formación profesional y becas, para reducir el número de jóvenes reclutados por las pandillas. Pero cree que hacen falta programas gestionados por el gobierno, y no la clase de creación de empleo impulsada por el sector privado que se da en Guanajuato.

Todo forma parte de las propuestas del mandatario para una “nueva economía” en la que el progreso y el bienestar no se miden por el crecimiento económico.

“Entonces, ¿vamos a seguir midiendo nada más el Producto Interno Bruto?, ¿qué?, ¿la paz no debe de medirse?, ¿el bienestar de la gente, la tranquilidad?”, dijo López Obrador, que ha propuesto un nuevo “índice de bienestar” para medir el progreso en lugar de depender del PIB.

La Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) replicó con rapidez que “el bienestar de los mexicanos se logra con una economía sana y con empleos, no con un nuevo ‘índice de bienestar’”. La agrupación, que ha sido crítica con López Obrador por no aplicar programas de estímulo económico durante la pandemia del coronavirus, añadió que “si la economía cae, el bienestar de los mexicanos también cae”.

No hay nada nuevo en la proyección de diferencias ideológicas sobre la violencia constante en Guanajuato, un estado gobernado por el conservador Partido de Acción Nacional. Guanajuato lidera al país en homicidios, aunque las autoridades del estado culpan a asesinos llegados de fuera pertenecientes al Cártel de Jalisco, con sede en un estado vecino.

En Guanajuato vive el 5% de la población mexicana, pero se registran en torno al 13% de los asesinatos del país. López Obrador dijo que el estado había contabilizado el 20% de los homicidios del país la semana pasada.

También ha habido discrepancias en la estrategia para combatir la violencia: aunque el gobierno mexicano ha desplegado a la Guardia Nacional en Guanajuato, esos agentes se dedican principalmente a patrullas rutinarias y labores como guías. En cambio, la policía estatal ha enfrentado de forma más directa a las pandillas, con el resultado de que el 1 de junio, cuatro policías murieron baleados por pandilleros en la ciudad de Celaya.

López Obrador ha dicho que “no se puede combatir la violencia con más violencia” y ha optado por una estrategia menos agresiva contra los cárteles.

Pero las limitaciones de esa política quedaron patentes el fin de semana en el estado fronterizo norteño de Tamaulipas, donde a apenas unas pocas millas de la frontera con Estados Unidos, los restos calcinados de cinco tanques improvisados por cárteles enfrentados salpicaban una carretera. Los cárteles habían soldado placas de metal a camiones para crear esos vehículos similares a tanques, conocidos como “monstruos”.

Una transeúnte murió el domingo en la balacera entre cárteles en la que quedaron destruidos los vehículos blindados, y sus dos hijas resultaron heridas. La mujer se ganaba la vida produciendo carbón cerca de la ciudad de Camargo, Tamaulipas, y fue alcanzada por las balas en una gasolinera a la que había ido para comprar comida.

Los tiroteos habían comenzado el viernes, cuando hombres armados dijeron a los vecinos que no salieran a la calle. El Cártel Nordeste, que en el pasado fuera parte de Los Zetas, intenta controlar la zona en torno a Miguel Alemán.

Los restos de los antiguos cárteles del Golfo y de los Zetas llevan en torno a una década inmersos en una sangrienta guerra por ese tramo de la frontera. En el pasado, infantes de marina mexicanos patrullaban la zona y trataban de mantener a los cárteles a raya, pero después se les relevó de tareas en tierra y la Guardia Nacional y el Ejército han tenido problemas para gestionar la situación.

Una fuente local que habló bajo condición de anonimato indicó que el Ejército no se había presentado durante las balaceras pese a llamadas reiteradas.



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