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Peluches, joyas, clases de baile: así sobreviven en Broadway

2020-07-30

Los vende a 23 dólares cada uno en Etsy y exhorta a los compradores a descargar su ira en...

Por MARK KENNEDY | AP

NUEVA YORK (AP) — La costurera de Broadway Amy Micallef no ha puesto sus talentos en pausa durante el cierre de los teatros. Está haciendo muñecos de peluche, con formas inusuales.

Micallef, quien ha trabajado en los departamentos de vestuario de “Hamilton”, “Waitress” y “Frozen”, crea representaciones alegres del COVID-19, con todo y un par de ojos y piel sintética.

Los vende a 23 dólares cada uno en Etsy y exhorta a los compradores a descargar su ira en sus creaciones: no tengan piedad con el virus que ha causado tanta pérdida y perturbación.

“A veces uno necesita lanzar algo contra la pared, pisar algo. ¿Quieres atropellarlo con tu auto? Cariño, adelante”, dice de sus peluches. “He aquí tu oportunidad para una dulce venganza”.

Mientras los escenarios siguen a oscuras, trabajadores de Broadway como Micallef encuentran maneras para mantener la luz encendida en sus casas con oficios complementarios. Algunos dan clases de baile. Otros enseñan música o actuación vía Zoom. Hay quienes fabrican joyas o grabados de su arte, o bien venden productos de belleza y agendas hechas a mano.

“Los trabajos complementarios comunes de los actores son catering e incluso esos trabajos no existen. Nadie está haciendo fiestas”, dijo Jeanna de Waal, quien próximamente protagonizará el musical “Diana”. “Mucha gente ha tenido que aprender nuevos oficios y utilizar cualquier habilidad que posea para pagar sus cuentas”.

La situación de supervivencia se tornará más oscura cuando el programa de compensación gubernamental por la pandemia de 600 dólares semanales caduque este mes. Los cheques por desempleo en Nueva York llegan a un máximo de 504 dólares a la semana, pero la mayoría de la gente recibe apenas una fracción de esa suma, insuficiente para vivir en una ciudad cara. El grupo de ayuda The Actors Fund ha distribuido más de 14 millones de dólares en asistencia a unas 12,000 personas, pero hace falta más. Los espectáculos en la ciudad no se reanudarán al menos hasta enero.

“No puedo ser más claro: el sector de las artes y el espectáculo en su totalidad están al borde de la mayor crisis existencial que hayamos tenido”, dijo Adam Krauthamer, el presidente del Local 802, el sindicato de los músicos. “Estamos al borde del precipicio”.

Dijo que muchos de sus 7,000 miembros analizan si sus carreras tienen futuro y podrían no volver a sus orquestas. Krauthamer advierte que el sonido de Nueva York podría cambiar muy pronto sin ayuda.

“Si los políticos, filántropos y personas correctas que ayudan a las artes no se involucran para crear juntos un programa que salve a la cultura y las artes en la ciudad de Nueva York, esto tal como lo conocemos cambiará para siempre”.

La carrera de Ali Solomon finalmente tomaba vuelo cuando la pandemia azotó a mediados de marzo. Al igual que muchos artistas en Broadway, tenía un crisol de trabajos: era coreógrafa asociada del espectáculo off-Broadway “Trevor: The Musical”, coreógrafa de giras para “Charlie and the Chocolate Factory” y estaba ayudando a una puesta en desarrollo. Todo eso se congeló, mas no la renta de su vivienda.

“Estás en tu mejor momento después de haber trabajado tantos años y ahora para encontrar trabajo en otra industria, ¿por dónde se empieza? Uno está en el último peldaño de la escalera. Si tienes suerte te pagarán salario mínimo”, dijo.

Para pagar sus cuentas, dijo que se hizo asesora para el cuidado de la piel en Rodan and Fields y que da clases tanto en persona, en un estudio en Long Island, como de manera virtual en PassDoor, un estudio de danza online creado por veteranos de Broadway.

“Estoy comenzando a generar pequeños trozos de ingreso. Nada de eso se compara con lo que estaba ganando antes, pero es algo y por fortuna he podido ahorrar. Pero el miedo es que esos ahorros que has estado cuidando tanto desaparezcan rápidamente porque el costo de la vida es muy alto”.

Vivir con fácil acceso al distrito teatral siempre ha sido clave para el talento de Broadway. Pero esos apartamentos suelen tener los más elevados alquileres. Así que algunos trabajadores están dejando que sus contratos de arrendamiento se venzan, mudándose y aguardando el momento en que reabran los teatros, algo que muchos temen genere una fuga de talento.

“Conozco a mucha gente que ya se fue de la ciudad”, dijo Solomon. “No significa que nunca volverán, pero han renunciado a sus casas. Dicen, ‘hasta que tengamos un motivo para volver, no necesitamos estar aquí’”.

De Waal ha pasado de actuar a contratar. Ha puesto su foco en Broadway Weekends, una compañía que ella y su hermana Dani crearon en 2017 que ofrece campamentos de teatro en persona para adultos. Tras el cierre, decidió enfocarse en dar servicio por internet y contrató a otros artistas. “Todos mis amigos están desempleados, así que fue muy fácil conseguir gente”.

Broadway Weekends ahora ofrece 20 a 30 clases por semana en Zoom, y cobra 39 dólares mensuales por acceso ilimitado. Las inscripciones se dispararon a más de 7,000. De Waal les paga a sus profesores y está trabajando para establecer una versión sin ánimo de lucro y un ramo educativo para niños.

Jenny Florkowski, una veterana de “Wicked”, hace joyas para vender en Etsy con el fin de ayudar a su comunidad. Dona todas las ganancias de sus brazaletes de amistad o con cuentas al fondo de defensa legal de la NAACP, la organización de defensa de los negros, y Color of Change.

“En estos tiempos muchos artistas sienten que han perdido su rumbo”, dijo. “Fue lindo conectar con mucha gente y sentir que todos estamos dando a algo más grande que nosotros”.

Productores de Broadway han donado millones de dólares a fondos de emergencia y una incluso sacó dinero de su propio bolsillo para emplear a 70 bailarines para que dieran clases de danza y ejercicio en línea.

Jenna Segal, coproductora de espectáculos como “Hadestown” y “What the Constitution Means to Me”, lanzó Get In Shape Grrl! en Facebook y lo ha expandido a una aplicación, atrayendo a unos 15,000 miembros.

“Simplemente pensé, ‘¿No sería divertido traer Broadway a la gente que está triste porque la temporada estaba a punto de comenzar? Hagamos algo en lo que puedan participar y nosotros podemos mantener empleados a los bailarines’”, dijo Segal.

Mackenzie Warren, una bailarina e instructora, ha recurrido a distintas formas de arte, vendiendo incluso grabados de sus lindos bodegones en acuarela. Dice que es otra manera de contar una historia y traer luz a la gente. Pero también toca un punto sensible para los amantes del teatro.

“He llegado a actuar en espectáculos de ensueño, he llegado a actuar en Broadway. Estoy tan agradecida y espero que mi carrera no haya terminado en esa área. Pero si es así, puedo mirar atrás con gratitud y decir, ‘OK, ¿cuál es la próxima aventura? ¿Cómo puedo adaptarme?’”.

La pandemia ha revelado tanto la creatividad de la comunidad de Broadway como su fragilidad. Micallef, la hacedora de peluches, de inmediato donó mascarillas a trabajadores en el frente de la batalla cuando azotó el virus. Pero ahora su trabajo complementario apenas es suficiente para darle de comer. Todavía tiene fe.

“Tengo el beneficio de saber dos cosas importantes que creo que la gente quizás no crea o no entienda realmente. Primero, esto terminará. Lo hará. Se los prometo”, dijo. “Y segundo, lo que viene será mejor”.



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