Internacional - Política

Álvaro Uribe enfrenta una posible detención

2020-08-04

Uribe sería el primer presidente colombiano en la historia moderna en ser detenido.

Por Julie Turkewitz | The New York Times

BOGOTÁ, Colombia — El presidente de Colombia, Iván Duque, atacó a su propio sistema judicial el martes por perseguir a su mentor, el expresidente Álvaro Uribe, quien enfrenta una posible detención en medio de una investigación de fraude y soborno.

Duque hizo sus declaraciones después de que Uribe se lamentara de “la privación de mi libertad” en Twitter, lo que alimentó la especulación generalizada en Colombia de que el expresidente estaba a punto de ser detenido por la Corte Suprema. Pero para el martes por la noche, la Corte Suprema aún no había emitido oficialmente una orden de detención, lo que aumentó la confusión.

Uribe es una encumbrada figura en la política colombiana y su aprehensión alteraría el panorama político en un país donde los políticos más poderosos rara vez han sido llamados a responder por sus acciones en tribunales a pesar de acumular años de pesquisas en su contra.

Uribe sería el primer presidente colombiano en la historia moderna en ser detenido.

Mientras que otras naciones en América Latina han abordado agresivamente la corrupción en los últimos años, a veces con juicios a presidentes, Colombia no ha hecho lo mismo.

Poco después de que Uribe lamentó en Twitter su inminente aprehensión, el presidente Duque denunció que a su mentor no se le permita esperar la resolución de su caso en libertad, algo que se les ha permitido hacer a algunos criminales y guerrilleros.

“Duele como colombiano”, dijo Duque, que “a un servidor público ejemplar, que ha ocupado la más alta dignidad del Estado, no se le permita defenderse en libertad, con la presunción de inocencia”.

Considerado ampliamente como el político colombiano más poderoso de las últimas décadas, Uribe ha sido objeto de investigación durante años, pero esto es lo más cerca que ha estado de enfrentar a un panel de jueces.

Su capacidad para evitar el enjuiciamiento había llevado a muchos colombianos a llamarlo el “presidente de teflón”.

“La privación de mi libertad me causa profunda tristeza”, escribió Uribe en Twitter el martes, anticipando su detención, “por mi señora, por mi familia y por los colombianos que todavía creen que algo bueno he hecho por la patria”.

Uribe fue presidente de 2002 a 2010, y continúa ejerciendo un poder descomunal desde su curul de senador. El actual presidente, Iván Duque, era poco conocido antes de que Uribe lo respaldara y ganó con la promesa de restaurar el legado del expresidente.

Su posición en Colombia hizo que la detención de Uribe “realmente sea algo significativo para nuestro país”, lo que indicaría un posible cambio para obligar a los políticos previamente intocables a responder por presuntos delitos, dijo Francisco Bernate, profesor de derecho en la Universidad del Rosario en Bogotá, la capital.

Los fiscales aún no han presentado cargos formales contra Uribe, pero el sistema de justicia colombiano permite que los jueces lo encarcelen a la espera de una acusación si creen que hay riesgo de fuga o que podría alterar las pruebas. Podría estar en la cárcel hasta durante un año mientras avanza la investigación.

El caso se deriva de una investigación que los magistrados en la Corte Suprema comenzaron en 2018. Los jueces están examinando si Uribe intentó influir en el testimonio de un presunto paramilitar, Juan Guillermo Monsalve, al presionarlo a retractarse de declaraciones en las que vinculaba a Uribe a la creación de grupos paramilitares.

Uno de los abogados de Uribe, Diego Cadena, también está bajo investigación en el caso.

Uribe ha negado la conexión con grupos paramilitares y, en cambio, dijo que ha luchado contra ellos. También ha negado haberle pedido a alguien que obstruyera la justicia.

Si se lo encuentra culpable, Uribe podría enfrentar aproximadamente de seis a ocho años en prisión, dijo Bernate, aunque es probable que en su lugar pase ese tiempo en arresto domiciliario.

La detención amenaza con polarizar aún más la política colombiana y aumentar el conflicto entre los aliados de Uribe y sus oponentes sobre el legado del expresidente.

La decisión también podría impactar al presidente Duque, cuya popularidad disminuyó durante su primer año en el cargo, hasta que remontó por su manejo de la pandemia. Sus partidarios de la derecha podrían volverse en su contra por no hacer más para mantener a su mentor en libertad, mientras que los críticos de izquierda pueden usar la detención de Uribe para manchar a Duque e involucrarlo con criminales.

Duque defendió a su mentor el martes, al decir que el expresidente encarnaba la “honorabilidad”. Al hablar en una estación nacional de radio, Duque dijo que la idea de que Uribe estaría alineado con grupos paramilitares era un “absurdo”.

El caso es una de las varias investigaciones en la Corte Suprema sobre la conducta de Uribe a lo largo de los años.

La investigación de fraude y soborno se produjo después de que Uribe acusó a un oponente político, el senador Iván Cepeda, de manipular testigos en su contra, lo que provocó una investigación sobre Cepeda. Esa indagación se cerró en 2018, y la corte decidió, en cambio, proceder con la investigación de Uribe.

En una entrevista, Cepeda dijo que había “convincente, abundante” evidencia contra Uribe.

“Yo creo que es un cambio muy importante para consolidar la democracia”, dijo Cepeda. “Colombia ha sido un país que tiene unos aspectos, un comportamiento monárquico, en la cual hay ciertas figuras políticas que son intocables. Bueno, aquí no puede haber nadie que está por encima de la Constitución y la ley y la justicia”.



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