Internacional - Economía

La deuda pública de España se dispara y se coloca ya en el 110% del PIB en junio

2020-08-19

La pregunta ya no empieza por un si, sino por un cuánto.

Por LAURA DELLE FEMMINE | El País

La deuda pública sigue escalando y marcando récord, empujada por la crisis económica desatada por la pandemia. En junio el pasivo aumentó en 32.087 millones de euros con respecto a mayo, hasta alcanzar los 1,289 billones, según los datos publicados este martes por el Banco de España. En términos absolutos, es la cota más alta jamás registrada en las estadísticas del organismo, que todavía no ofrece datos sobre qué ratio supone esta cifra sobre el PIB. Si se toma en cuenta el de los últimos cuatro trimestres, que recogen la sacudida provocada por el confinamiento, el pasivo ya rondaría el 110% del PIB, el nivel más elevado desde 1905.

La pregunta ya no empieza por un si, sino por un cuánto. Todos los organismos, desde el Gobierno hasta el Banco de España, el Fondo Monetario Internacional y las principales casas de análisis, dan por asumido que este 2020 pasará a la historia como el año de la mayor debacle económica de las últimas décadas. Las estadísticas ya llevan meses recogiendo el impacto devastador que el coronavirus está teniendo sobre las cuentas públicas, resultado de una repentina subida del gasto público y paralización de actividad. La pandemia, sin embargo, está lejos de terminar, lo que complica saber cuán grande será el mazazo que esta crisis infligirá a las finanzas de los Estados.

La estadística publicada este lunes por el Banco de España apunta a un alza del pasivo del conjunto de las Administraciones Públicas tanto en términos mensuales como interanuales, es decir sobre el mismo mes del año anterior. El dato implica un alza del 2,5% con respecto a mayo, y del 6,8% sobre junio de 2019. Pero, se mire como se mire, la deuda ya se ha colocado por encima del 100% del PIB, poniendo un punto final a la tendencia a la baja marcada a lo largo de 2019, cuando cerró en el 95,5%.

Aunque el Banco de España no aclare en su última estadística cuánto supone esta abultada factura sobre el PIB —según el supervisor, en el primer trimestre ya se acercaba peligrosamente al 100%, al marcar un 98,9% tras solo dos semanas de confinamiento—, si se toman los datos del producto interior bruto del cierre de 2019 la ratio ya se colocaría el 103%. Y calculada en función del PIB de los últimos cuatro trimestres —el periodo que se usa para calcular la ratio de deuda sobre PIB—, alcanzaría en junio un vertiginoso 110%. Para encontrar un guarismo parecido hay que dar un enorme salto atrás en la historia y retroceder hasta 1905, según los datos del historiador económico Francisco Comín, cuando España todavía arrastraba las heridas de varios conflictos bélicos.

“No es una sorpresa, es consistente con nuestras previsiones”, matiza María Jesús Fernández, economista sénior de Funcas. Tan solo entre abril y junio, el periodo más duro desde el estallido de la pandemia, la caída trimestral del PIB fue del 18,5%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el mayor batacazo registrado por lo menos desde la Guerra Civil. Un resultado que, unido a la caída de la actividad del 5,2% entre enero y marzo, ha vuelto a mandar a España a la casilla de la recesión a la que ya había retrocedido durante la pasada crisis.

Funcas estima una contracción del PIB cercana al 10% para 2020, y un pasivo que escalaría hasta el 116% al cierre del ejercicio. “Nuestra previsión de PIB para 2020 es 1.130,000 millones, así que [el dato de deuda de junio] es en torno al 114% del PIB previsto”, añade Fernández. Un pronóstico que otros organismos, como el FMI o el mismo Banco de España elevan en sus peores previsiones por encima del 120%, y que todavía permanece rodeado por una elevada incertidumbre. Más aún ahora, ante la reciente y repentina subida de los contagios y las restricciones a los movimientos decretadas por varios países europeos. “Todo depende de que haya o nuevas restricciones o confinamientos”, matiza la economista, lo que provocaría ulteriores subidas de gasto y paralizaciones de la actividad.

Lo que queda claro es que la factura para las futuras generaciones será mastodóntica. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) estimaba hace un mes que harán falta al menos 20 años de ajuste fiscal para devolver el pasivo a los niveles anteriores a la crisis. El organismo encargado de velar por las cuentas públicas estima que la deuda del conjunto de las Administraciones públicas se situará al cierre del ejercicio entre el 117,6% y el 123,2%, en función de la evolución de la pandemia. Por ello, pide que se diseñe ya una estrategia de consolidación a medio plazo para que el golpe no se convierta en un bache inasumible.

Un discurso parecido al que defiende Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, que ya ha instado a hacer ajuste y reformas —eso sí, una vez se deje atrás lo peor de la crisis, so pena de frenar la recuperación—. Porque más allá de lo abultada que llegue a ser la deuda —algo que no afectará solo a España, ya que esta crisis está causando estragos en todas las latitudes—, los analistas ven fundamental que se genere confianza en los mercados a través de un plan consistente de políticas públicas y reformas estructurales que apuntalen el crecimiento y no agranden aún más el agujero.

Subida generalizada
La estadística del Banco de España revela que todas las Administraciones aumentaron su pasivo en junio, tanto en términos mensuales como interanuales. Solo los municipios, que mantienen un pulso con el Ministerio de Hacienda sobre cómo emplear los remanentes que han acumulado tras años registrando superávit, lograron reducir su pasivo en junio en comparación con el mismo mes de 2019, aunque experimentaron una subida respecto a mayo.

Tanto la deuda de la Administración General del Estado como la de la Seguridad Social marcaron un récord en el sexto mes del año. La primera creció en 32.091 millones de euros, un 2,8% más respecto a mayo y un 8,3% sobre junio del año pasado; la segunda se apuntó un alza de más del 41% interanual. También el pasivo de las comunidades autónomas se incrementó en comparación con mayo, en 2.773 millones, un 0,9% más, hasta los 304.855 millones. La deuda de los Ayuntamientos, el subsector de la Administración con las cuentas más saneadas, repuntó un 2,5%, hasta los 25.049 millones sobre el mes anterior. Respecto a junio de 2019, sin embargo, hubo una reducción del 4,5%.

El Banco de España prevé que la ratio de deuda sobre el PIB se sitúe en el 115% al cierre de 2020, siempre y cuando la crisis no se recrudezca y se tenga que recurrir a ulteriores confinamientos o medidas que puedan disparar el gasto y frenar la actividad. Por ello, el supervisor también ha diseñado otro cuadro estadístico, que recoge sus pronósticos más pesimistas: en el peor de los casos hasta ahora contemplados, vaticina una contracción de la economía del 15,1% y un pasivo por encima del 120% para este año. También el Gobierno ha tenido que actualizar sus estimaciones ante una crisis sin precedentes: según su última previsión, la deuda alcanzará el 115,5% a finales de año, muy lejos del objetivo del 94,6% que se había fijado antes de que estallara la pandemia.



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