Salud

Guerra política por 135 positivos entre dos millones de viajeros en Barajas

2020-08-28

8 de julio. Enrique López, consejero de Justicia: “Es urgente reforzar los controles...

Por JUAN JOSÉ MATEO | El País

Madrid - 28 AGO 2020 - 17:30 CDT A finales de julio, Fernando López Miras, presidente de Murcia, estalló en una entrevista: su comunidad luchaba contra un brote de coronavirus que tenía como origen, dijo, un avión procedente de Bolivia con dos contagiados que no fueron detectados en los controles del aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez. Los datos sugieren que ese caso es excepcional. Entre el 11 de mayo y el 23 de agosto, alrededor de dos millones de pasajeros han pasado por el aeropuerto, según AENA; la región ha notificado 42.389 positivos; y su Gobierno ha visto cómo los brotes se concentraban en distritos capitalinos (Usera, Vallecas…) y municipios (Alcobendas, Fuenlabrada…) que poco tienen que ver con el turismo. En el mismo periodo, la Comunidad de Madrid ha detectado 135 casos importados. Según los datos oficiales, la guerra política que libra el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso contra el de Pedro Sánchez por los controles de Barajas se sustenta en el 0,3% del total de positivos registrados en la región.

“El aeropuerto es un coladero”, dijo este martes Ignacio Aguado, vicepresidente y portavoz del Gobierno. “Si tienes ya 135 casos importados en las últimas semanas, y el Gobierno de España solo nos ha notificado 4 (tras detectarlos en Barajas), significa que el Gobierno no está tomando ninguna medida y que los estamos detectando en los hospitales o centros de atención primaria”, siguió. “Pueden ser nacionales que vuelven, o turistas, que tienen un componente que hace difícil su seguimiento, por la amplia capacidad de movimiento”, razonó. “Al margen de los números, si por Barajas solo se ha detectado a cuatro contagiados, y a las demás nos los hemos encontrado en los hospitales y centros de salud, tenemos un problema”, opinó. Y remató: “Los controles que se han puesto en marcha son de chiste. No son garantía de nada. Es una tomadura de pelo”.

La queja no es nueva. Al contrario, forma parte de la estrategia de confrontación del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso con el de Pedro Sánchez, representantes de dos administraciones enfangadas desde hace meses en el reparto de responsabilidades y culpas por la gestión de una crisis que ha dejado más de 15,000 muertos en Madrid. Sobran los ejemplos.

25 de junio. Díaz Ayuso: “En Madrid, al día de hoy, el virus ya es casi inexistente, salvo que vuelva a entrar por algunas vías, sobre todo aéreas. (…) Necesitamos que el Gobierno nos ayude con el aeropuerto, se está quedando muy corto y lo vamos a lamentar”.

8 de julio. Enrique López, consejero de Justicia: “Es urgente reforzar los controles de Barajas”.

19 de julio. Enrique Ossorio, consejero de Educación: “No se puede descuidar el aeropuerto. El virus está más debilitado, es menos contagioso y actúa con menos fuerza, pero nos pueden venir cepas peores de otros países y hay que evitar que entre por ahí”.

¿Está Barajas en el origen de los rebrotes que sufre Madrid desde mediados de julio? La Comunidad solo ha detectado 135 casos importados entre el 11 de mayo y el 23 de agosto, el 0,3% del total.

El 65,1% de ellos proceden de América: República Dominicana, Perú y Estados Unidos lideran la lista. Más de la mitad de los casos (64,4%) se detectó en el mes de julio, cuando la situación epidemiológica de la Comunidad de Madrid no era preocupante. Y su contribución a los más de 29,000 casos positivos que ha notificado el Ejecutivo regional en agosto se reduce a 16, según el informe epidemiológico semanal que publica la dirección general de salud pública madrileña.

“Desde julio, los equipos de inspección de Agencia estatal de seguridad aérea (AESA) se están desplazando a los 15 aeropuertos con punto de entrada con capacidad de atención a emergencias de salud, para auditar e inspeccionar tanto al propio aeropuerto como a las compañías que operan en ellos”, explica un portavoz de la institución a través de email. “En el caso de Barajas ha sido uno de los primeros aeropuertos que ha visitado AESA y además, tal como establecen los protocolos, tanto el aeropuerto como las compañías están obligados a presentar de forma periódica ante AESA una declaración de cumplimiento de esas medidas, que también supervisa la Agencia, ya que es un proceso de supervisión continua”, añade. Y recuerda: “En caso de incumplimiento, se puede pedir la subsanación inmediata del mismo, y se abre un expediente que, si se resuelve en sanción, ésta podrá ser según la medida que se infrinja por la Ley de seguridad aérea o la sanitaria”.

En los aeropuertos españoles opera una triple línea de defensa para los vuelos internacionales: documental (hay que entregar un formulario con los datos de contacto y del viaje); visual (en busca de síntomas) y térmica (se mide la temperatura de los viajeros a su llegada). Los casos sospechosos para el personal de Sanidad Exterior pasan a un siguiente filtro donde se valora la situación del pasajero. Para aplicar ese protocolo, AENA licitó contratos para personal sanitario (8,9 millones de euros), y de apoyo (10,8 millones de euros) que garantizara el servicio en su red de aeropuertos.

Nada impide que los pasajeros mientan en el formulario, y difícilmente se identifica a un asintomático a simple vista, denuncian en la Comunidad. No se realizan tampoco PCRs en origen, como reclama el Gobierno de Madrid, ni se hacen a la llegada, como hacen otros países europeos. Tampoco se ha recogido la sugerencia de disminuir la frecuencia de los vuelos con origen en países especialmente afectados por la pandemia; o de impulsar un dispositivo del SUMMA 112 que trabaje las 24 horas en el aeropuerto para atender a los enfermos detectados por Sanidad Exterior.

Así, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero, llegó a denunciar la llegada de alrededor de 300 casos asintomáticos a través del aeropuerto a mediados de agosto. La última en protestar fue Belén Esteban. “Alucino con las medidas de seguridad de mierda del aeropuerto. Es vergonzoso. A ver las medidas dónde están, porque yo he flipado, ¿vale?”, se quejó a la puerta de una terminal del aeropuerto la estrella televisiva. ¿El problema? Acababa de aterrizar en un vuelo nacional, y los controles se centran en los internacionales.
 



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