Internacional - Seguridad y Justicia

En Louisville, los manifestantes encuentran apoyo en la iglesia

2020-09-25

Filas de policías atraviesan la plaza mientras helicópteros sobrevuelan la zona....

Por Camille CAMDESSUS

Louisville, Estados Unidos, 25 Set 2020 (AFP) - "¡El santuario está abierto!": los manifestantes que protestan contra las consecuencias legales de la muerte de la afroamericana Breonna Taylor contaron la noche del jueves con el apoyo de la iglesia para escapar de la policía en Louisville.

A diferencia de la noche anterior, cuando dos policías resultaron heridos de bala en las protestas, los manifestantes, esta vez pacíficos, buscaron refugiarse al entrar el toque de queda en la First Unitarian Church.

"¡El santuario está abierto!", gritó a través de un megáfono una mujer, aclamada de inmediato por la multitud.

Esta iglesia de Louisville, Kentucky, abrió inmediatamente sus puertas a los manifestantes.

En el estacionamiento, grupos equipados con walkie-talkies descargaban cajas de provisiones mientras unos pasos más arriba, se ofrecía asistencia jurídica a aquellos los preocupados por el accionar de la policía.

El hermano Tim, que viste una túnica marrón, sandalias y un crucifijo alrededor del cuello, intenta abrirse paso. El religioso de 63 años intercambia pacientemente con organizadores de la protesta y activistas para organizar el campamento improvisado. También multiplica las idas y venidas para hablar con la policía en un intento por calmar la tensión.

En medio de este escenario, uno de los líderes de la protesta se atreve a trazar un paralelo con el movimiento de los derechos civiles de la década de 1960, impulsado por muchas figuras religiosas, incluido Martin Luther King.

El jardín que rodea el edificio de piedra con grandes ventanales es una romería. Habrían preferido gritar su enfado en Jefferson Square, donde llevan meses reunidos para exigir justicia para la enfermera de 26 años asesinada en su casa por la policía.

"Nos encontramos atrapados aquí", lamenta a AFP Grace Pennix, una joven negra de 19 años.

Filas de policías atraviesan la plaza mientras helicópteros sobrevuelan la zona. Algunos manifestantes están sentados esposados.

La situación parece exacerbar la desconfianza ya instalada de los manifestantes hacia la policía, cuyo racismo dicen sufrir con demasiada frecuencia.

Con una boina negra en la cabeza, el hermano Tim dice estar "avergonzado" de presenciar la violencia policial contra los afroamericanos.

Dice que fue arrestado hace 20 años durante protestas similares en las que se denunciaba la muerte de James Taylor, un hombre negro al que la policía le disparó mientras estaba esposado en su propio apartamento.

"Aquí estamos 20 años después obligados a hacer lo mismo", suspira. "Es muy frustrante".



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