Internacional - Política

Trump rechaza la cobertura sobre el virus y Biden desdeña el liderazgo frente al virus

2020-10-31

El presidente Trump se ha quejado esta semana de lo que él llama una obsesión...

Por Astead W. Herndon y Annie Karni, The New York Times

El presidente Trump se ha quejado esta semana de lo que él llama una obsesión mediática con la pandemia del coronavirus. El mensaje de los demócratas ha sido unánime: todo coronavirus, todo el tiempo.

La semana en números

En la recta final de las elecciones presidenciales, la campaña de Joe Biden ha dominado el panorama de los medios de comunicación de pago. En televisión y radio, la campaña demócrata gastó 62 millones de dólares en la última semana, mientras que la campaña de Donald Trump solo gastó unos 15,5 millones de dólares, según Advertising Analytics, una empresa de seguimiento de anuncios. La ventaja se mantiene en Facebook, donde la campaña de Biden ha invertido 9,9 millones de dólares durante la última semana, y la campaña de Trump ha gastado 4,7 millones de dólares durante el mismo período.

Esta semana, cuando los votantes acudieron a los lugares de votación anticipada y las boletas de voto en ausencia llegaron como una inundación, se afirmaron las expectativas de que la elección registrará una participación históricamente alta. En Texas, un campo de batalla muy vigilado, más de 9 millones de votos habían sido emitidos hasta el viernes, más que el número total de sufragios registrado en la elección de 2016.

Las encuestas publicadas esta semana continuaron mostrando una constante ventaja para Biden en todo el país, y una poderosa ventaja en la mayoría de los principales estados en disputa. Una encuesta de The New York Times/Siena College en Carolina del Norte le dio a Biden una ventaja de tres puntos porcentuales, mientras que otro sondeo del Times/Siena en Michigan ubicó la ventaja de Biden en ocho puntos.

Finalmente llegó el momento de la elección presidencial que, en realidad, comenzó hace casi dos años. Las encuestas muestran que la campaña termina como empezó: como un referéndum sobre el presidente Trump. Lo nuevo es que los votantes también sopesan su manejo de la pandemia del coronavirus. Los demócratas creen que tienen una ventaja, un camino más amplio a los 270 votos electorales a través del Medio Oeste, el Suroeste, e incluso en el Cinturón del Sol. La campaña de Trump reconoce que tiene por delante una tarea difícil, pero sus colaboradores creen que una sólida participación durante el día de las elecciones puede lograr que vuelva a ganar como sucedió en 2016.

Aún así, lo que ocurra el martes podría ser el comienzo de otro capítulo de esta elección, no marcar su finalización.

A pesar de los esfuerzos de las campañas de Trump y Joe Biden en la última etapa, ambos bandos se están preparando para una prolongada batalla legal que podría incluir litigios estatales, largos esfuerzos de recuento de votos y la gestión de las expectativas de sus respectivas bases electorales. Trump ha contribuido al ambiente de tensión insinuando que una Corte Suprema que ahora incluye a tres de sus magistrados elegidos a dedo puede ponerse de su lado en asuntos relacionados con las elecciones.

El martes separará los hechos de la ficción, y los temores justificados de las fantasías. También responderá a la pregunta que ha dominado la política durante cuatro años: ¿la elección de Trump en 2016 fue una tormenta perfecta electoral, o el signo de un Houdini político listo para sorprender de nuevo?

El mensaje final de Trump: Hunter Biden y el virus

Trump, de quien se sabe que no se ciñe a los comentarios preparados, no ha dado un claro mensaje de cierre a los votantes en las últimas semanas de la campaña. En su lugar, sus discursos en los mítines son más como una bandeja de bocaditos para una fiesta, con un poco de algo para todos.

Falsas afirmaciones sobre el coronavirus: Su mensaje principal para sus partidarios es ignorar sus ojos y oídos y confiar en que lo peor de la pandemia ya ha pasado, y que contraer un virus que ha matado a 230,000 estadounidenses no es, de hecho, una sentencia de muerte. “Con las noticias falsas, todo es covid, covid, covid, covid”, se quejó Trump en un mitin en Omaha la semana pasada. “Lo tuve. Aquí estoy, ¿verdad?”. Su discurso sobre la obsesión mediática con el coronavirus también es una admisión de que no ha podido superar la pandemia, o dirigir la cobertura, como lo ha hecho en el pasado.

Quiere hablar de Hunter Biden: La campaña de Trump siempre había esperado pintar a Biden y a su familia como corruptos, de la misma manera que lo hicieron hace cuatro años con Hillary Clinton. Pero la historia no ha cuajado y Trump a menudo se queja de que no puede conseguir que los “medios de comunicación dominantes” cubran un informe sin fundamento del New York Post, basado en información no verificada. También se niega a admitir que no es un mensaje de cierre efectivo para él, como creen algunos republicanos. “Recibo llamadas de todos los expertos, claro, tipos que se pusieron de candidatos a presidente seis, siete, ocho veces, y nunca pasaron de la primera ronda, pero me llaman. ‘Señor, no debería hablar de Hunter’”, dijo en un mitin en Tampa el jueves. “‘No debería estar diciendo cosas malas sobre Biden porque a nadie le importa’. No estoy de acuerdo. Sabes, tal vez por eso yo estoy aquí y ellos no”.

Ataques a la elección: Trump salpica sus discursos en los mítines con ataques infundados al proceso electoral. La semana pasada, afirmó sin pruebas reales que “todos los días hay trampas con las papeletas”. Eso forma parte de su constante cuestionamiento de la integridad de las elecciones. Los asesores de Trump dijeron que su mejor esperanza era que el presidente ganara en Ohio y Florida estuviera demasiado reñida para anunciar los resultados a primera hora de la noche, privando a Biden de una victoria rápida y dándole a Trump en los días siguientes la posibilidad de socavar la validez de las incontables papeletas de voto por correo.

El mensaje de cierre de Biden: todo sobre Trump y el virus

La campaña de Biden cree que lo que los votantes encuentran desagradable en el presidente y su gobierno se puede resumir en el manejo del coronavirus. En la recta final, Biden ha aumentado su agenda de viajes a estados como Iowa, Georgia y Michigan, donde el mensaje de los demócratas se ha unificado: hablar de coronavirus, todo el tiempo.

En privado, la campaña de Biden tiene varios factores a considerar el día de las elecciones, para juzgar si el mensaje ha resonado o si van a amanecer a la espera de una respuesta.

Los distritos electorales a observar: El primer signo de la eventual derrota de Clinton en 2016 fue un electorado demócrata que no se comprometió. Para Biden, eso es lo primero que la campaña busca revertir, y lo que está más en su control. Los estados en disputa como Carolina del Norte y Florida serán las primeras grandes pruebas el 3 de noviembre, ya que se espera que cuenten las boletas de manera relativamente rápida. En esos estados, se espera que la participación de los votantes negros sea la medida inicial de la participación de los demócratas en el día de las elecciones.

Ganar temprano en estos cuatro estados: Biden tiene múltiples caminos hacia la victoria, y ambas campañas lo saben. Mientras que el escenario soñado incluye victorias tempranas en Florida y Carolina del Norte, cerrando el camino de Trump a 270 votos electorales a primera hora de la noche, también tiene algunas opciones secundarias. Georgia y Arizona son otros estados en disputa cuyos resultados deben conocerse la noche de las elecciones, y donde Biden puede recuperar los votos electorales que Trump se llevó en 2016. Y si todo lo demás falla, está el Medio Oeste, que funciona como el peor escenario de Biden. Michigan y Pennsylvania han dicho que tomará varios días terminar el conteo.

La construcción del partido: El martes no solo es el día en que Biden será elegido presidente, sino que podría marcar el comienzo de una ola de demócratas en el poder en todo el país. En la última semana, Biden se ha inclinado hacia estados como Iowa y Georgia, que son críticos para los demócratas, que buscan ganar el control del Senado. Si Biden es elegido con mayorías en el Congreso, establece un Partido Demócrata firmemente a su alcance, incluso mientras lucha con las fuertes divisiones ideológicas. También les da la oportunidad de revertir los déficits de todo un año en las legislaturas estatales de todo el país durante un año crítico para la redistribución de distritos. Todo está sobre la mesa para los demócratas y Biden. Pronto sabremos si aprovecharon esa oportunidad.



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