Tras Bambalinas

Los territorios clave para la victoria

2020-11-03

Después del cierre de las urnas y a medida que los votos empiecen a ser contabilizados, las...

Luis Pablo Beauregard | El País

Alrededor de 100 millones de estadounidenses ya han votado anticipadamente en unas elecciones históricas. Esto significa que el 73% de todos los votos registrados en 2016 ya han sido depositados antes de que abran los centros de votación a lo largo del país, pero muchos de ellos no podrán ser procesados hasta hoy, según lo que establecen las leyes de cada Estado.

Después del cierre de las urnas y a medida que los votos empiecen a ser contabilizados, las miradas estarán focalizadas en un puñado de Estados clave para las aspiraciones de Donald Trump y de su rival demócrata, Joe Biden. Son territorios críticos porque, a diferencia de otras regiones, están más polarizados y no se los consideran completamente adscriptos a una tradición partidaria, y pueden proporcionar la llave del éxito para alcanzar los 270 votos necesarios en el Colegio Electoral que necesita un candidato para convertirse en presidente de Estados Unidos: Florida, Pensilvania, Wisconsin, Carolina del Norte, Ohio y Georgia. A estos se les ha añadido, de última hora, Texas, una región históricamente republicana que ha quebrado todos los récords de participación.

Florida, rey de los Estados pendulares

Florida es el tercer Estado con mayor cantidad de electores en el país —tiene 29—, pero el primero entre los considerados Estados pendulares, aquellos que son susceptibles de cambiar de color de una elección a otra. En las últimas cuatro elecciones presidenciales, el candidato que obtuvo más votos en Florida resultó ser también presidente de los Estados Unidos, y por eso tanto Donald Trump como Joe Biden han vuelto una y otra vez a este Estado durante la campaña, y las comunidades latinas aquí han estado sometidas intensas campañas de desinformación. La noche previa a las elecciones, el promedio de las encuestas daba una ligera ventaja al candidato demócrata: 48% a 46% (esta diferencia apenas osciló entre 1 y 3 puntos porcentuales durante las últimas semanas).

Un triunfo de Biden en Florida haría las cosas muy cuesta arriba para la reelección del presidente Trump. Si es el republicano quien se impone en la región de los pantanos, la posibilidad de una victoria demócrata se hace más ajustada y dependiente de otros territorios en disputa. Trump ganó Florida sorpresivamente en 2016, pero los demócratas han ganado allí 25 elecciones presidenciales frente a 16 de los republicanos.

Pensilvania, el foco de las preocupaciones

Pensilvania sigue a Florida en importancia como campo de batalla. Históricamente, conseguir sus 20 votos del Colegio Electoral era una tarea relativamente sencilla para un candidato demócrata. En las últimas siete elecciones, desde 1992, había sido un Estado azul. Pero en 2016 Donald Trump consiguió allí una de sus más sonadas victorias de la noche electoral frente a Hillary Clinton, aunque lo ganó por menos de un punto de diferencia. Hoy las cosas están apretadas entre los candidatos. Los sondeos ponen a Biden ligeramente en cabeza de su Estado natal con una diferencia de 2,5% (49,3% frente a 46,8%), pero Trump enfocó gran parte de su esfuerzo final allí para lograr la que sería una de las sorpresas de la noche.

Además de la batalla electoral, Pensilvania ha sido también foco de una batalla judicial por el conteo de boletas. A la demora natural que supone contabilizar una cantidad inédita de millones de votos por correo este año —y aquí las leyes establecen que no pueden empezar a procesarlos hasta que cierren las urnas—, el Estado contempla un plazo de hasta tres días para recibir votos demorados vía postal, siempre y cuando el matasellos no sea posterior al día de las elecciones. Eso supone que, si los resultados esta noche terminan muy ajustados, se abrirá un plazo de incertidumbre —que podría extenderse hasta el viernes— en el que todas las expectativas estarán puestas en el conteo final de Pensilvania.

Wisconsin y Ohio

El caso de Wisconsin es similar al de Pensilvania. Su electorado había vivido en el bolsillo demócrata hasta que las clases trabajadoras de esta región del Medio Oeste encontraron en Trump una figura para volcar su desencanto. Antes del triunfo del expresentador de El aprendiz había que remontarse hasta Ronald Reagan para hallar otro republicano ganador en el Estado, que representa diez votos electorales. En las últimas horas, la ventaja de Biden sobre Trump parece haber despegado y el Estado estaría en vías de resarcir lo que considera un error cometido hace cuatro años.

Ohio tiene 18 votos electorales y puede darle una alegría a Trump en una noche difícil. El demócrata era favorito allí en septiembre, pero ahora el presidente aventaja en los sondeos y puede repetir el logro de 2016.

Georgia, Arizona y las Carolinas

Las Carolinas, del Norte y Sur, y Georgia representan territorios donde habrá disputas de alto voltaje. El sur ha sido una región conservadora. Las cosas solo lucen claras en Carolina del Sur (9 votos electorales), que se inclina por dar continuidad al mandato republicano. En Carolina del Norte (15 votos), Trump y Biden están en un empate técnico, según los sondeos: 49% para Biden y 47% para Trump, de acuerdo con las encuestas de la CNN. El Estado, tradicionalmente republicano, lo ganó Trump en 2016. Pero una victoria de Biden allí no es desconocida. En 2008, como candidato a vicepresidente, ayudó a Barack Obama a apuntarse el tanto, cuando el demócrata se impuso a John McCain por un 0,3% de los votos totales. Volver al azul sería un golpe que dejaría a Trump casi fuera de combate la noche electoral.

Georgia (16 votos electorales), en cambio, da un balón de oxígeno al actual mandatario. A pesar de que los sondeos también muestran un empate, la balanza se inclina en favor del republicano.

La batalla por la frontera será otra que habrá que seguir. Arizona (11 votos) era una victoria segura para Biden a mediados de septiembre. La brecha se ha cerrado y hoy está en empate según los sondeos. Hace cuatro años allí ganó Trump, pero hoy una alianza conservadora puede darle la espalda al presidente.

Texas, ¿el nuevo camaleón?

Mención aparte merece Texas y sus 38 votos electorales. Hace algunas semanas nadie miraba al segundo Estado más poblado del país porque se daba por descontado que votaría republicano, como hace desde 1980. Algo ha cambiado. Los analistas lo consideran hoy un Estado toss up, que está en el aire. Un triunfo demócrata sería histórico y la gran sorpresa de la noche, pues no sucede desde la victoria que logró Jimmy Carter. Es poco probable. La mayoría de las encuestas favorecen a Trump sobre Biden. Hace cuatro años, el republicano tenía allí una ventaja de 11 puntos. Hoy es de menos de dos. La última palabra la tendrá la comunidad latina.

El conteo

Las de este martes serán unas elecciones complejas. El alto número de votos recibidos antes de la jornada electoral y las leyes de cada uno de los 50 Estados hacen impredecible definir el desarrollo de la noche. Florida, por ejemplo, ya ha comenzado a contar los más de nueve millones de votos anticipados recibidos, y que representan el 95% de los votos totales que hubo en el Estado en 2016. Lo mismo ocurre en Arizona, Carolina del Norte y las grandes ciudades de Michigan.

Hay otras regiones que no comenzarán a contar los votos anticipados hasta el cierre de los centros de votación, entre las 19.00 y 20.00 en la mayoría de los Estados, o incluso después de contar los emitidos el 3 de noviembre. Los decisivos Wisconsin y Pensilvania se cuentan entre estos. Esto complica una temprana victoria de Biden, a menos que el demócrata consiga triunfos determinantes en Florida o Texas. Hace cuatro años, la puntilla la dieron 80,000 votos en Pensilvania, Wisconsin y Michigan. Los datos se dieron a conocer entonces con bastante prontitud, pero este año todo será diferente por la cantidad de sufragios.

Casi la mitad de los Estados ha dicho que serán válidos los votos por correo que lleguen después del día de los comicios siempre y cuando el sello indique que se envió antes del 3 de noviembre. Esto puede retrasar aún más los resultados. Por ejemplo, Carolina del Norte (15 votos), uno de los Estados más disputados, tendrá el 80% escrutado poco después del cierre de los colegios. Las victorias deben ser lo suficientemente amplias como para no tener que esperar a contar el último voto.

Hace cuatro años, Clinton reconoció su derrota sobre las 02.30 de la madrugada de Washington. Una hora antes se le consideraba ya perdedora con claridad. Este año, un rechazo a los resultados por parte de Trump podría retrasar el ritual de la victoria y arrojar más confusión sobre el proceso.



Jamileth
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