Nacional - Economía

El Gobierno mexicano interviene para frenar la subida del precio de la tortilla

2020-12-04

El ruido sobre la posible subida del precio de la tortilla era incesante desde hace un mes, uno de...

Carmen Morán Breña, El País

El precio de la tortilla, el alimento básico de México, no va a subir. Por ahora. Se mantendrá en unos 16 pesos el kilo como promedio, un alivio para millones de familias de bajos recursos. Los industriales de la masa y la tortilla han agradecido al presidente Andrés Manuel López Obrador su intervención directa en este asunto, que ha propiciado la reunión entre las empresas harineras y la Secretaría de Economía. “Sería criminal que en tiempos de pandemia se subiera el precio de la tortilla. Los que estamos detrás del mostrador sabemos el sufrimiento que están pasando muchas familias. Una vivienda de siete miembros que antes llevaba dos kilos de tortillas a diario en estos días ha bajado a uno”, ha señalado este jueves Antonio de la Torre, responsable de la Unión Nacional de la Masa y la Tortilla, una de las muchas organizaciones en este sector. La Secretaría de Economía ha dado las gracias por su “esfuerzo solidario” a toda la cadena productiva, desde los agricultores hasta los tortilleros.

El ruido sobre la posible subida del precio de la tortilla era incesante desde hace un mes, uno de los elementos que contribuyen al alza de la inflación y que teme el Banco de México. Las harineras anunciaron a los tortilleros un incremento de 700 pesos la tonelada para principios de diciembre. Los industriales alertaron de que se verían obligados a elevar un peso por kilo de tortillas para absorber el coste. Los ajustes al precio son comunes año con año, pero la pandemia y la caída en la pobreza de muchas familias hacen especialmente lacerante el sobrecoste en 2020. Cada mexicano ingiere al día unos 25 gramos de este producto.

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) advirtió recientemente de que no había razón alguna para subir la tortilla dado que la producción del maíz era buena. La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) también señaló a los industriales que no podían subir los precios en bloque tratándose de un producto que se liberalizó en 1998.

Los industriales reaccionaron pidiendo ayuda al presidente ante el aviso de las harineras. “Cada año nos suben los precios y nosotros no solemos repercutirlos al consumidor porque sabemos que los más pobres son quienes más tortillas consumen”, dice Rubén Montalvo, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Masa y Tortilla. Este jueves, en rueda de prensa, Montalvo ha agradecido la intervención de López Obrador, quien ordenó a Economía negociar con las grandes harineras, Maseca y Minsa. “La tortilla no va a subir”, ha asegurado. Y han mostrado un mensaje del lunes en el que Minsa anuncia a sus distribuidores que queda suspendido el nuevo precio de la tonelada de harina. El subsecretario de Industria, Ernesto Acevedo Fernández, confirmó la información a De la Torre.

Cabe la posibilidad de que en algunos lugares, de forma puntual, se incremente un poco el precio. Algunas de las pequeñas harineras sí han aumentado el de la tonelada de materia prima, “pero serán muy pocos”, ha asegurado Montalvo, acompañado en la conferencia digital por más de 20 industriales, que aglutinan al 80% del sector en el país.

Los vendedores se han quejado de que se les toma por culpables cuando sube la tortilla, porque ellos son “los que dan la cara” en las 110,000 tortillerías del país. Aseguran que llevan años absorbiendo el alza de los costes sin repercutirlo al cliente. Ellos son los segundos perjudicados. Montalvo ha señalado que en zonas eminentemente turísticas como el Estado de Quintana Roo el comercio de tortillas ha caído un 70% con las taquerías, los hoteles y los restaurantes cerrados. Las grandes harineras no han contestado a la solicitud de este periódico para pronunciarse.

A pesar de ser un producto liberalizado, la Profeco advirtió de que investigaría y sancionaría a quienes de forma injustificada subieran el precio e informó a los consumidores de que la referencia eran 16 pesos por kilo. La procuraduría solo puede actuar si recibe la denuncia de algún consumidor. En ese caso podría investigar si los industriales han pagado más por el combustible, por la energía utilizada en la fabricación, por las harinas. Si no hay facturas que lo demuestren, podrían ser multados, explican en la agencia federal.

La amenaza de subida de precio prevista para primeros de diciembre ha quedado desarticulada. Al mediodía, Edgar se apoya en el mostrador de su tortillería en el barrio de Santa María La Ribera de Ciudad de México. “El kilo seguirá costando 14 pesos”, asegura. “Pagamos más por la luz, pero algo leve”, dice. Edgar vende unos 35 kilos diarios y lleva siete años trabajando en ese negocio. Unas calles más allá, en otra tortillería, Armando da la misma respuesta mientras envuelve un kilo en un paño bordado. “Si apenas subo un pesito los clientes se molestan”.



Jamileth