Internacional - Economía

Reanudarán diálogo del Brexit, pero persisten diferencias

2020-12-10

Johnson viajó a Bruselas con la esperanza de darle un nuevo impulso a las negociaciones, que...

Por RAF CASERT y JILL LAWLESS

BRUSELAS (AP) — A fin de cuentas, ni siquiera una cena de vieiras y rodaballo al vapor el miércoles pudo acercar a los líderes de la Unión Europea y Gran Bretaña más que meses de negociaciones entre representantes de ambas partes que buscaban concretar un acuerdo comercial post-Brexit.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico Boris Johnson dieron a ambas partes cuatro días más, hasta el domingo, para poner fin a cuatro años de dificultades en la diplomacia y salvar el más improbable de los acuerdos comerciales luego que Gran Bretaña votó a favor de abandonar la Unión Europea en 2016. De no lograrse, enfrentan un divorcio tumultuoso sin acuerdo comercial para fin de mes, lo cual pone en riesgo cientos de miles de empleos y podría generar pérdidas por miles de millones de dólares.

Incluso después de dos largas llamadas telefónicas y una cena de tres horas en menos de una semana, aún queda mucho camino por recorrer.

“Entendemos las posiciones de cada uno. Siguen muy distantes”, comentó Von der Leyen.

Johnson viajó a Bruselas con la esperanza de darle un nuevo impulso a las negociaciones, que están estancadas en cuestiones como los derechos de pesca y las reglas de competencia.

Pero no hubo ningún avance sobresaliente en la reunión de tres horas que Downing St. describió como “franca”. Von der Leyen dijo que fue “animada e interesante”. Pero, ¿hubo alguna señal de progreso? Ninguna.

Gran Bretaña abandonó la UE el 31 de enero, pero sigue en su estructura económica hasta fin de año. Eso significa una fuerte ruptura económica a partir del 1 de enero de 2021 que podría resultar caótica en caso de que no se alcance un acuerdo.

Los dos dirigentes tenían esperanzas de inyectarle impulso político a las negociaciones comerciales que se han estancado irremediablemente en la pesca y otros aspectos clave de la relación futura. Pero Gran Bretaña y la UE mostraron posturas sumamente distintas sobre los principales temas conflictivos, y cada parte insistió en que la otra debe ceder para alcanzar un acuerdo.

Johnson les insistió a los legisladores en la Cámara de los Comunes que las exigencias del bloque en torno a que Gran Bretaña siga adhiriéndose a sus estándares o enfrente represalias eran “condiciones que ningún primer ministro de este país debería aceptar”.

La canciller alemana Angela Merkel hizo énfasis en que la UE no cedería en sus principios básicos. Dijo ante el Parlamento alemán que el bloque “tomaría un camino sin un acuerdo... si hay condiciones del lado británico que no podamos aceptar”.

Gran Bretaña abandonó la UE luego de 47 años de ser miembro del bloque, pero permanece dentro del mercado único libre de aranceles y la unión aduanera hasta fin de año. Alcanzar un acuerdo comercial para ese entonces garantizaría que no habrá aranceles ni cuotas en la comercialización de los bienes a partir del 1 de enero, aunque aún habría nuevos costos y trabas burocráticas para las empresas.

No alcanzar un acuerdo comercial causaría una alteración mucho mayor, desatando aranceles y otros obstáculos que afectarían a ambas partes, aunque la mayoría de los economistas piensan que Gran Bretaña se vería más perjudicada debido a que casi la mitad de su actividad comercial es con el bloque.

Meses de negociaciones comerciales no han logrado superar las diferencias sobre tres cuestiones: los mencionados derechos de pesca, reglas de competencia leal y el órgano de resolución de futuras controversias.

El gobierno británico ve al Brexit como una cuestión de soberanía y de “retomar el control” de las leyes, fronteras y aguas de la nación. Afirma que la UE está tratando de vincular a Gran Bretaña a las normas del bloque de forma indefinida.



Jamileth