Internacional - Seguridad y Justicia

La Administración de Trump ejecuta las primeras penas de muerte en el periodo de transición de poder

2020-12-11

Este viernes, si una petición de aplazamiento o clemencia no lo impide, se ejecutará...

Amanda Mars | El País

Washington - La Administración de Donald Trump llevó a cabo esta noche la segunda de las seis penas de muerte que piensa ejecutar antes de dejar el poder el 20 de enero, un sprint siniestro del que no hay precedente en la historia reciente. Brandon Bernard, de 40 años, falleció a las 9.27 horas mediante inyección letal en una prisión de Indiana por participar en el asesinato de un matrimonio cuando era un adolescente. Este viernes, si una petición de aplazamiento o clemencia no lo impide, se ejecutará a otro, condenado por matar a golpes a su hija de dos años. Ningún mandatario aplicaba la pena capital durante el plazo de transición de poderes desde Grover Cleveland, en la década de 1890, según Associated Press. La primera ejecución tras las elecciones fue el pasado 19 de noviembre, a un reo llamado Orson Hall.

El caso de Bernard había sido batallado por activistas durante años y Kim Kardashian, muy involucrada en la lucha por la mejora del sistema penal, había pedido clemencia al presidente Trump. Los abogados también solicitaron un aplazamiento in extremis al Tribunal Supremo este jueves por la tarde, pero fue denegado. Durante 17 años, ningún presidente había llevado a cabo ejecuciones federales de penas de muerte. Trump las retomó y ya lleva nueve. Joe Biden, sin embargo, las rechaza. 60 días han cambiado el final de este hombre.

Esta noche dirigió sus últimas palabras a la familia de las víctimas. “Lo siento, esas son las únicas palabras que puedo decir que captan lo que siento hoy y lo que sentí ese día”, dijo. “Ojalá pudiese deshacer lo que hice, pero no puedo”, añadió en un discurso que duró tres minutos, antes de morir.

Bernard tenía 18 años cuando, el 21 de junio de 1999, él y otros cuatro jóvenes secuestraron y mataron a Todd y Stacie Bagley, un matrimonio veinteañero que regresaba de misa en Killeen (Texas). La pandilla encontró a la pareja durante una parada de la ruta, en un comercio, y les pidió que les llevaran, cuando accedieron, los metieron en la camioneta a punta de pistola y los raptaron con el fin de robarles. Durante horas, condujeron tratando de usar sus tarjetas de crédito. Luego, orillaron el vehículo en la carretera y uno de ellos, Christopher Vialva (ejecutado en septiembre) les disparó en la cabeza. Acto seguido, Bernard prendió fuego al coche para ocultar pruebas.

El hombre, Todd, murió al instante, pero un experto del Gobierno defendió en el juicio que ella, Stacie, tenía hollín en las vías respiratorias, lo que indica que estaba viva cuando prendió el automóvil, un asunto clave en la condena de Brandon.

Georgia Bagley, madre de Todd, dio esta noche las gracias a Trump por ofrecer un “cierre” y agradeció las disculpas del reo fallecido. “La disculpa y el arrepentimiento ayudan mucho a mi corazón”, señaló, “les perdono”.



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