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Los mosqueteros de Zidane

2021-01-07

La jugada le salió perfecta. Cortó las alas a los dos laterales largos rojiblancos y...

Por Enrique Ortego | El País

El triunvirato Casemiro-Kroos-Modric viene a significar en el Real Madrid actual lo que en un pasado reciente fueron Busquets-Xavi-Iniesta para el vistoso Barcelona del juego combinativo por excelencia. El trío blanco, sustento del equipo en las tres Champions consecutivas (2016, 2017 y 2018), todavía hoy, dos años largos después, soporta el peso de un conjunto discontinuo en su rendimiento; capaz de lo mejor y de lo peor, pero que casi siempre mejora con la presencia del terceto sobre el campo.

La estadística apunta que la terna del Bernabéu está a punto de dar caza al triángulo mágico del Camp Nou en cuanto a número de partidos disputados juntos como titulares en la Liga y en la Champions. Ya acumulan 112 en cinco temporadas y media: 75 en la competición doméstica y 37 en la continental. Se encuentran solo a uno de los barcelonistas, que sumaron 113, (80-33), en los seis cursos y medio que compartieron vestuario y camiseta.

Rotaciones al principio. Al comienzo de la temporada, Zidane parecía tener muy claro que tenía que mimar a sus tres centrocampistas de cabecera. Medir bien sus minutos de juego y sus descansos. Consciente de que en la plantilla solo tiene un cuarto medio como tal, Fede Valverde, no los juntó en el once titular hasta el décimo partido de Liga, contra el Alavés. Inesperada derrota en casa (1-2).

Antes, con diferentes coartadas que no contentaban a los interesados, los iba turnando. Además del uruguayo, Odegaard e Isco entraron en las rotaciones que no solo afectaban a los jugadores sino también al dibujo táctico. Tan pronto jugaba con un mediocentro y dos interiores, como colocaba dos volantes centrales y un mediapunta, posición idónea para Odegaard e Isco.

Repitió la estrategia en la Champions. El terceto en cuestión no compareció de salida hasta el último encuentro contra el Borussia Mönchengladbach, cuando el equipo se jugaba la continuidad en la competición. Ya venían de ser titulares contra el Sevilla y el Atlético, también en partidos con trascendencia de finales a pesar de la tempranera altura de la competición.

Desde entonces los tres son indiscutibles. Solo han faltado por obligación. Casemiro no jugó contra el Athletic por acumulación de tarjetas y Modric faltó contra el Granada por unas molestias musculares. En las dos últimas citas los tres han vuelto a ser titulares. En resumen, brasileño, croata y alemán han compartido presencia en el once inicial en seis de los 17 partidos de la Liga, pero curiosamente lo han hecho en los últimos ocho, en los que la reacción del Real Madrid se ha hecho realidad con 20 puntos de 24 posibles. Además, se clasificó para octavos en la Champions.

Equilibrio táctico. Con una media de edad de 31,3 años, Casemiro (28), Modric (35) y Kroos (31) mantienen para el técnico francés la etiqueta de indiscutibles. Con sus roles y posiciones sobre el césped bien definidos, se muestran complementarios tanto en la faceta defensiva como en la ofensiva. Casemiro representa el orden, la figura más defensiva y posicional. Kroos, que se acomoda entre el central y el lateral zurdo, protagoniza el primer pase en la salida de balón en corto y los cambios de orientación en largo. Modric, en su segunda juventud, es la conducción, quien ofrece continuidad y calidad al juego en las transiciones defensa-ataque.

Ya la temporada anterior, Zidane decidió que fueran Kroos o Modric, preferentemente el primero, los responsables del comienzo del juego en la zona iniciación. Casemiro abandona su teórico puesto de mediocentro para avanzar 20 o 30 metros su posición. En ese momento se convierte en un centrocampista de ataque con una doble misión: estar atento a una posible pérdida en la salida del balón e incorporarse al remate si la situación lo requiere. Esta permuta de posiciones conlleva un riesgo ya evidenciado en algún partido. Ante el menor error en el pase, Casemiro queda fuera del plano defensivo y se produce un vacío en el carril central que deja desamparados a los centrales.

En la fase ofensiva, Casemiro, Kroos y Modric se colocan en tres alturas diferentes y son ellos mismos quienes deciden en cada momento. Cuando el equipo presiona arriba suele ser el croata quien salta a la altura de Benzema, pero lo puede hacer Kroos si su compañero necesita un respiro.

La jugada contra el Atlético. En el derbi, Zidane modificó el posicionamiento interior de Modric y Kroos. Les escoró a las bandas para crear superioridad numérica y posicional por fuera y sacar el balón por esa zona. En ese partido, Casemiro nunca salió de su posición central. La jugada le salió perfecta. Cortó las alas a los dos laterales largos rojiblancos y provocó una situación táctica que obligó a Simeone a cambiar de planes.

La emergente aparición de Valverde la temporada pasada no se ha visto refrendada en la presente. La lesión que le mantuvo seis partidos fuera de órbita (tres de Liga y tres de Champions) ha influido en su falta de rendimiento. Tampoco Odegaard, que comenzó de titular los dos primeros partidos de Liga, ha tenido continuidad. Hasta el punto de desaparecer de la escena una vez recuperado de la lesión. Ambos continúan a la sombra del terceto incombustible.



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