Reportajes

Mujeres latinoamericanas redoblan la lucha para subsistir en pandemia

2021-03-04

"De momento (el virus) se llevó mis sueños, pero tengo todavía fuerzas...

Por Luján Scarpinelli

Montevideo, 04 Mar 2021 (AFP) - La pandemia agregó nuevas dificultades a la ya ardua lucha de las mujeres por la inclusión económica y la equidad, arrastrando a muchas en un retroceso que redujo sus ambiciones a la mera subsistencia.

Una manicura colombiana que perdió su trabajo; una costurera chilena abocada a tareas de cuidado, y una empresaria mexicana peleando para mantener su negocio: los tres relatos reflejan una realidad plasmada en indicadores como el de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), que estimó una regresión de más de una década en la ocupación y condiciones laborales de las mujeres en la región por la crisis sanitaria.  

María Edilma: empezar de cero   

"Siento que iba escalando para superarme,seguir trabajando y estudiando (...) y estoy empezando de cero de nuevo", dice María Edilma Aguilar, de 35 años, frente a la persiana baja del salón de belleza donde trabajaba como manicura. De eso ya hace un año. 

Esta mujer de origen campesino y madre soltera vendió sus muebles y se mudó del apartamento donde vivía con sus dos hijos a un cuarto minúsculo en una barriada más pobre, cargando el sueño de tener una casa propia.

"Me he tenido que reinventar", cuenta María Edilma, quien interrumpió su carrera de esteticista y se puso a trabajar como empleada doméstica de domingo a domingo. 

En Colombia, muchas mujeres se vieron forzadas a replegarse a los oficios de hogar por la pandemia, que incrementó el desempleo femenino al 20,4% en 2020, lejos de la tasa del 12,7% entre los hombres.

"De momento (el virus) se llevó mis sueños, pero tengo todavía fuerzas para seguir en la lucha", asegura María Edilma, determinada a recuperarse.

Pía Ortiz: cuidado y sustento

Era la única hija entre varones. "No fui a la universidad porque era mujer, porque me iba a casar para toda la vida. Si sabía coser y bordar era suficiente", cuenta Pía Ortiz, de 60 años, que tras varios empleos hoy subsiste como costurera en Santiago de Chile.

La pandemia la obligó a mudar a redes sociales su emprendimiento de productos de tela de jean reciclada, creado con un fondo municipal, que antes ofrecía en ferias.

"Hice cursos de marketing digital, pero es un tema que a los 60 años no se maneja muy bien", confiesa. Perseverante, logró ventas, aunque a un ritmo más lento, que la forzó a "vivir con menos".
 



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