Migración

Migrantes varados en Canarias critican condiciones de campos

2021-03-25

Más de 23,000 personas de Marruecos y África Occidental llegaron en el último...

Por JOAN GIRALT y RENATA BRITO

SAN CRISTOBAL DE LA LAGUNA, España (AP) — España, que ha criticado a Europa por no compartir sus responsabilidades en materia migratoria, se ve criticada a su vez por inmigrantes, funcionarios locales y grupos de derechos humanos en las Islas Canarias, donde miles de personas que hicieron peligrosas travesías en barco desde África dicen estar atrapados en campamentos inadecuados.

Más de 23,000 personas de Marruecos y África Occidental llegaron en el último año al archipiélago turístico, mientras las autoridades perseguían rutas antes populares en el Mediterráneo. España ha intentado impedir los viajes de lo que considera migrantes económicos, la mayoría de Marruecos y Senegal, impidiendo que suban a aviones ytransbordadores, aunque permitía el paso a posibles solicitantes de asilo y a los más vulnerables.

Cuando los centros de recepción de migrantes en las islas se llenaron, el gobierno alojó a 8,000 personas en hoteles turísticos que se habían quedado vacíos por la pandemia del coronavirus y construyó seis grandes campamentos temporales para otras 6,300.

El más grande en la isla de Tenerife es Las Raíces, en la localidad de San Cristóbal de La Laguna, al pie de una montaña. Construido con fondos de la Unión Europea, puede alojar a hasta 2,400 personas en sus carpas blancas colocadas en hileras.

El campo ha tenido problemas desde el primer día, como quejas de que es un lugar frío y abarrotado, no tiene un suministro adecuado de agua caliente y sirve comida incomible. La policía detuvo este mes a varios residentes por tensiones sobre la comida. Algunos han decidido abandonar el campo para vivir en chabolas en un bosque cercano.

Papa Seck, un pescador senegalés que fue transportado el mes pasado al campo, huyó en octubre de su localidad natal, Joal-Fadiouth, porque ya no podía ganarse la vida en aguas afectadas por la sobrepesca.

“El océano está muerto. No nos queda nada”, dijo el hombre de 30 años a The Associated Press, añadiendo que había vendido muchas de sus posesiones, incluido su bote, para buscar una nueva vida en España. Su viaje de dos semanas fue duro, dijo, y varios de los 140 pasajeros que iban con él murieron de hambre y sed antes de llegar a la isla canaria de El Hierro.

En 2020 llegaron unas 23,000 personas, un 750% más que el año anterior, y al menos 849 personas murieron o desaparecieron durante el viaje, según la agencia migratoria de Naciones Unidas. La ruta del Atlántico recuperó popularidad después de que los países norteafricanos redoblaran sus controles de frontera e intercepciones en el Mediterráneo con apoyo de la UE.

Cuando Seck y los que estaban con él desembarcaron, se les hicieron pruebas de coronavirus y se les puso en cuarentena antes de llevarse a centros de recepción u hoteles, y después a Las Raíces. Aunque nada es comparable a su peligroso viaje, Seck dijo que la vida en el campo ha sido difícil, y está frustrado porque no puede continuar su trayecto hacia la Europa continental.

Las carpas más grandes pueden acoger hasta a 64 personas, pero están divididas en secciones más pequeñas, según Accem, una organización no gubernamental contratada por el gobierno para gestionar las instalaciones. El campo está a poco más del 50% de su capacidad máxima, según el grupo.

Incluso con las subdivisiones, dijo Seck, “Veinticuatro personas en una carpa es horrible”.

Se espera que se traslade a más gente al campo, y no tardará mucho en llenarse.

Jose Luis Escrivá, ministro español de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, dijo que más de un millar de inmigrantes que siguen en hoteles de la isla serán trasladados a los campos para final de mes.

Para muchos en Las Raíces resulta difícil imaginar cómo será vivir con más gente, dado que, por ejemplo, cada amanecer hay esperas de una hora para ducharse. Además, dijeron, el agua caliente no tarda en acabarse.

Accem admitió que uno de los dos calentadores de agua del campo se había roto y se estaba reparando.

La principal queja era sobre la comida. Seck dijo que les servían una especie de sopa de patata. Accem admitió que la cantidad y calidad de la comida proporcionada debía mejorar, y se lo había reportado al Ministerio.

Sin embargo, Escrivá negó con rotundidad que hubiera malas condiciones en los nuevos campos y rechazó acusaciones sobre lo inadecuado de la comida.

“Eso es falso, simplemente es falso”, afirmó hace poco en una comparecencia ante parlamentarios por su gestión de la inmigración en Canarias.

Docenas de hombres jóvenes, la mayoría marroquíes, se han instalado alrededor de Las Raíces, levantando chozas improvisadas con ramas, cartón y plástico.

Roberto Mesa, miembro de un grupo de apoyo a inmigrantes en Tenerife, criticó la decisión del gobierno español de retenerles en las islas, señalando que se les está ocultando de la vista del resto de la población.

“Las instituciones tienen claro que estas personas no van a salir de Canarias y se han preparado estos macrocentros, tanto el de Las Raíces como el de Las Canteras, porque son lugares poco visibles para la población para que no se vea lo que está ocurriendo aquí”, dijo Mesa, cuyo grupo proporciona alimentos, ropa y otros servicios al grupo, como clases de español y ayuda legal para los solicitantes de asilo.

José Manuel Bermúdez, alcalde de Santa Cruz de Tenerife y parlamentario de la oposición regional, visitó el campo y pidió su cierre inmediato.

“No existe motivo jurídico alguno para impedir que estas personas continúen su tránsito hacia otras partes del territorio español, o sean realojadas en otras comunidades autónomas en unas condiciones que estén a la altura de un trato humanitario en condiciones”, escribió en Twitter.

Escrivá, el ministro de Migraciones, cuestionó la decisión de los migrantes de instalarse fuera del campo.

“Las personas que están haciendo este espectáculo delante de Las Raíces”, dijo, “son personas que han sido inducidas desde determinadas instancias u organizaciones” a las que se había creado expectativas de poder conseguir una vida mejor en la Europa continental, cuando muchas afrontaban una repatriación a sus países de origen.

España tiene acuerdos bilaterales con países africanos para repatriar a los migrantes a sus países de origen o a los territorios que atravesaron en su ruta.

España, Grecia, Italia, Malta y Chipre han presionado para que se firme un nuevo Pacto Europeo de Migración y Asilo que obligue a otros estados miembros a crear un sistema de reubicación equitativo y un mecanismo centralizado de retorno.

Estrella Galán, responsable de la Comisión española de Ayuda a Refugiados, señaló a la contradicción entre las declaraciones públicas del gobierno y sus políticas, en una comparecencia reciente en Bruselas del Comité sobre Libertades Civiles, Justicia y Asuntos Internos del Parlamento Europeo.

“Ahora nos vemos sorprendidos porque vemos que en Canarias se está poniendo en marcha esta misma política que desde España rechazábamos contundentemente”, afirmó.

“Es cierto que Canarias no es Lesbos, no es Lampedusa, pero las políticas policiales y de bloqueo sí son las mismas”, dijo en alusión a islas en Grecia e Italia donde hay inmigrantes alojados.

Para Seck, regresar a Senegal no es una opción.

“Preferimos morir que regresar”, dijo.



Jamileth