Migración

La solución al problema fronterizo que concitará odio

2021-04-14

Pero si EU realmente quiere arreglar a Centroamérica, esto es lo que debe hacer. Solo...

Por Noah Smith

(Bloomberg) -- Estados Unidos se enfrenta nuevamente a una crisis fronteriza, por una ola de solicitantes de asilo de Centroamérica. El presidente Joe Biden sabe que la única forma a largo plazo de resolver el problema es mejorando las economías de Honduras, Guatemala y El Salvador. No obstante, para eso se necesitará más que ayuda extranjera, requerirá que compañías estadounidenses efectivamente monten fábricas en dichos países.

El Gobierno de Biden no desea permitir que masas de solicitantes de asilo ingresen al país. No abrirán la frontera. En una entrevista el mes pasado, el mensaje del presidente a los ciudadanos desesperados que huían de la violencia y la pobreza en sus países fue: “No vengan”.

Pero muchos todavía lo hacen. Y eso plantea la pregunta de cómo detener estas olas. Esfuerzos pasados para disuadir a los solicitantes de asilo con evidente brutalidad fracasaron en grande, impactando la credibilidad moral de EU Las políticas de la Administración Trump de obligar a los migrantes a permanecer en México mientras esperan su audiencia de asilo, y de endurecer las normas de asilo parecen haber frenado el flujo hacia el norte solo temporalmente. A la larga, si los solicitantes de asilo centroamericanos van a dejar de venir a EU, tendrá que ser porque ya no quieren venir.

¿Cuándo deja uno de querer irse de su país de origen? Obviamente, hay muchos eventos excepcionales, como las guerras y los desastres naturales, que pueden incitar a alguien a irse al extranjero en busca de mejores condiciones de vida. Pero, de lo contrario, hay dos factores bastante predecibles que impulsan la migración: las altas tasas de fertilidad y un ingreso per cápita medio-bajo.

Las altas tasas de natalidad fomentan la migración porque si hay muchos jóvenes, vale la pena enviar a algunos de ellos a un país rico donde puedan encontrar trabajo y enviar dinero a la familia. Sin embargo, a medida que las familias tienen menos hijos, los padres mayores necesitan que todos sus hijos se queden en casa y los cuiden, o se hagan cargo de las empresas familiares u otros imperativos locales. Las tasas de fertilidad en El Salvador ya están por debajo del nivel de reemplazo, y Honduras y Guatemala van por la misma vía. Así que esto reducirá la presión migratoria en el futuro. Pero si las economías de esos países se desarrollaran, sus tasas de natalidad probablemente caerían aún más, lo que causaría que menos personas se fueran.

La otra circunstancia clave que reducirá la necesidad de emigrar de los países centroamericanos es el crecimiento económico. El economista Michael Clemens ha demostrado que a medida que los países se hacen más ricos, inicialmente envían más migrantes, probablemente porque las personas simplemente tienen el dinero para irse y buscar trabajo. Pero una vez que el ingreso anual aumenta a aproximadamente US$7,000-US$8,000, el efecto se invierte; las oportunidades son lo suficientemente buenas en el país de origen que no vale la pena soportar el estrés, el peligro y la dislocación de la migración.

México está mucho más allá de este pico, razón por la cual la migración neta desde México se ha detenido y retrocedido. No obstante, los países del Triángulo Norte de Centroamérica se encuentran justo en el nivel donde la presión migratoria alcanza su punto máximo.

Biden quiere abordar esto haciendo que Centroamérica sea más rica, lo cual es una gran idea. Si el PIB de estos países se pudiera duplicar, las perpetuas crisis fronterizas probablemente desaparecerían. La pregunta es cómo hacerlo.

El plan actual de Biden es extremadamente vago sobre cómo podría convertir a Centroamérica en un lugar más rico. Se habla mucho de “combatir la corrupción”, obligar a los países a mostrar señales de progreso verificable y aplicar salvaguardias para garantizar que EU no esté desperdiciando dinero. Estos elementos recuerdan las restricciones impuestas a la ayuda extranjera por parte de las agencias internacionales de apoyo.

Pero el problema aquí no es desperdiciar el efectivo de los contribuyentes. El problema es que entregar efectivo no es una vía duradera hacia el crecimiento. La ayuda alivia la pobreza sin generar grandes inversiones. Eso significa que la cantidad de ayuda a los países centroamericanos tendría que ser muy grande y permanente para permitir a las personas pobres de estos países un nivel de vida significativamente superior. Además, pese a que Biden habla de combatir la corrupción, hay pruebas de que las élites locales se embolsan una cantidad decente de la ayuda.

Lo que realmente ayuda a los países pobres a crecer es la inversión extranjera. EU debe obtener productos fabricados en Honduras, Guatemala y El Salvador para que las empresas trasladen sus fábricas a estos países. Esto se podría hacer otorgando exenciones fiscales a las ventas de productos fabricados en el Triángulo Norte, lo que incentivaría a empresas estadounidenses y extranjeras a invertir allí para recibir la exención de impuestos y ganar cuota de mercado en EU Debido al estado a menudo caótico de estos países, las fábricas comenzarían de manera moderada al principio, probablemente tendrían que contratar su propia seguridad y generar su propia electricidad de bajo costo (tal vez con energía solar). Pero si el precio es correcto, lo harán.

Los proteccionistas de EU se quejarían si se diera preferencia a productos fabricados en países centroamericanos, cuyos migrantes a menudo perciben como invasores. A pesar del pequeño tamaño de los países involucrados, privilegiar productos fabricados en el extranjero hará que algunas personas piensen que están pasando sus empleos a otros lugares.

Pero si EU realmente quiere arreglar a Centroamérica, esto es lo que debe hacer. Solo entonces las olas migratorias llegarán a un final duradero.



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