Internacional - Seguridad y Justicia

Bielorrusia desvía un avión para apresar a un periodista disidente, Estados Unidos exige una ‘investigación internacional’

2021-05-25

La acción puso de manifiesto que, con el apoyo del presidente ruso Vladimir Putin,...

Por Anton Troianovski y Ivan Nechepurenko | The New York Times

MOSCÚ — El hombre fuerte de Bielorrusia envió una aeronave de combate para interceptar un avión europeo que atravesaba el espacio aéreo del país el domingo 23 de mayo y ordenó que el avión aterrizara en la capital, Minsk, donde un prominente periodista de la oposición que viajaba en ese vuelo fue capturado, lo que provocó la indignación internacional.

La sorprendente maniobra de Aleksandr Lukashenko, un líder brutal e impredecible que se ha aferrado al poder a pesar de las enormes protestas sucedidas contra su gobierno el año pasado, fue condenada por funcionarios europeos que la compararon con un secuestro. La acción puso de manifiesto que, con el apoyo del presidente ruso Vladimir Putin, Lukashenko está dispuesto a llegar a extremos extraordinarios para reprimir la disidencia.

El vuelo de Ryanair, procedente de Atenas y con destino a Vilna, Lituania, que transportaba a unos 170 pasajeros —entre ellos el periodista Roman Protasevich—, sobrevolaba Bielorrusia cuando los controladores aéreos bielorrusos notificaron a sus pilotos “una posible amenaza para la seguridad a bordo” y ordenaron al avión que se desviara a Minsk, según informó la aerolínea, con sede en Irlanda, en un comunicado.

Lukashenko, al que a menudo se hace referencia como “el último dictador de Europa”, ordenó personalmente a un avión de combate MiG-29 que escoltase al avión de Ryanair hasta el aeropuerto de Minsk tras una amenaza de bomba, dijo su servicio de prensa. Según el comunicado, Lukashenko dio una “orden inequívoca” de “hacer que el avión diera una vuelta en U y aterrizara”.

Tras unas siete horas en tierra, el Boeing 737-800 de Ryanair despegó hacia Vilna desde Minsk con sus pasajeros y tripulación, y 35 minutos después aterrizó sin problemas en su destino final.

Pero, Protasevich no llegó al final del viaje.

Durante la escala del avión en Minsk, fue detenido, según informó el Ministerio del Interior del país en un comunicado que posteriormente fue borrado de su canal oficial de Telegram.

Después de que el avión fue desviado a Minsk, Protasevich, de 26 años, se dirigió a los otros pasajeros “y dijo que se enfrentaba a la pena de muerte”, dijo una pasajera, Monika Simkiene, a la Agencia France-Presse (AFP) en Vilna.

“No gritaba, pero estaba claro que tenía mucho miedo”, recordó otro pasajero, Edvinas Dimsa, según AFP. “Parecía que si la ventana hubiera estado abierta, habría saltado por ella”.

No se encontró ninguna bomba a bordo, dijeron las autoridades policiales del país. El Comité de Investigación, la principal agencia de investigación de Bielorrusia, dijo que había abierto un caso penal sobre una falsa amenaza de bomba.

“No se encontró nada inapropiado”, dijo el comunicado de Ryanair, una popular aerolínea de bajo costo.

La Organización de Aviación Civil Internacional, una agencia de las Naciones Unidas, dijo que estaba “muy preocupada” por el incidente. La agencia dijo que el “aparente aterrizaje forzoso” del vuelo podría haber violado la Convención de Chicago, el acuerdo de 1944 que estableció los principios básicos de la aviación internacional.

El gobierno de Lituania emitió su propia declaración: “Es un ataque sin precedentes contra la comunidad internacional: un avión civil y sus pasajeros han sido secuestrados por la fuerza militar”.

Protasevich es cofundador y antiguo editor del canal de Telegram NEXTA, uno de los medios de comunicación de la oposición más populares de Bielorrusia. La mayoría de los medios de comunicación independientes del país se vieron obligados a cerrar después de que estallaron las protestas a gran escala por unas disputadas elecciones presidenciales en 2020. La red social Telegram quedó como uno de los únicos medios de comunicación sin censura.

En los últimos años, Protasevich ha vivido en Lituania en el exilio, por temor a ser encarcelado en Bielorrusia, su país de origen, donde está acusado de incitar al odio y a los desórdenes masivos y se enfrenta a más de 12 años de prisión si es condenado. En noviembre, el principal servicio de seguridad del país, que aún se llama KGB, lo incluyó en una lista de terroristas.

El domingo, Protasevich regresaba de Grecia tras asistir a una conferencia económica con la líder de la oposición bielorrusa Svetlana Tikhanovskaya, según informaron las autoridades griegas.

En el aeropuerto de Atenas, Protasevich se dio cuenta de que un hombre calvo lo seguía y le hacía fotos, según los mensajes que envió y que fueron publicados por un canal de Telegram que edita. Después de su arresto, sus colegas dijeron que habían revocado inmediatamente el acceso de Protasevich al canal de Telegram para asegurarse de que los datos de sus 256,000 suscriptores no pudieran caer en manos de las fuerzas del orden bielorrusas.

Muchos de los opositores políticos de Lukashenko han buscado refugio en Lituania y Polonia, donde se han exiliado, pero los acontecimientos del domingo demostraron que su gobierno puede alcanzarlos incluso en el aire.

Tanto Lituania como Grecia son miembros de la Unión Europea, pero Bielorrusia no lo es. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, calificó el desvío del avión como “absolutamente inaceptable”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Grecia lo calificó como un “secuestro estatal”. Mateusz Morawiecki, primer ministro de Polonia, lo definió como un “acto de terrorismo de Estado”. El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, dijo que “ese acto no puede quedar sin consecuencias claras”. Su homólogo francés, Jean-Yves Le Drian, pidió una “respuesta firme y unificada” por parte de la UE.

El secretario de Estado estadounidense, Antony J. Blinken, dijo: “Condenamos enérgicamente el acto descarado e impactante del régimen de Lukashenko de desviar un vuelo comercial y arrestar a un periodista. Exigimos una investigación internacional y estamos coordinando con nuestros socios los próximos pasos”.

Pero aunque los funcionarios europeos amenazaron con consecuencias para Bielorrusia, no quedó claro cuáles podrían ser. El bloque ya impuso sanciones el año pasado contra los principales funcionarios de Minsk, incluido el propio Lukashenko, por “represión violenta e intimidación de manifestantes pacíficos, miembros de la oposición y periodistas”.

El domingo, el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, describió las acciones de Bielorrusia como “abominables”, pidió que se declarara inseguro su espacio aéreo y que no se aceptaran aviones bielorrusos en los aeropuertos de la Unión Europea.

En Rusia, donde los medios estatales describieron el levantamiento del año pasado contra Lukashenko como un complot occidental, el arresto obtuvo la aprobación de los partidarios de Putin. Margarita Simonyan, editora de RT, la cadena televisiva afiliada al gobierno ruso, escribió en Twitter que Lukashenko “jugó de manera maravillosa”. Y Vyacheslav Lysakov, un miembro del Parlamento aliado con Putin, describió el arresto de Protasevich como una “brillante operación especial”.

Las autoridades bielorrusas dijeron que habían ordenado que el avión aterrizara después de recibir información sobre una amenaza de bomba, aunque Vilnius, el destino del avión, estaba mucho más cerca que Minsk cuando el avión se regresó, según mostraron los datos de seguimiento de vuelos. El Ministerio de Defensa del país dijo en otro comunicado que las fuerzas de defensa aérea del país estaban en alerta máxima.

Se sabe que Lukashenko y su gobierno utilizan artimañas para perseguir a sus oponentes políticos.

El arresto de Protasevich se produce meses después de que la mayor ola de protestas callejeras en la historia de Bielorrusia no logró deponer a Lukashenko, quien ha sido el líder autoritario del país durante más de 26 años.

Más de 32,000 manifestantes fueron arrestados y al menos cuatro murieron durante las protestas. Cientos de personas fueron brutalmente golpeadas por la policía. NEXTA surgió como el medio líder que coordinaba las manifestaciones.

Respaldado por Putin y usando una violencia extraordinaria, Lukashenko logró reprimir con éxito a los manifestantes, y el aparato de seguridad del país permaneció leal a él.

Tikhanovskaya, la principal oponente de Lukashenko durante las últimas elecciones presidenciales de agosto, que fueron ampliamente consideradas como manipuladas, calificó el episodio del vuelo de Ryanair como “una operación de los servicios especiales para secuestrar un avión con el fin de detener al activista y bloguero Roman Protasevich”.

“Ninguna persona que sobrevuele Bielorrusia puede estar segura de su seguridad”, dijo.

Los analistas de la industria de las aerolíneas predijeron una fuerte respuesta de las líneas comerciales. “Lo que no tiene precedentes sobre este incidente es que fue patrocinado por el Estado”, dijo Kevin Murphy, analista de Morgan Stanley.

El recordatorio de que incluso las personas que viajan en aviones de pasajeros a kilómetros sobre el suelo pueden verse afectadas por la tumultuosa geopolítica de Europa del Este evocó el accidente del vuelo 17 de Malaysia Airlines, que fue derribado por separatistas respaldados por Rusia en el este de Ucrania en 2014. Un ataque aparentemente accidental mató a los 298 pasajeros y la tripulación, y provocó que las aerolíneas evitaran sobrevolar el este de Ucrania.

El domingo 23 de mayo, después de que el vuelo de Ryanair finalmente llegara a su destino, la aerolínea emitió un comunicado.

“Nos disculpamos sinceramente con todos los pasajeros afectados por este lamentable retraso, que estaba fuera del control de Ryanair”, decía.



Jamileth