Nacional - Economía

López Obrador busca revivir el sueño petrolero de México: “Es el mejor negocio del mundo”

2021-05-26

En su opinión, el Estado habrá recuperado la inversión “en dos o tres...

Francesco Manetto, El País

Andrés Manuel López Obrador trata de superar el estancamiento de su agenda energética, paralizada por los tribunales, con un nuevo impulso al sector de los hidrocarburos y a Pemex. El objetivo del presidente mexicano es rescatar a la petrolera estatal, que arrastra una deuda de 100,000 millones de dólares, para lograr mayor autosuficiencia y romper con el modelo de las pasadas administraciones, que consistía en exportar crudo e importar combustible. “Es el mejor negocio del mundo”, ha afirmado este miércoles el mandatario para defender la compra de una planta de Deer Park en Houston (Texas) por 600 millones de dólares. El sueño petrolero de López Obrador se ha convertido una prioridad política irrenunciable, a pesar de que también esta refinería acumula una deuda de casi 1,000 millones.

El Gobierno y el partido que lo sostiene, Morena, han dedicado buena parte de este año a dos reformas que tienen el propósito de fortalecer a dos compañías del Estado, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Pemex, frente a la iniciativa privada. El presidente hizo de la ley eléctrica y la de hidrocarburos una apuesta personal, defendiéndolas contra viento y marea pese a las repetidas advertencias sobre su impacto económico y ambiental. Las iniciativas están ahora suspendidas por la justicia, que aceptó varios recursos de particulares para frenarlas, pero López Obrador no se ha dado por vencido. De ese proyecto depende en buena medida la batalla por su idea de soberanía y la disputa ideológica con sus adversarios.

La adquisición del 100% de las acciones de la planta de Deer Park, cuya titularidad Pemex compartía con Shell, también ha generado dudas en torno a su sostenibilidad a largo plazo. El mandatario, sin embargo, la ha presentado como un hito de la economía mexicana en tiempos de pandemia. “Yo les comento que la economía está muy bien en el país, nos estamos recuperando”, ha enfatizado al mismo tiempo que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informaba de una recuperación del 0,8% del PIB en el primer trimestre del año. Sin embargo, ese dato supone también un desplome de casi un 3% respecto al mismo período de 2020.

“Les falló el pronóstico a nuestros adversarios, pensaban que nos iba a ir mal. Parece mentira, es increíble que apuesten, se enojen, porque está llegando inversión extranjera a México, nuestros adversarios están enojados. Hablan de que estamos inventando los datos. No. La economía de México está creciendo, nos funcionó la fórmula que aplicamos para enfrentar la crisis que se produjo con la pandemia y el modelo de México es reconocido mundialmente”, ha llegado a decir el mandatario. López Obrador presume de no haber subido impuestos o aplicados gasolinazos. Aun así, Hacienda ha reconocido que después de las elecciones federales y locales del 6 de junio el Gobierno tendrá que abordar una reforma fiscal.

“Tenemos finanzas públicas sanas, por eso se pudo hacer esta compra”, ha insistido López Obrador, que ha negado que esa operación suponga nuevas pérdidas para Pemex. “No hay pérdida, no hay pérdidas, no existen pérdidas, es que el petróleo es el mejor negocio del mundo. Había pérdidas cuando imperaba la corrupción”. Sobre la refinería de Deer Park ha añadido: “Esa planta no ha tenido pérdida, ha habido ganancias, lo que han hecho es reinvertir las utilidades. Pero a ver si Octavio lo explica”. Octavio Romero Oropeza, director general de Pemex, sí ha admitido que “la planta ha venido teniendo utilidades a lo largo de todos los años, a excepción del año pasado, que fue la covid; ahí, fuera de la farmacéutica y de las tiendas de alimentos, yo creo que muy pocas en el mundo tuvieron ganancias”. Y sobre la deuda, ha reconocido, “asciende a alrededor de 980 millones de dólares”.

¿Cómo piensa hacer frente México a ese desequilibrio? López Obrador ha asegurado que existe “una reserva de recursos” que el Gobierno entregará a Pemex. “Con ese dinero se compra la refinería y se inicia la construcción de la coquizadora [planta de gas combustible] de Tula”. En su opinión, el Estado habrá recuperado la inversión “en dos o tres años”. “Pero eso ya está hecho, el análisis financiero, específico para esto. Es un buen negocio para el país”, ha recalcado.

El presidente, que está a punto de llegar al ecuador de su sexenio, ya ha dado muestras de querer dejar huella en el sector energético a costa de perjudicar la inversión privada. Eso es lo que el consultor David Shields considera un intento, eminentemente político, de regresar a “un pasado dorado, un pasado que fue mejor, en el que se nacionalizó”. Y López Obrador lo ha dejado claro este miércoles al concluir su conferencia de prensa matutina. Ha mencionado a los expresidentes Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos y ha agregado: “Fíjense lo que decía López Mateos, 1960, cuando nacionaliza la industria eléctrica. A él se le atribuye esa carta, hay quienes dicen que no la escribió [...] ‘Solo un traidor entrega a su país a los extranjeros’. Yo diría: México es nuestro, aunque no les guste a los conservadores, México es nuestro”.

Ese “México es nuestro” explica también el discurso de López Obrador, quien ha aprovechado este paso para exhibir también un trato distendido con Washington, a pesar de todas las tensiones que marcan la agenda bilateral. “Llevamos muy buena relación con el Gobierno de Estados Unidos, el presidente Biden, y se requieren de las autorizaciones del Gobierno de Estados Unidos. Estamos seguros de que no vamos a tener ningún problema para consumar esta compra en beneficio de nuestro país”.
 



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