Migración

Familias separadas en frontera piden un Estados Unidos más humanitario

2021-06-08

“Eso parecía una película de terror. Los niños pateaban, mordían,...

Por CLAUDIA TORRENS

NUEVA YORK (AP) — Un padre hondureño que fue separado de su hija pequeña y un joven mexicano que fue separado de su madre en la frontera sur estadounidense pidieron el martes políticas más humanitarias a Estados Unidos y un estatus migratorio permanente para familias reunificadas.

“Cuando yo llegué a la frontera con mi hija me recibieron de forma inhumana,” dijo Daniel Paz, un hondureño que fue separado de su hija tras ser detenido en la frontera entre México y Estados Unidos en 2018. “Era como si yo trajera una pistola en la mano, cuando en realidad era la mano de mi hija”.

Durante una llamada con periodistas, Paz y Bryan Chávez, un mexicano de 18 años, reiteraron la necesidad de recibir un trato más humano que también incluya ofrecer a las familias migrantes las herramientas para defender sus casos ante los jueces de inmigración estadounidenses. También solicitaron un camino a la ciudadanía estadounidense para familias que fueron separadas y después reunificadas.

La llamada —organizada por una coalición de grupos de ayuda a migrantes llamada Families Belong Together— se llevó a cabo el mismo día que el gobierno del presidente Joe Biden dijo que ha identificado a más de 3,900 menores migrantes separados de sus padres durante la política de “tolerancia cero” del expresidente Donald Trump hacia los ingresos ilegales al país.

El informe del martes representa uno de los conteos más detallados en un capítulo de la historia migratoria estadounidense que fue condenado de manera generalizada. El gobierno de Biden se ha comprometido a reunir a los padres e hijos que siguen separados, pero el ritmo de las reunificaciones ha sido lento.

Paz explicó el martes que salió de Honduras con su hija en 2018 pero tras llegar a Texas y ser detenidos, ambos fueron separados.

“Eso parecía una película de terror. Los niños pateaban, mordían, se aferraban a sus padres mientras los oficiales de inmigración los arrancaban,” dijo Paz.

El hondureño, que fue llevado a un centro de detención, fue reunido de nuevo con su hija casi dos meses después de la separación y ambos viven en Ohio. Sin embargo, la niña de ahora siete años es distinta, dice Paz.

“Hasta estos días, seguimos sufriendo. Ya mi hija no es la misma niña de antes. Ya ni juega,” dijo el migrante. “Yo lo que recomendaría al gobierno sería que las personas que tienen haciendo ese trabajo en la frontera que sean personas con amor a la humanidad, que sean personas que tengan el conocimiento sobre cómo tratar a las personas que tienen en su resguardo.”

El conteo del gobierno de Biden de 3.913 menores separados entre el 1 de julio de 2017 y el final de la presidencia de Trump está muy por debajo de los más de 5,500 identificados por la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés).

La discrepancia entre números parece radicar principalmente en el fallo de una corte federal en San Diego, que excluyó a 1.723 niños que fueron separados por otros motivos, como el riesgo de que estuvieran en peligro o de que hubiera dudas sobre paternidad.

De los 3.913 menores, 1.786 han regresado con uno de sus padres, en su mayoría durante la presidencia de Trump. El gobierno se ha contactado con los padres de otros 1.695 y se desconoce el paradero de 391 más. Muchos de los contactados fueron entregados a otros familiares.

Chávez, el joven mexicano, dijo que huyó de la violencia de un cártel local de Michoacán, en México, junto a su madre, en 2017. Chávez tenía 15 años. Tras ser separados en la frontera, la madre, llamada Sandra Ortíz, fue deportada a México. Chávez fue enviado a casa de un hermano suyo en California.

Casi cuatro años después, el gobierno de Biden los ha reunificado.

“Me gustaría que el presidente (Biden) ofreciera más recursos y más vías para que las familias sean reunificadas y para que tengan un camino hacia la ciudadanía estadounidense”, dijo Chávez.

Ortíz está ahora en Estados Unidos con un estatus temporal.

“¿Se quedará un año? ¿Más que eso?,” preguntó el mexicano. “¿O se la llevarán en algún momento?”.



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