Internacional - Política

China celebra el centenario de su Partido Comunista

2021-06-28

El propio Xi probablemente no quiere otra Revolución Cultural. Su familia ha sufrido...

Por Laurie CHEN

Changsha, China, 28 Jun 2021 (AFP) - Los "errores" del periodo de Mao y sus millones de muertos han sido borrados. El Partido Comunista Chino (PCC) festeja este jueves su centenario, con un despliegue de propaganda a la gloria de una China que se convirtió en 40 años en la segunda potencia económica mundial.

Purgas, represión, hambre... El peaje humano del fundador de la República Popular Mao Zedong, en el poder de 1949 a 1976, se desvanece en la China de 2021, donde su lejano sucesor Xi Jinping intenta establecer la legitimidad histórica del régimen.

Aunque se mantiene el suspenso en las festividades del 1 de julio, hay pocas dudas de que el actual presidente pronunciará un discurso de exaltación de la continuidad del régimen, desde la Puerta de Tiananmen en Pekín, donde Mao proclamó su victoria en 1949.

El "Gran Timonel" es casi divinizado por millones de turistas que acuden a rendirle homenaje cada año en su provincia natal de Hunan, a 1,600 km al sur.

Al pie de un busto gigante del difunto presidente en Changsha, la capital provincial, los jóvenes visitantes recuerdan sobre todo el ascenso del país bajo la autoridad del partido en el poder.

"China se ha desarrollado gracias a los esfuerzos de nuestros antepasados y de esta generación de miembros del Partido Comunista", explicó un estudiante de 23 años, Li Peng, entre selfis.

Radicalmente transformada por cuatro décadas de reformas económicas, la China de hoy tiene poco que ver con la de Mao.

No obstante, "el PCC no está a punto de morir. Es un partido lleno de vida, los jóvenes son particularmente patriotas y no tienen miedo de decirlo", asegura Li, miembro del partido en el poder.

- "Visión correcta" de la historia -

Cien años después de la fundación clandestina del movimiento en la antigua Concesión Francesa de Shanghai en julio de 1921, el presidente Xi insiste regularmente en la necesidad de enseñar "una visión correcta" de la historia del PCC.

Esta campaña ha dado lugar a una moda de "turismo rojo" en los lugares emblemáticos de la revolución china, y a películas y series de televisión que glorifican a los pioneros del comunismo. 

La versión que se enseña ahora está muy purgada en la última edición de la historia oficial del Partido, donde los 10 años de violencia política de la "Revolución Cultural" (1966-76) sólo tienen tres páginas.

También se olvida la Gran Hambruna (1958-62) y las decenas de millones de muertos que causó como consecuencia del "Gran Salto Adelante", una campaña de desarrollo económico a marcha forzada. El libro sólo lo menciona de pasada, refiriéndose a un "desastre natural".

En cambio, los logros del régimen desde la llegada al poder de Xi Jinping a fines de 2012 ocupan una cuarta parte de la obra.

Esta reescritura histórica "pretende reforzar la imagen de Xi Jinping reenfocando el Partido en torno a él", comenta el experto en China, Carl Minzner, de la Universidad Fordham de Estados Unidos.

- ¿Los mismos errores? -

En los medios de comunicación, la crítica al pasado se califica de "nihilismo histórico" y se censura rápidamente.

"Debatir sobre la era maoísta es imposible en la China actual", resume la historiadora Julia Lovell, de la Universidad de Londres.

"Para Xi Jinping, el culto a Mao es una forma de aumentar el control del Partido, de celebrar una filosofía de lucha sin escrúpulos contra los oponentes y de centralizar el poder personal", comentó.

Esto "no encaja realmente con la China de hoy, que ha cambiado mucho desde Mao", agregó. 

Lejos del colectivismo maoísta, China tiene ahora el mayor número de multimillonarios del mundo en dólares, por delante de Estados Unidos, y este país de flagrantes desigualdades encarcela regularmente a sus activistas sindicales independientes. 

Sin embargo, el gobierno goza de un amplio apoyo popular en un contexto de crecimiento económico y reducción de la pobreza. Y aunque la epidemia de covid-19 se ha desatado en Wuhan (centro de China), la contención de la infección se acredita al ejecutivo.

Pero si el gobierno no reconoce sus errores, corre el riesgo de volverlos a cometer, señalan los expertos.

El propio Xi probablemente no quiere otra Revolución Cultural. Su familia ha sufrido terriblemente por ello", conjetura Joseph Torigian, de la American University de Washington.

"Pero se puede decir que ese concepto del poder entre las manos de un único hombre nunca ha desaparecido", concluyó.



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