Automotriz

Renault advierte de las consecuencias laborales de prohibir los coches híbridos

2021-09-06

Cuando en julio pasado la Comisión Europea propuso la prohibición de vender...

Dani Cordero | El País

Cuando en julio pasado la Comisión Europea propuso la prohibición de vender vehículos contaminantes a partir de 2035 lanzó una advertencia a la industria de la automoción. Este lunes Renault, en voz de su consejero delegado, Luca de Meo, le ha respondido al Ejecutivo comunitario advirtiendo de los efectos laborales que puede tener esa decisión, al cortar la transición hacia el vehículo eléctrico que se había confiado sobre los coches híbridos (que comparten motor de combustión y baterías para propulsarse), que quedaría también condenado, junto a coches de gasolina, diésel y gas. Ese tipo de tecnología tiene mucho protagonismo en las plantas del grupo francés en Palencia y Valladolid.

“Si le dices a la gente que los híbridos no valen para nada en 2035, ¿qué crees que va a pasar?”, ha lanzado de forma retórica De Meo en un encuentro con periodistas españoles en Múnich, donde esta semana se celebra reconvertido el antiguo salón del automóvil que se celebraba en Fráncfort, tras ser preguntado por la regulación que prepara la UE. “Si las ventas bajan vamos a bajar los volúmenes de producción, con todas las consecuencias que eso tiene”, ha dicho, sin especificar posibles recortes de empleo pero dejando abiertas todas las puertas. Por el momento, Renault ha concentrado la fabricación de vehículos eléctricos en Francia, como otras marcas con plantas repartidas por todo el mundo han hecho en sus países de origen.
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El primer ejecutivo de la marca del rombo ha llamado a “los reguladores” a analizar todos los efectos que tienen sus decisiones, después de asumir que la última decisión de la UE tiene que ser todavía concretada. De Meo ha señalado que la decisión no solo afecta a Renault, sino al resto de grupos europeos, y que la patronal europea de marcas europeas ACEA tiene que debatir qué respuesta da.

La industria de la automoción considera que 2035 es un horizonte muy breve para los calendarios que manejan los fabricantes, en el que las inversiones para lanzar un nuevo vehículo o una nueva tecnología se tienen que amortizar en lustros, el tiempo que sucede entre el diseño y la salida al mercado de un vehículo.

De ahí, que De Meo haya afirmado que “2035 es mañana” y ha pedido que se tenga en cuenta si los coches híbridos pueden jugar a favor de reducir los objetivos de emisiones de CO₂ fijados por la propia Comisión. O si otras tecnologías de combustibles pueden jugar también en esa reducción paulatina de emisiones. De hecho, ha considerado que la industria está siendo más rápida que la administración en el despliegue de los vehículos eléctricos, constatando el retraso que en algunos países, como España, hay con la construcción de puntos de recarga.



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