Internacional - Política

Muere el activista sudafricano Desmond Tutu a los 90 años

2021-12-27

Tutu trabajó de manera apasionada, incansable y no violenta para derribar el apartheid, el...

Por ANDREW MELDRUM

JOHANNESBURGO (AP) — Desmond Tutu, el ícono sudafricano ganador del Premio Nobel de la Paz, enemigo implacable del apartheid y activista moderno por la justicia racial y los derechos de las personas LGBTQ, murió el domingo a los 90 años. Sudafricanos, líderes y gente de todo el mundo lamentaron el fallecimiento del hombre considerado la conciencia moral del país.

Tutu trabajó de manera apasionada, incansable y no violenta para derribar el apartheid, el brutal régimen de opresión de décadas contra la mayoría negra de Sudáfrica, el cual llegó a su fin en 1994.

El clérigo alegre de hablar franco empleó su púlpito como primer obispo negro de Johannesburgo, y después como arzobispo de Ciudad del Cabo, para movilizar a la opinión pública contra el racismo dentro y fuera de su país. También solía recurrir a frecuentes manifestaciones públicas.

Apodado “El Arco”, el diminuto Tutu se convirtió en una figura enorme en la historia de su nación, comparable al también Premio Nobel de la Paz Nelson Mandela, un prisionero durante el gobierno blanco que llegó a ser el primer presidente negro de Sudáfrica. Tutu y Mandela compartían el compromiso de construir un país mejor y más igualitario.

Tras asumir la presidencia en 1994, Mandela nombró a Tutu para que presidiera la Comisión de la Verdad y la Reconciliación del país, la cual sacó a la luz los abusos cometidos durante el apartheid.

La muerte de Tutu el domingo “es otro capítulo de duelo en la despedida de nuestro país a una generación de sudafricanos excepcionales que nos legaron una Sudáfrica liberada”, dijo el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa en un comunicado.

“Desde las bases de la resistencia en Sudáfrica a los púlpitos de las grandes catedrales y templos del mundo, y la prestigiosa ceremonia del Premio Nobel de la Paz, el Arco se distinguió como un paladín inclusivo y no sectario de los derechos humanos universales”, añadió el mandatario.

Tutu murió pacíficamente en el Oasis Frail Care Center de Ciudad del Cabo, según un comunicado publicado el domingo por el Desmond Tutu Trust. Había sido hospitalizado varias veces desde 2015 luego de que le diagnosticaran cáncer de próstata en 1997.

“Convirtió su propio infortunio en una oportunidad de enseñanza para generar conciencia y reducir el sufrimiento de otros”, señaló el Tutu Trust. “Quería que el mundo supiera que tenía cáncer de próstata, y que cuanto antes se detecte, mejores son las posibilidades de controlarlo”.

En años recientes vivió con su esposa, Leah, en una comunidad para personas retiradas a las afueras de Ciudad del Cabo.

El expresidente estadounidense Barack Obama elogió a Tutu como “una brújula moral para mí y para tantos otros. De espíritu universal, el arzobispo Tutu estaba arraigado en la lucha por la liberación y la justicia en su propio país, pero también se preocupó por la injusticia en todas partes. Nunca perdió su travieso sentido del humor y su voluntad de encontrar humanidad en sus adversarios”.

Está previsto un período de luto de siete días en Ciudad del Cabo antes del entierro de Tutu, que incluye un funeral de cuerpo presente de dos días, una ceremonia ecuménica y una misa anglicana de réquiem en la catedral de San Jorge en Ciudad del Cabo. La destacada Montaña de la Mesa, que se encuentra en la ciudad, fue iluminada de púrpura, el color de las sotanas que Tutu usó como arzobispo.

En la década de 1980, cuando Sudáfrica sufría violentas protestas contra el apartheid y un estado de emergencia que daba enormes poderes a policías y militares, Tutu fue uno de los líderes sudafricanos negros más destacados que podía denunciar los abusos.

El dinámico humor de Tutu aligeraba sus duros mensajes y daba calidez a protestas, funerales y marchas por demás sombrías. Bajito, valiente y tenaz, era una fuerza formidable con un talento especial para citar la Biblia con el fin de granjearse apoyo para el cambio.

El Nobel de la Paz que recibió en 1984 le consolidó como uno de los paladines de los derechos humanos más eficaces del mundo, una responsabilidad que se tomó en serio el resto de su vida.

Con el final del apartheid y las primeras elecciones democráticas de Sudáfrica en 1994, Tutu ensalzó la sociedad multirracial del país, al que describió como una “nación arcoíris”, una frase que capturó el optimismo del momento.

En 1990, tras 27 años en prisión, Mandela pasó su primera noche de libertad en la residencia de Tutu en Ciudad del Cabo. Mandela llamó más tarde a Tutu “el arzobispo del pueblo”.

Tutu también hizo campaña a nivel internacional por los derechos humanos, especialmente por los derechos de las personas LGTBQ y el matrimonio homosexual.

“Yo no veneraría a un Dios que es homófobo”, declaró en 2013 al presentar una campaña en defensa de los derechos LGTBQ en Ciudad del Cabo. “Yo me negaría a ir a un cielo homófobo. No, yo diría: ‘Lo siento, preferiría ir al otro sitio’”.

Tutu dijo estar “tan apasionado por esta campaña (por los derechos de las personas homosexuales) como lo estuve acerca del apartheid. Para mí, está al mismo nivel”. Era uno de los líderes religiosos más conocidos en defender los derechos de las personas LGTBQ. Su postura sobre el tema le enfrentó con muchos en Sudáfrica y otros lugares del continente africano, así como dentro de la Iglesia anglicana.

Desmond Mpilo Tutu nació el 7 de octubre de 1931 en Klerksdorp, al oeste de Johanesburgo, y se convirtió en profesor antes de ingresar al Colegio Teológico de San Pedro en Rosetenville, en 1958. Se ordenó en 1961, y seis años después fue nombrado capellán de la Universidad de Fort Hare.

Posteriormente pasó a ser obispo de Lesotho, presidente del Consejo Sudafricano de Iglesias y, en 1985, el primer obispo anglicano negro de Johanesburgo. En 1986 fue nombrado el primer arzobispo negro de Ciudad del Cabo.

Le sobreviven su esposa, con la que estuvo casado 66 años, y sus cuatro hijos.

Cuando se le preguntó cómo querría que le recordaran, dijo a The Associated Press: “Amó. Rio. Lloró. Fue perdonado. Perdonó. Muy privilegiado”.



Jamileth