Internacional - Política

Hungría se debate entre el Este y el Oeste

2022-04-01

Sus políticas generaron numerosas demandas ante los tribunales europeos y la...

Por JUSTIN SPIKE

BUDAPEST (AP) — Hasta hace pocas semanas, el primer ministro nacionalista de Hungría insistía en que las elecciones del domingo decidirían si esta pequeña nación del centro de Europa podía librarse de la “locura del género” que hay en Occidente.

La invasión rusa de Ucrania, sin embargo, hizo cambiar la estrategia de Viktor Orban, quien busca un cuarto período seguido y trata de encontrar un equilibrio entre sus aliados occidentales y sus lazos económicos con Rusia. El gobernante hizo a un lado temas culturales como la prevalencia de contenido LGBTQ en los medios de prensa y la ansiedad sobre la inmigración para enfocarse de lleno en lo que describe como un dilema existencial: La paz y la seguridad que supuestamente representan él y su partido Fidesz o la amenaza de una guerra y un caos en caso de que ganen sus rivales anti Kremlin.

“Si queremos la paz, debemos votar por Fidesz”, afirmó Orban en un acto el miércoles. “Si queremos ver peligrar la paz, podemos votar por la izquierda”.

Después de 12 años de gobierno autocrático, Orban, el jefe de gobierno que más tiempo lleva en el cargo en la Unión Europea, enfrentará el domingo su reto más grande desde que llegó al poder. Las encuestas pronostican una puja reñida, con leve ventaja para Fidesz.

Unidos por Hungría, una coalición de seis partidos, hizo a un lado las diferencias ideológicas y formó un frente unido contra Orban y su sistema político y económico, que, dicen, se caracteriza por la corrupción, los chanchullos y un deterioro de las libertades democráticas.

“No queremos ser un país sin consecuencias”, dijo Peter Marki-Zay, un economista de 49 años, alcalde de una pequeña ciudad, que encabeza la fórmula del frente opositor.

En un acto del martes en Budapest, Marki-Zay se describió como un cristiano conservador y dijo que Orban había creado un “estado de un solo partido”, que le daba la espalda a los aliados occidentales y había asumido una actitud “fuertemente antieuropea y pro Putin”.

En la elección está en juego el futuro de Hungría como una democracia occidental, según Marki-Zay.

“Pertenecemos a Occidente, a la OTAN, a la Unión Europea”, expresó.

Orban, de 58 años, ha sido acusado desde hace tiempo de desmantelar las instituciones democráticas, controlar los medios de prensa y el aparato judicial, y de facilitar la corrupción.

Sus políticas generaron numerosas demandas ante los tribunales europeos y la retención de miles de millones de dólares por la sospecha de que su gobierno no respeta las leyes.

La invasión de Rusia, no obstante, “cambió completamente la campaña electoral en Hungría”, de acuerdo con Andras Biro-Nagy, analista y director de Soluciones Políticas, un centro de estudios de Budapest.

“Es básicamente un referendo sobre si Hungría pertenece al oeste o al este”, expresó Biro-Nagy.

Orban, quien por más de una década forjó estrechos lazos políticos y económicos con la Rusia de Vladimir Putin --al punto de que se lo considera el principal aliado del Kremlin en la UE--, condenó la invasión rusa de Ucrania, pero se declaró neutral en el conflicto.

“La política húngara no es pro Ucrania ni pro Rusia, es pro Hungría”, dijo Orban en una entrevista radial el 27 de marzo.

El gobierno de Orban votó a favor de la mayoría de las sanciones de la UE contra Rusia y permitió a la OTAN desplegar unidades en su territorio, pero no suministra armas a Ucrania ni permite que armamento alguno destinado a los ucranianos pase por su territorio. Además, ha criticado al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy.

Los partidos de oposición “trataron de demostrarle a la población el costo de la amistad con Rusia”, de acuerdo con el analista Biro-Nagy. Dicen que bajo Orbin, Hungría se encuentra hoy en la esfera rusa, así como en el pasado estuvo en la esfera soviética.

El gobierno ruso presionó para evitar sanciones contra las importaciones de combustibles rusos, diciendo que eso destruiría la economía del país. Y dice, sin pruebas, que una victoria de la coalición opositora arrastraría a Hungría a la guerra, con el aporte de armas y soldados en Ucrania.

Las últimas encuestas indican que la votación será la más reñida en años, aunque Fidesz tiene leves ventajas en la mayoría de las consultas.

Una encuesta de Zavecz Research entre el 23 y el 25 de marzo da al gobierno un 44% de los votos y a la oposición un 42%. El margen de error fue del 3,5%.

Biro-Nagy cree que, si gana Orban, su reputación se habrá resentido mucho, sobre todo entre aliados regionales como Polonia, por su actitud hacia la invasión de Ucrania.

“En los últimos años no habíamos visto al gobierno de Orban tan aislado internacionalmente”, señaló el analista. “Si no cambian de postura hacia Rusia, será muy difícil recuperarse” del daño causado.

Eszter Medey, una profesora de francés jubilada de 82 años, dice que Marki-Zay tiene poca experiencia en la política a nivel nacional, pero que planea votar por él para “barrer al actual gobierno”.

“Es de derecha, creyente”, expresó. “Soy de izquierda, atea, pero... eso es irrelevante. No es solo la izquierda la que quiere un cambio de gobierno. También lo quieren muchos derechistas y gente de todos los sectores”.



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