Salud

Viabilidad o el salvar a bebés nacidos prematuramente

2022-05-11

Mientras tanto, la viabilidad es una preocupación real cada vez mayor para los que cuidan de...

Por LAURA UNGAR

BIRMINGHAM, Alabama, EU (AP) — Michelle Butler estaba a punto de llegar a la mitad de su embarazo cuando se le rompió la fuente y las contracciones empezaron. No pudo evitar una verdad aterradora: sus gemelos iban a nacer demasiado pronto.

El doctor Brian Sims entró en la sala de partos y le explicó con delicadeza que los bebés nacidos tan pronto probablemente no vivirían. Le dijo a Butler que podía mantenerlos cómodos mientras morían.

Pero ella le suplicó entre lágrimas: “Dale a mis gemelos una oportunidad de sobrevivir”.

Y lo hizo.

Hasta hace poco, intentar salvar a los bebés nacidos tan pronto habría sido inútil. Butler estaba en el quinto mes de su embarazo, un día después de las 21 semanas de gestación. Es decir, siete semanas antes de lo que los médicos consideraban “el límite inferior de viabilidad”, o lo más pronto que un bebé podía sobrevivir fuera del útero. Pero en el último medio siglo, la ciencia médica ha ido desplazando lentamente ese límite hacia abajo.

Y eso ha hecho que la viabilidad -una palabra que muchos asocian con el debate sobre el aborto- sea clave en las decisiones sobre bebés desesperadamente deseados al borde de la vida.

Cada vez son más los bebés extremadamente prematuros que reciben tratamiento para salvar su vida y sobreviven. Un estudio fundamental publicado este año en la revista médica Journal of the American Medical Association, en el que se analizaron casi 11,000 nacimientos de este tipo en una red de investigación neonatal que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud, reveló que el 30% de los bebés nacidos con 22 semanas, el 56% de los nacidos con 23 semanas y el 71% de los nacidos con 24 semanas vivieron al menos hasta estar lo suficientemente sanos como para ser enviados a casa si los médicos intentaban salvarlos.

Estos avances se produjeron de forma gradual y silenciosa, ya que la noción de viabilidad recibió mucha más atención en el ámbito del aborto. La viabilidad se menciona 36 veces en el borrador de opinión filtrado de la Corte Suprema de Estados Unidos que anularía el fallo del caso Roe contra Wade. La sentencia sobre el aborto, que tiene décadas de antigüedad, afirma que la Constitución protege el derecho de la mujer a abortar antes de la viabilidad, un criterio que Mississippi considera arbitrario.

Pero la viabilidad no tiene nada que ver con la gran mayoría de los abortos; más del 99% de los abortos se producen en la semana 21 o antes, según las estadísticas federales. Así que, aunque la viabilidad es fundamental para la ley del aborto, el meollo de la discusión en torno al procedimiento se reduce a un desacuerdo sobre si alguien debe tener la opción de interrumpir un embarazo y en qué casos.

Mientras tanto, la viabilidad es una preocupación real cada vez mayor para los que cuidan de los bebés prematuros, ya que la ciencia sigue bajando la línea cada vez más.

Y también en este ámbito hay una gran tensión ética.

Más allá del riesgo de muerte, los bebés con “viabilidad límite” son muy susceptibles de sufrir discapacidades como parálisis cerebral, deficiencias cognitivas, ceguera y graves problemas pulmonares. A menudo, los padres y los médicos se enfrentan a una pregunta desgarradora que deben responder juntos: ¿Cómo deciden qué hacer?

Y eso ha hecho que la viabilidad -una palabra que muchos asocian con el debate sobre el aborto- sea clave en las decisiones sobre bebés desesperadamente deseados al borde de la vida.

Cada vez son más los bebés extremadamente prematuros que reciben tratamiento para salvar su vida y sobreviven. Un estudio fundamental publicado este año en la revista médica Journal of the American Medical Association, en el que se analizaron casi 11,000 nacimientos de este tipo en una red de investigación neonatal que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud, reveló que el 30% de los bebés nacidos con 22 semanas, el 56% de los nacidos con 23 semanas y el 71% de los nacidos con 24 semanas vivieron al menos hasta estar lo suficientemente sanos como para ser enviados a casa si los médicos intentaban salvarlos.

Estos avances se produjeron de forma gradual y silenciosa, ya que la noción de viabilidad recibió mucha más atención en el ámbito del aborto. La viabilidad se menciona 36 veces en el borrador de opinión filtrado de la Corte Suprema de Estados Unidos que anularía el fallo del caso Roe contra Wade. La sentencia sobre el aborto, que tiene décadas de antigüedad, afirma que la Constitución protege el derecho de la mujer a abortar antes de la viabilidad, un criterio que Mississippi considera arbitrario.

Pero la viabilidad no tiene nada que ver con la gran mayoría de los abortos; más del 99% de los abortos se producen en la semana 21 o antes, según las estadísticas federales. Así que, aunque la viabilidad es fundamental para la ley del aborto, el meollo de la discusión en torno al procedimiento se reduce a un desacuerdo sobre si alguien debe tener la opción de interrumpir un embarazo y en qué casos.

Mientras tanto, la viabilidad es una preocupación real cada vez mayor para los que cuidan de los bebés prematuros, ya que la ciencia sigue bajando la línea cada vez más.

Y también en este ámbito hay una gran tensión ética.

Más allá del riesgo de muerte, los bebés con “viabilidad límite” son muy susceptibles de sufrir discapacidades como parálisis cerebral, deficiencias cognitivas, ceguera y graves problemas pulmonares. A menudo, los padres y los médicos se enfrentan a una pregunta desgarradora que deben responder juntos: ¿Cómo deciden qué hacer?



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