Editorial

El multilateralismo de México frente a la covid-19

2020-10-23

La vacuna candidata de AstraZeneca y la Universidad de Oxford, desarrollada sin fines de lucro,...

Por MARTHA DELGADO | El País

El llamado a la solidaridad global hecho por el presidente Andrés Manuel López Obrador en la última Cumbre de Líderes del G20 marcó el inicio de la política exterior de México para acceder de manera temprana a una vacuna contra la covid-19. La estrategia internacional, coordinada por el canciller Marcelo Ebrard, diversifica las opciones de nuestro país a partir de tres ejes de acción diplomática: multilateral, bilateral y nacional.

En el ámbito multilateral, México es el único país de América Latina que ocupa un asiento en el consejo directivo de la CEPI, una coalición epidemiológica internacional que tiene en su haber desarrollos trascendentales como la vacuna contra el ébola. Además, somos parte del Comité de Facilitación del Acelerador para el Acceso a Herramientas contra la covid-19 (ACT-A) de la OMS y pertenecemos a COVAX Facility, mecanismo global establecido para garantizar el acceso global a las vacunas contra el SARS-CoV-2. Actualmente COVAX reúne a 18 proyectos de vacunas promisorias, ya en etapas avanzadas, y garantiza una justa distribución conforme al poder de compra de cada país. Gracias a la plena membresía de México, COVAX brinda distintas opciones para adquirir cerca de 50 millones de dosis, suficientes para inmunizar al 20% de la población mexicana.

En el ámbito bilateral, este octubre concretamos la primera ronda de acuerdos con tres farmacéuticas: AstraZeneca, Pfizer BioNTech y CanSino Biologics. De manera conjunta con COVAX, los acuerdos firmados ofrecen a México la posibilidad de acceder a dosis para vacunar hasta 116 millones de mexicanos, lo cual nos acerca al objetivo central de una vacunación oportuna, gratuita y universal.

La vacuna candidata de AstraZeneca y la Universidad de Oxford, desarrollada sin fines de lucro, utiliza un vector viral deficiente (ChAdOx1-S) a administrarse en dos ocasiones. México tiene previsto adquirir 77 millones de dosis a partir de marzo del 2021 para 38 millones de mexicanos. Actualmente, este proyecto de vacuna se prueba en fase III en 44,000 personas en Brasil, Estados Unidos e India, entre otros. Además, México, Argentina, la Fundación Carlos Slim y el laboratorio mexicano Liomont han firmado un acuerdo para producir entre 150 y 250 millones de dosis para toda América Latina. Es decir, la política exterior mexicana busca un acceso justo para su población pero también para nuestras hermanas y hermanos latinoamericanos.

Por su parte, la candidata de Pfizer-BioNTech se compone de secuencias de ARN mensajero dispuesto en el interior de nanopartículas lipídicas y se aplica en dos dosis. El proyecto de vacuna pasa por una fase clínica II y III en simultáneo con 30 mil participantes de Brasil, Estados Unidos y Turquía, entre otros. Además la Unión Europea y países desarrollados como Canadá, Japón y el Reino Unido han suscrito acuerdos comerciales similares. Por su parte, México ha apartado entre 15 y 34 millones de dosis, para una cobertura entre 7,75 a 17 millones de personas y se estima que lleguen a nuestro país tan pronto como en diciembre del 2020.

En tercer lugar se encuentra la vacuna candidata de CanSino, con un vector viral deficiente (adenovirus 5) y con la ventaja de administración en una sola dosis. Cuenta con autorización de emergencia por parte de las autoridades chinas y desde agosto se ha aplicado ya en miles de miembros de sus fuerzas armadas. CanSino implementa su ensayo global de fase III en 40,000 pacientes en Arabia Saudita, Brasil, Pakistán, Rusia y próximamente en Chile y México. Además, es uno de los pocos laboratorios que ha publicado los resultados de sus fases I y II. México cuenta con un acceso de hasta 35 millones de dosis para finales del presente año.

A nivel nacional, la Cancillería a través de su Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid) busca financiar a 19 proyectos científicos, incluyendo seis proyectos de vacuna mexicanos contra el SARS-CoV-2. Es decir, a través de fondos de cooperación internacional financiamos también a la ciencia e innovación nacionales.

La política exterior mexicana ha alcanzado acuerdos internacionales concretos gracias a una vocación solidaria y multilateral. En este sentido, la lección de la pandemia es clara: la recuperación de nuestros sistemas de salud y de nuestras economías dependen de una coordinación internacional exitosa. Bajo la pandemia actual —y como sucede en otros fenómenos globales—, somos tan vulnerables como el más débil de nuestros eslabones. El caso mexicano muestra, por fortuna, una señal de aliento para el provenir: el multilateralismo es, una vez más, el camino correcto a seguir.

 



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