Del Dicho al Hecho

El gobierno busca deslegitimar a las familias de niños con cáncer en México

2021-07-25

Al programa de TV no invitaron a algún vocero del MNS o expertos que hayan documentado el...

Alejandro Melgoza, The Washington Post

Las familias de pacientes con cáncer —en su mayoría niños— han protestado desde 2018, incluso antes del inicio de este gobierno, para denunciar el desabasto de medicamentos oncológicos en los hospitales públicos de México. Lo que han recibido por parte de funcionarios públicos, de todos los niveles, ha sido una estrategia para ningunear la falta de medicamentos y atacar a quienes se manifiestan por ello.

El más reciente y resonado ataque hacia el Movimiento Nacional por la Salud (MNS), que agrupa a padres de niños con cáncer, fue el del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, quien en un programa de televisión pública calificó de mentira el desabasto de medicamentos y a los padres que lo denuncian como “las mismas 20 personas” que surgen durante los periodos de contrataciones con la industria farmacéutica.

Esto provocó enojo entre los familiares, quienes convocaron a una megamovilización el próximo 24 de julio en Ciudad de México. De acuerdo con la convocatoria, lanzada por 16 asociaciones y organizaciones, participarán madres y padres de todo el país para demostrarle al gobierno que sí existen.

No es la primera vez que el gobierno actual busca deslegitimar a los padres y al movimiento. Frente a este problema, el gobierno en turno debería dejar los ataques y responsabilizarse del abasto oportuno, cuya falta ya no solo afecta a pacientes con cáncer, sino con VIH, enfermedades renales, padecimientos psiquiátricos, y otros más.

La investigación “Operación Desabasto”, de las organizaciones Impunidad Cero y Justicia Justa, explicó los cuatro discursos que el gobierno y sus aliados utilizan para deslegitimar a los familiares: decir que no existen las niñas, niños y adolescentes con padecimientos oncológicos; que el desabasto es un problema antiguo; que la industria farmacéutica manipula al movimiento; y que los partidos políticos de oposición lo orquestaron.

Cada uno de ellos lo han ocupado conforme ha crecido el movimiento. Mientras tanto, las familias de pacientes con cáncer se han visto obligadas a presentar evidencias de todo tipo frente a los altos funcionarios en las reuniones que han sostenido, de acuerdo con Israel Rivas, líder del MNS.

En entrevista, me dijo que primero debieron interponer quejas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; luego, juicios de amparo, donde presentaron recetas, oficios y documentos para demostrar ante los jueces la falta de medicinas. Interpusieron después denuncias penales ante la Fiscalía General de la República y, ahora, hay una petición inicial ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que le otorgue medidas cautelares.

Cuando el MNS elevó aún más la voz mediante protestas en los estados, amparos colectivos y la recolección de firmas para presentar una iniciativa ciudadana de reforma constitucional, fue cuando López-Gatell acudió, el 27 de junio, al programa Chamuco TV del Canal 22, un canal público y financiado por el Estado. Esto se ha acompañado de ataques a los padres, los cuales incluyen amenazas de muerte a Israel vía redes sociales y llamadas telefónicas, lo que él asentó en una denuncia de hechos. Por teléfono le dijeron: “Que se muera tu engendro con cáncer” y “ojalá te arrojen al Metro, sabemos que utilizas la Línea 3”.

Al programa de TV no invitaron a algún vocero del MNS o expertos que hayan documentado el desabasto. Ese programa y el Canal 22, que depende de la Secretaría de Cultura, le deben una réplica a las familias de niñas y niños con cáncer. El MNS lo exigirá en una carta este fin de semana, me dijo Israel.

El desabasto de medicamentos sí existe, pese a la narrativa que quiere implementar el gobierno —en sintonía con youtubers afines como Ignacio Rodríguez “El Chapucero”—, y está documentado. Es necesario que las autoridades asuman su responsabilidad por tomar decisiones a partir de análisis vagos que llevaron a esta situación.

Si bien este problema existe desde gobiernos anteriores, en esta administración se agravó, como fue demostrado en “Operación Desabasto” a partir de un análisis de cientos de documentos internos y decenas de entrevistas a altos exfuncionarios del sector salud.

Las causas son una fallida estrategia anticorrupción, producto de reformas al vapor en materia de contrataciones públicas y un mal intento de reducir los costos de los fármacos, quitándole facultades de compra al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS ) y trasladándolas a la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la cual no tiene el conocimiento que el IMSS ha generado desde 2013. También un veto presidencial —sin sustento jurídico— a las principales distribuidoras de medicamentos.

La idea de las autoridades al hacer cambios en la forma de hacer las contrataciones públicas era terminar con la corrupción, pero en realidad alimentaron la discrecionalidad: los contratos adjudicados directamente no disminuyeron respecto a los sexenios pasados, sino que aumentaron.

Ante ello, no hay ninguna razón para que los altos funcionarios de la actual administración continúen usando recursos difamatorios para deslegitimar al Movimiento Nacional de Salud. Las familias de las niñas y niños con cáncer sí existen y, si solo hay unas cuantas decenas de personas en las protestas, es porque están ocupadas en la búsqueda de medicamentos. Además, entre ellas hay quienes viven en zonas rurales.

Un ejemplo, desde Pinotepa Nacional, Oaxaca, es el caso de Alan Yael Hernández Mateos, de 14 años. Murió a causa de una leucemia linfoblástica y cada una de sus prescripciones, marcadas en el expediente HEMY861002/70, detallan la falta del medicamento vincristina. Su estado se deterioró debido a que el tratamiento se hizo de manera tardía. Su madre y su tía, en entrevista, me dijeron que ellas no olvidan la responsabilidad enorme que tuvo el Estado mexicano en la muerte y la pérdida de calidad de vida de su hijo en sus últimos días.

Las protestas de las familias de pacientes con cáncer no son parte de un intento de desestabilización al gobierno, pues han sido ocasionadas por acciones y omisiones de las autoridades, que son las responsables de esta inconformidad. A esta administración le corresponde abandonar las ofensivas contra el movimiento y rectificar los tropiezos que ellos mismos engendraron desde 2018.

Los actos de resistencia del MNS son también un llamado nacional para que la sociedad civil no los abandone en su lucha, una que a cualquiera de nosotros nos podría aquejar tarde o temprano.



JMRS
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