Detrás del Muro

Lo que revela la tragedia de San Antonio sobre la migración desde México

2022-07-01

“No se han creado suficientes empleos en México”, afirma Heredia. Guillén...

Por León Krauze | The Washington Post

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, señala un mapa de la Península de Yucatán en su conferencia en Palacio Nacional el 28 de junio. Ese día, más de 50 migrantes fueron encontrados muertos en un tráiler en San Antonio, Texas. (Héctor Vivas/Getty Images)

Poco después del terrible descubrimiento de más de 40 inmigrantes muertos (la cifra terminaría creciendo a 53) y varios en condiciones críticas dentro de un camión en San Antonio, Texas, el gobernador republicano Greg Abbott intentó utilizar la tragedia para adjudicarse una victoria política. “Estas muertes son culpa de Biden”, tuiteó Abbott. “Son el resultado de su letal política de fronteras abiertas”.

Su declaración fue engañosa. En realidad, las condiciones que llevaron a decenas de seres humanos —incluidos varios niños— a amontonarse dentro de un camión, sin agua ni ventilación adecuada, no son responsabilidad exclusiva del presidente estadounidense. Es un fracaso compartido por muchos actores regionales, incluido el propio gobernador de Texas, quien ha hecho de la deshumanización de la comunidad migrante una estrategia política recurrente.

Los detalles de la horrible tragedia en San Antonio también evidencian el fracaso del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Según el cónsul general de México en San Antonio, al menos 27 de los inmigrantes que murieron eran mexicanos. Esta cifra reveladora confirma una tendencia preocupante: tras años de estabilidad, en los que más mexicanos regresaron a México que los que emigraron a Estados Unidos, el desplazamiento de mexicanos hacia el norte ha vuelto a incrementarse.

Durante la campaña presidencial de 2018 y los primeros días de su presidencia, López Obrador prometió en específico que para el final de su mandato en 2024, la migración desde México disminuiría, por no decir desaparecería. “La gente trabajará desde donde nació, cerca de sus familiares, su entorno, con sus costumbres y cultura”, escribió en su libro de campaña. “Nadie, por necesidad, para mitigar su hambre y su pobreza, se verá obligado a abandonar su patria”.

Cuatro años después, ha sucedido lo contrario: en 2021, México fue la mayor fuente de migración ilegal a Estados Unidos. La Patrulla Fronteriza ha arrestado a 608,000 ciudadanos mexicanos.

“Cuando comenzó el gobierno del presidente López Obrador, teníamos 12 años de estabilidad en el flujo migratorio de México a Estados Unidos y ahora estamos cuatro o cinco veces por encima de ese nivel”, me dijo Tonatiuh Guillén López, quien fue el primer director de políticas migratorias de López Obrador. “El gobierno recibió un período de muy baja migración y se irá con números muy altos”.

La tragedia migrante en Texas es el resultado de un sistema descompuesto

Para Carlos Heredia, docente del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y experto en temas migratorios, las tendencias migratorias actuales provienen de un incremento en el número de migrantes mexicanos en Estados Unidos, la violencia en muchas regiones del país y la inestable economía nacional. Entre 2020 y 2021, durante un alarmante aumento de homicidios, el número de personas desplazadas por la violencia en México se cuadriplicó. La economía sigue estancada. La combinación de estos factores dejan a muchos cada vez más desesperados por hacer la precaria odisea hacia y a través de la frontera.

“No se han creado suficientes empleos en México”, afirma Heredia. Guillén está de acuerdo. “La cantidad de muertes de mexicanos en Texas solo refleja esta recomposición del flujo mexicano”, me dijo.

La responsabilidad del gobierno mexicano va más allá de su incapacidad para reducir el flujo de migración mexicana hacia el norte. La proliferación de redes de trata de personas, que con frecuencia operan con impunidad en todo México y Estados Unidos, está directamente relacionada con el horror de lo ocurrido en San Antonio. “Las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de personas han encontrado métodos y costos aún más rudos e inseguros para aquellos que quieren llegar al otro lado”, escribe el periodista mexicano Carlos Puig. “Y sí, los amontonan en un tráiler a 40 grados centígrados”.

Para Heredia, el experto en migración, el gobierno de México ha “fallado en casi todo” con respecto a sus esfuerzos por cercenar las redes de tráfico. En 2021, los funcionarios mexicanos de seguridad reportaron un aumento de 228% en los delitos de contrabando de personas en comparación con 2020. “Es un negocio extraordinariamente lucrativo que ha evadido la contención y tiene anclaje en ambos lados de la frontera”.

La tragedia migrante en Texas es el resultado de un sistema descompuesto

Con el creciente flujo migratorio desde México y redes de contrabando cada vez más agresivas que no tienen reparos en exponer a decenas de personas a la asfixia y la tortura, la crisis humanitaria en la frontera continuará. Para López Obrador, podría resultar ser un fracaso costoso.

En una entrevista al inicio de su gestión, López Obrador caviló: “Va a llegar un día durante mi gobierno que no van a ir mexicanos a trabajar en Estados Unidos, porque el mexicano va a tener trabajo y va a ser feliz en donde nació”. Las docenas de cuerpos mexicanos apilados dentro de ese camión bajo el calor sofocante de Texas desmienten esa promesa de la forma más trágica posible.
 



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