Diagnóstico Económico

Industria petrolera mexicana padece los tiempos de COVID-19 y bajos precios

2020-04-01

Esas medidas se derivan de una indicación del Gobierno de Andrés Manuel López...

Víctor Flores García |  Sputnik 

La región petrolera en las costas mexicanas del Golfo de México padece el derrumbe de los precios del crudo a su peor nivel en dos décadas y de la pandemia de COVID-19, dijo un empresario de las cadenas de proveedores y contratistas que sirven a la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) en el estado de Campeche (sureste).

"Hemos empezado a implementar turnos cíclicos y reducción de personal de las platafoEl sector petrolero enfrenta un doble desafío: por un lado la reducción de la demanda mundial de energéticos ante el freno de la actividad económica global por la epidemia del nuevo coronavirus y la caída histórica de los precios de petróleo.rmas marinas, gente que opera regularmente en la sonda petrolera de Campeche ahora es desplazada en helicóptero a tierra y la evacuación se ha incrementado desde el lunes pasado", dijo a Sputnik José Luis Juárez, socio fundador de la firma mexicana Corporativo Pacific SA.

La mezcla mexicana de exportación, en la que predominan crudos pesados y semipesados, se derrumbó a 10,6 dólares por barril, la quinta parte del precio anual presupuestado por Pemex de 49 dólares el tonel, arrastrada por la sobreoferta de crudo de Arabia Saudí que derribó los precios internacionales.

El testimonio del empresario, que ofrece servicios logísticos para las plataformas marinas de Pemex en la aguas someras (menores a 500 metros de tirantes de agua), señala que "ahora todos los contratistas estamos enfocados en cumplir con la contingencia por COVID-19, aunque sabemos de la drástica caída de precio del crudo, seguimos trabajando porque debemos de cumplir con nuestros compromisos con Pemex".

La empresa estatal ha comenzado a implementar "medidas de seguridad emergentes" para su personal en sus instalaciones, lo que significa "reducir al mínimo necesario para continuar con sus actividades estratégicas", describió Juárez.

Esas medidas se derivan de una indicación del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a través de un decreto publicado en el diario oficial el martes 31 de marzo.

"Tanto en oficinas centrales como en las plataformas marinas, se está operando con el personal indispensable y de guardia, que siempre está disponible ante cualquier contingencia, sea un huracán, un terremoto, o un evento de salud pública como el actual", explicó el experimentado contratista petrolero.

La explotación petrolera y el suministro del energético es "una actividad que técnicamente no se puede detener y además tiene un carácter estratégico", subrayó Juárez.

Restricciones por la pandemia

El contratista explica que las "Jornadas de Sana Distancia", decretadas del 23 de marzo al 30 de abril próximo, redujeron el ritmo de la actividad de la industria.

"El personal administrativo trabaja dos días en oficina y dos más trabaja realizando 'home-office' en sus hogares", explica.

En la costera Ciudad del Carmen, un puerto petrolero que es centro vital de la actividad de la "Sonda de Campeche", el reservorio de hidrocarburos marinos más productivo del país, todas las empresas siguen trabajando, aunque disminuyan su personal al mínimo.

Sin embargo, a 180 kilómetros al norte, en la zona de Villahermosa, capital de Tabasco, otra ciudad petrolera costera, está la mayoría de los pozos terrestres.

Allí la realidad es otra: tras el golpe psicológico del contagio por COVID-19 del gobernador tabasqueño, Adán Augusto López, "se han paralizado casi todas las actividades, se implementa casi una forma ligera de estado de sitio", dice el empresario petrolero.

La policía detiene a toda persona que circule, y la interroga para saber su destino.

"A todos los trabajadores petroleros se les permite continuar, para ir a trabajar, pero abriendo un récord de las empresas donde laboran", explica Juárez.

La situación es contrastante en las dos entidades que son centro de la actividad petrolera del sureste mexicano, pero tienen un común denominador: un sentido de emergencia.

Hay preocupación mientras se cumple con la misión de mantener la producción con la menor cantidad de personal posible.

Así se hace en la Torre central de Pemex en la capital, donde solo trabaja el 20% de empleados.

El consultor del portal especializado Petroleumworld, Alexis Juárez Cao, dijo a Sputnik que "existe mucha incertidumbre entre los contratistas", si prevalecen los bajos precios del crudo.

"No sabemos si Pemex podrá cancelar sus contratos actuales o los renegociará para bajar sus costos", explica el experto, posdoctorado en Energía por el Instituto Tecnológico de Monterrey.

Este temor está motivado por la mala experiencia que tuvieron los empresarios en 2014, durante la primera fase de la Reforma Energética en la administración de Enrique Peña Nieto (2012-2018).

"Sabemos del panorama de falta de liquidez que enfrentará el Gobierno y Pemex, no sería la primera vez que los pagos se demoran mucho", considera Juárez.

En aquella ocasión, mientras el Gobierno se empeñaba en atraer inversión de petroleras extranjeras, tras el fin del monopolio estatal de ocho décadas, los pagos de los contratos de servicios se difirieron a plazos extraordinarios.

"Así llevaron a la quiebra a decenas de pequeñas y medianas empresas del sector energético", recuerda el investigador.

Con la nueva administración, que recobra el acento nacionalista en la industria, las empresas contratistas "ahora solo están preocupadas por cumplir con las disposiciones sanitarias y productivas en sus operaciones, para no tener problemas con las autoridades", agregó.

El peso de la industria petrolera mexicana en la economía se redujo a la mitad en una década, de 8 a 4%, pero casi el 20% del presupuesto del Gobierno depende de los impuestos de Pemex.

En este país han muerto 29 personas por COVID-19 y los contagios subieron a 1.215, según autoridades federales.



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