Ecología y Contaminación

La sequía en el sur de África amenaza a millones de personas

2019-11-21

La mayor parte del sur de África lleva meses sufriendo una sequía. Naciones Unidas...

Por MOGOMOTSI MAGOME

VOSBURG, Sudáfrica (AP) — Los vecinos describen esta población asolada por la sequía como una “ciudad olvidada”.

Las llanas y polvorientas carreteras a Vosburg están rodeadas de cosechas marchitas. Los arroyos que daban agua a unos pocos miles de personas se han secado. Hay carteles que advierten a los conductores del ganado suelto, pero no se ven vacas ni ovejas.

La mayor parte del sur de África lleva meses sufriendo una sequía. Naciones Unidas estima que más de 11 millones de personas afrontan una crisis de seguridad alimentaria en lugares como Zimbabue y Mozambique, donde dos ciclones arrasaron las cosechas este año.

Entre las zonas más afectadas está la provincia de Cabo del Norte en Sudáfrica, donde muchos campesinos tienen problemas para mantener con vida a sus familias y sus animales, mientras se desploman los ingresos y se acumulan las deudas.

El ganadero de ovejas Louis van der Merwe, de 64 años, se desmoronó mientras contaba cómo había perdido más de 400 ovejas y 450 gacelas en los últimos dos años, en la peor sequía que ha visto en 45 años trabajando.

Algunos animales murieron de hambre. Otros fueron enviados antes de tiempo al matadero para reducir el número de cabezas que alimentar. Entre lágrimas, Van der Merwe dijo que ahora depende de donaciones de pienso para que el resto pueda sobrevivir.

Dos ganaderos se suicidaron por el estrés, dijo Van der Merwe.

La provincia de Cabo del Norte necesitará 28 millones de dólares en ayudas por la sequía durante los próximos tres meses para ayudar a las 15,500 explotaciones afectadas, según la organización agrícola Agri-SA.

Por ahora, el gobierno sudafricano ha prometido 2 millones de dólares.

El sur de África ha recibido la lluvia normal en apenas una de las cinco últimas temporadas de cultivo, según el Fondo Mundial de Alimentos, y los pequeños agricultores y ganaderos son los más afectados.

Algunos, como Gertruida Buffel, de 55 años, han empezado a compartir su comida con sus animales.

Durante dos semanas, alimentó a dos pequeños corderos con una mezcla de maíz y agua después de que su madre muriera de hambre. Cuando The Associated Press llegó a su casa, acababa de saber que uno de los corderos había muerto.

También los niños pequeños tienen hambre.

En la única escuela de Vosburg, la Escuela Primaria Delta, decenas de niños hacen fila cada semana para recibir una comida que hace de desayuno y almuerzo: normalmente masa de maíz, verduras y sopa.

Aunque el programa escolar de alimentos comenzó antes de la sequía, los profesores dicen que se ha vuelto cada vez más vital para las asediadas familias locales.

El reverendo Jaco Heymans de la Iglesia Holandesa Reformada ofrece consejo espiritual a muchos ganaderos y trabajadores agrícolas en Vosburg.

“La sequía está teniendo un efecto devastador en la gente a nivel emocional y espiritual, porque en lo financiero, casi todo se ha perdido”, dijo Heymans.

La sequía incluso ha difuminado las divisiones heredadas de la planificación racial del duro sistema sudafricano del Apartheid, que terminó hace 25 años. El sistema dejó a los residentes más acomodados, en su mayoría blancos, en zonas desarrolladas mientras sus vecinos negros y mestizos se quedaban en poblaciones faltas de recursos.

Vosburg no es una excepción. Con el estrés de la sequía, los vecinos se dan cuenta de que se necesitan más que nunca para sobrevivir. Las grandes explotaciones comerciales comparten pienso con pequeños ganaderos. La iglesia atiende ahora a todo el mundo, desde granjeros acomodados a peones que temen perder sus empleos.

No hay un final a la vista. Durante los próximos tres meses se espera que llueva menos de lo normal en Sudáfrica y en toda la región del sur del continente, indicó Christien Engelbrecht, meteorólogo en el Servicio Meteorológico de Sudáfrica.

“Está claro que los campesinos, gestores de agua y entidades gubernamentales del sur de África tienen que prepararse”, dijo el experto.



Jamileth