Ecología y Contaminación

La Unión Europea pide que el coste energético impulse la transición

2021-09-14

Ante el aumento global de la demanda de gas, los precios de la energía han subido en toda...

Por SAMUEL PETREQUIN

BRUSELAS (AP) — La Unión Europea debería asegurarse de que las personas más vulnerables no pagan el precio más alto por la transición ecológica, advirtió el martes el responsable de asuntos climáticos de la Unión Europea, que prometió medidas para garantizar que la carga se reparte de forma justa, en medio de un aumento global en los precios de la energía.

“Lo único que no podemos permitirnos es que el aspecto social se oponga al aspecto climático. Veo esta amenaza de forma muy clara ahora que tenemos una conversación sobre el aumento de precios en el sector de la energía”, dijo Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea responsable de asuntos climáticos.

Ante el aumento global de la demanda de gas, los precios de la energía han subido en toda Europa en un momento en el que la UE presiona para abandonar con rapidez el carbón y desarrollar fuentes sostenibles de energía. Los precios de las emisiones del dióxido de carbono se han disparado en los últimos meses, lo que ha afectado a las facturas de electricidad.

“Sólo en torno a un quinto del aumento del precio puede atribuirse a un aumento de los precios del CO2. El resto es simplemente una consecuencia de escasez en el mercado”, dijo Timmermans. Los precios de las renovables, añadió, se han mantenido bajos y estables.

Timmermans hizo esas declaraciones ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia, durante un debate sobre una propuesta legislativa que pretende ayudar al bloque a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero al menos en un 55% para 2030.

Los aumentos de precios en el sector energético deberían llevar al bloque a acelerar la transición hacia una energía renovable, afirmó Timmermans. Si la transición hubiera comenzado antes, señaló, la situación actual no se habría dado porque los países serían menos dependientes de los combustibles fósiles y el gas natural.

El plan presentado este verano por la Comisión incluye medidas como abandonar los autos de gasolina y diésel para 2035 y nuevos impuestos a las emisiones de la calefacción de edificios.

También contempla una reforma del sistema de canje de emisiones, en el que las empresas pagan por sus emisiones de dióxido de carbono, e introduce impuestos a los combustibles de barco y avión por primera vez.

Timmermans dijo que las propuestas, que deben ser refrendadas por los países de la UE y aprobados por el Parlamento, darán la oportunidad para que los 27 miembros del bloque introduzcan medidas para proteger a sus ciudadanos, como reducir el IVA, los impuestos a la energía o dar subvenciones directas a los hogares.

Algunos parlamentarios expresaron su preocupación sobre el impacto del plan en los precios de la energía. Anna Zalewska, legisladora de Polonia, un país muy dependiente del carbón, dijo que los ciudadanos “por desgracia pagarán por las ambiciones de la UE”.

“Por eso creo que lo que debemos hacer es asegurarnos de que no caen en la pobreza energética”, dijo.

La legisladora de los Verdes Ska Keller dijo que los subsidios a los combustibles fósiles deberían abandonarse de inmediato en un cambio acelerado a las energías renovables.

Pascal Canfin, presidente del comité parlamentario sobre medio ambiente, elogió la propuesta de abandonar los autos de gasolina y diésel pero se mostró escéptico sobre la idea de extender el mercado de emisiones a transportes y edificios.

“Porque creemos que el coste político es extremadamente alto, y el impacto climático es muy bajo”, dijo.

Hay una preocupación sobre que poner precio a las emisiones de edificios y transportes desencadene protestas sociales en toda Europa similares a las de los “chalecos amarillos”, un movimiento iniciado en Francia en 2018 tras una subida de los impuestos al combustible.

Los líderes mundiales acordaron hace seis años en París trabajar para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados Celsius (3,6 grados Fahrenheit), e idealmente por debajo de 1,5 grados C (2,7 F) para finales de siglo. Los científicos afirman que los dos objetivos se incumplirán por un amplio margen salvo que se tomen medidas drásticas para reducir las emisiones.

“Creo que aún podemos arreglarlo”, dijo Timmermans. “Creo que podemos evitar que la crisis climática se vaya de las manos y se salga de control”.



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