Internacional - Política

Turquía intensifica la represión seis años después de las protestas de Gezi

2019-03-19

Un juez turco dictaminó en 2015 que los manifestantes ejercían el derecho de libertad...

Por Daren Butler y Ali Kucukgocmen

ESTAMBUL (Reuters) - A Unzile Aksakoglu no le resulta fácil explicarle a su hija de siete años por qué el padre de la niña, Yigit, lleva cuatro meses en la cárcel y puede que nunca salga, debido a su supuesto papel en las multitudinarias protestas contra el Gobierno de Turquía cuando ella solo tenía un año.

Al fin y al cabo, las personas procesadas originalmente por las protestas de 2013, que comenzaron contra la reurbanización del Parque Gezi del centro de Estambul y se convirtieron en disturbios antigubernamentales en todo el país, fueron absueltas.

Un juez turco dictaminó en 2015 que los manifestantes ejercían el derecho de libertad de reunión, durante un movimiento que se convirtió en el mayor desafío popular al Gobierno del presidente Tayyip Erdogan.

Pero en noviembre, Yigit Aksakoglu fue detenido y ahora se enfrenta a un juicio junto con otras 15 figuras de la sociedad civil, escritores y actores. Durante un tiempo, la familia de Aksakoglu esperó que lo liberaran, pero después, el 4 de marzo, se publicó una acusación de 657 páginas que decía que habían orquestado un intento de derrocar al Gobierno de Erdogan.

“Le digo: ‘Te prometo que los amigos de papá y yo le sacaremos. No te preocupes. Este malentendido se acabará’. Pero una parte de mí está realmente asustada”, dijo Unzile.

Los defensores de los detenidos dicen que el texto no contiene pruebas y sí muchas acusaciones extrañas, y supone un nuevo mínimo para un país donde ya han sido encarceladas 77,000 personas en una campaña de represión tras un fallido golpe militar en 2016.

La Unión Europea dijo que al buscar condenas de cadena perpetua, los fiscales estaban creando un clima de temor en Turquía, mientras que el Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que Washington está muy preocupado.

Las detenciones constituyen un paso más en una represión que, según Turquía, es una respuesta necesaria a las amenazas a la seguridad a las que se enfrenta el país y que ha incluido purgas generalizadas en las fuerzas armadas, ministerios y organizaciones estatales.

“Ahora nadie en Turquía se sale con la suya tras cometer delitos”, dijo el presidente en un discurso la semana pasada.

El representante de Amnistía Internacional en Turquía, Andrew Gardner, sin embargo, describió el caso como “un intento de reescribir la historia” y dijo que la solicitud de cadena perpetua sin libertad condicional representa una “escalada masiva” en la represión turca contra la sociedad civil.



Jamileth