Internacional - Política

Rosselló no intentará reelegirse, pero no renunciará

2019-07-22

Rosselló publicó un breve video en Facebook en el que dijo que espera tener la...

Por DÁNICA COTO

SAN JUAN (AP) — El gobernador puertorriqueño Ricardo Rosselló anunció el domingo que no renunciará debido a la indignación pública que generó la filtración de un chat en línea repleto de insultos, pero no buscará reelegirse ni seguirá al frente de su partido pro estadidad.

Manifestantes señalaron que no están satisfechos con las concesiones de Rosselló, y prometieron continuar con las protestas que han ocupado las calles del Viejo San Juan durante más de una semana.

“Está alargando el asunto. Teníamos la esperanza que tomara la decisión de hacerlo. Lo que hace es alargar el dolor del pueblo”, dijo Emmarie Morales, una manifestante del suroeste de la isla, y advirtió que la decisión del gobernador no pondrá fin a las protestas. “Ha dado más fuerza para seguir luchando. No nos vamos a quedar viendo Netflix”.

Rosselló publicó un breve video en Facebook en el que dijo que espera tener la oportunidad de defenderse de un proceso de juicio político, una posibilidad que sopesa la legislatura del territorio estadounidense.

“A pesar de todo, reconozco que disculparme no es suficiente, y sólo mi trabajo ayudará a restaurar la confianza”, declaró el gobernador. “Ante ese escenario, les anuncio que no iré a la reelección como gobernador en el próximo año”.

Las 889 páginas del chat en la app de mensajes encriptados Telegram, entre el gobernador y 11 de sus más cercanos aliados y miembros de su gobierno, todos varones, revelaron cómo Rosselló y su asesores insultaban a mujeres y se burlaban de los votantes, incluyendo a las víctimas del huracán María.

Apenas horas después de que Rosselló habló, otro alto funcionario presentó su renuncia al gobierno.

“Desafortunadamente los acontecimientos de las pasadas semanas, incluyendo las actitudes reflejadas en los comentarios de oficiales y asesores de la actual administración no van a tono con mis valores y principios”, escribió Gerardo Portela, presidente del Banco de Desarrollo Económico de Puerto Rico y director ejecutivo de la Autoridad de Financiamiento a la Vivienda.

Desde que se filtró la conversación el 13 de julio, cientos de miles de puertorriqueños indignados han marchado hacia la residencia oficial del gobernador, el movimiento de protesta más grande en Puerto Rico desde que los habitantes tuvieron éxito al exigir el fin de los ejercicios militares de la Armada estadounidense la isla de Vieques, hace más de 15 años.

En caso de que Rosselló renunciara, la secretaria de Justicia de Puerto Rico, Wanda Vázquez, asumiría el cargo de acuerdo a la línea de sucesión que dicta la constitución del territorio.

La agitación ocurre en una época en la que el territorio estadounidense pasa problemas para recuperarse de los estragos del huracán María e intenta reestructurar parte de una deuda de 70,000 millones en medio de una recesión de 13 años. Los más de tres millones de ciudadanos estadounidenses que habitan Puerto Rico no tienen representación plena en el Congreso ni votan en las elecciones presidenciales.

“Hoy, tengo la gran responsabilidad de dirigir mis fuerzas y las de mi administración a continuar buscando alternativas y herramientas para que unidos, y ante la conciencia y voluntad de Dios, seamos capaces de dirigir a nuestra isla”, dijo el gobernador.

Pero la indignación aumentó en Puerto Rico después de su mensaje. Un grupo de legisladores y alcaldes del partido de Rosselló permanecían varados dentro de un centro comunitario en la ciudad de Guaynabo el domingo por la noche luego de que arribaran manifestantes para exigir la renuncia del gobernador. Horas antes los políticos se habían reunido con Rosselló, que logró irse junto con sus guardaespaldas antes de que los otros quedaran atrapados.

Se prevé que el lunes en la mañana decenas de miles de puertorriqueños ocupen una de las principales carreteras de la isla para exigir la renuncia de Rosselló mientras los legisladores debaten si darán los primeros pasos para un juicio político.

Nicole Quintana, una dentista de 32 años, llegó desde la noche del domingo acompañada de su esposo y su hijo de 3 meses de edad, preparados a unirse a la protesta del lunes.

“Había que venir por él”, dijo, refiriéndose a su hijo. Comentó que condujo dos horas desde la localidad costera de Isabela únicamente para unirse a la manifestación. “Ya por fin la gente dijo, ‘Nada más. Hasta aquí llegamos’”.

La presión sobre Rosselló para que renuncie ha ido en aumento durante la semana, después de que aquellos que piden su salida sumaron las voces de los reconocidos cantantes puertorriqueños Ricky Martin, Bad Bunny y Residente, así como de una serie de políticos estadounidenses, incluyendo legisladores de ambos partidos, varios candidatos demócratas a la presidencia y el representante de Puerto Rico ante el Congreso, quien no tiene derecho de voto.

Rosselló fue elegido gobernador en noviembre de 2016 con casi el 50% de las preferencias, y ya había anunciado su intención de intentar ser reelegido. Egresado del MIT con un doctorado en genética, es hijo del exgobernador de la isla Pedro Rosselló, quien voló a Puerto Rico para expresarle su respaldo después de que se filtrara el chat.

El gobernador pertenece al Partido Nuevo Progresista que busca que la isla obtenga reconocimiento como estado, y también es demócrata. Pasa la mayor parte de su tiempo tratando de obtener fondos federales desde que el huracán María arrasó con Puerto Rico el 20 de septiembre de 2017, y combatiendo las medidas de austeridad implementadas por una junta federal de control creada por el Congreso para supervisar las finanzas del gobierno isleño.

Las manifestaciones en contra de Rosselló provocaron que al menos cuatro cruceros cancelaran sus visitas a Puerto Rico, y muchos funcionarios han expresado su preocupación sobre el impacto que una posible renuncia tendría sobre la ya frágil economía de la isla justo cuando intenta reconstruirse tras el paso de María, un huracán de Categoría 4 cuyos daños se calculan en cerca de 100,000 millones de dólares.

Otra preocupación es la reciente ola de arrestos por cargos federales de corrupción en contra de funcionarios de Puerto Rico, incluyendo a la exsecretaria de Educación Julia Keleher.



JMRS
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