Internacional - Política

Rosario Murillo, a los manifestantes en Nicaragua: "Ya dejen de joder"

2019-12-13

Frente a ello, ha recalcado que "aquí manda el pueblo". "Somos libres,...

 

MADRID, 13 Dic. (EUROPA PRESS) - La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, ha lanzado una advertencia a los manifestantes que desafían al Gobierno de su marido, Daniel Ortega, desde la ola de protestas que estalló en abril de 2018. "Ya dejen de joder", les ha dicho.
   
"¿Qué quiere el pueblo? Trabajo. ¿Qué quiere el pueblo? Seguridad. Ya dejen de joder, dice la gente. Ya dejen de joder, decimos todos. Déjennos en paz", reclamó el jueves en su alocución diaria, según informa el medio oficial El 19 Digital.
   
Murillo ha advertido de que "ciertas personas que, además de creerse superiores, además de caracterizarse por ser cobardes, son vendepatrias" quieren "volver a tomarse Nicaragua para volver a robar".
   
"¿Qué hicieron en los 16 años? Robaron, saquearon, explotaron, exprimieron. Los años de la corrupción. Quieren volver a esos 16 años de atraco inmisericorde de los bienes de todos los nicaragüenses", ha avisado.
   
Murillo ha considerado que "no merecen ser considerados nicaragüenses porque ni piensan ni actúan como nicaragüenses", sino que "piensan y actúan con botas imperiales", en alusión a la influencia estadounidense.
   
Frente a ello, ha recalcado que "aquí manda el pueblo". "Somos libres, jamás volveremos a ser vasallos o esclavos", ha reivindicado la primera dama y vicepresidenta de la nación centroamericana.
   
Murillo ha hecho estas declaraciones justo después de que se produjera un incidente en Managua. Un simpatizante del Gobierno agredió a una mujer de 64 años que formaba parte de un grupo de madres de presos políticos y de miembros de la plataforma opositora Alianza Cívica que se estaban manifestando para exigir su liberación, según informa 'La Prensa'.
   
Nicaragua sufre una crisis política desde abril de 2018, cuando estallaron las protestas contra una polémica reforma de la seguridad social, que crecieron rápidamente hasta demandar la "democratización" del país, el mayor desafío a Ortega en sus quince años de gobierno.
   
Más de 300 personas murieron por la represión de las protestas y cientos fueron detenidos, a lo que hay que sumar algunas desapariciones. Expertos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos recomendaron juzgar al líder sandinista por crímenes de lesa humanidad.



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